SIEGFRIED: ACTO III
De cómo Siegfried derrota a su abuelo para quedarse con su tía (ossia, quién ha dicho que el Anillo no es entretenido?? )
Este tercer acto comienza con una música tensa, violenta, la de Caminante / Wotan, quien tiene prisa por llegar a dónde habita Erda (véase el Oro del Rhin): una hendidura en una roca (sí, sí, y luego ríase de los pisitos de 35 metros cuadrados..
).
Wotan despierta a Erda, quiere hablar con ella, lo necesita. Y, además, Erda es la Sabiduría en persona, la mujer que lo sabe todo (como todas
).
Sin mayores miramientos, Wotan le suelta:
“Soy yo quien te invoca. Te conjuro para que aquella a quien domina profundo sueño, surja despierta. He recorrido el mundo y he vagado sin cesar buscando la ciencia para obtener la sabiduría original. No existe otra sapiente como tú; cuanto alberga la profundidad y cuanto cumbre y valle, aire y agua circundan, te es conocido. Donde hay vida alcanza tu hálito. Cuanto la mente medita no escapa a tu reflexión: se dice que todo lo sabes. Te despierto de tu sueño para beber en tu ciencia” (ya sabemos que los personajes del anillo, por menos de 5 minutos de parrafada no abren la boca).
A lo que Erda, misteriosamente, responde:
“Mi dormir es soñar, mi soñar meditar, y mi pensar domina el saber”
Algo que siempre me ha recordado aquello tan inteligible de “no es negro-negro, es negro, blanco, filipino, jamaico, juli andris”:
http://www.youtube.com/watch?v=ZkFT9ubkkE8
En el resto de la escena, Wotan y Erda siguen hablándose como si fuesen foreros escribiendo en un hilo sobre máquinas pensantes, por lo que traduzco: sacan en claro que Siegfried tiene ya el anillo y que como no tiene miedo y es ingenuo conseguirá despertar a Brünhilde (a la que habíamos dejado durmiendo desde el final de la Walkyria), pero también que presiente que el fin de los dioses va a llegar (como el milenarismo:
http://www.youtube.com/watch?v=NM5xPASxxks)
Tras esta filosófica charla, Caminante ve a Siegfried encaminarse hacia la roca donde yace Brünhilde. Lo aborda y le pregunta a dónde va, quién lo ha dirigido allí etc. Siegfried le contesta, pro aún así Wotan no le deje continuar su camino.
Siegfried, siempre tan encantador, le contesta:
“Era lo que me faltaba. Desde que vivo, siempre se me atraviesa un viejo en el camino; al primero ya lo eliminé. Si te plantas con esa arrogancia frente a mí por más tiempo, te prevengo que tengas cuidado, no corras la suerte de Mime“ (:roll:)
Wotan intenta asustarlo, hablándole del pavoroso fuego que rodea la roca, pero Siegfried sigue erre que erre. Entonces Wotan lo amenaza con la lanza:
“Si el fuego no te atemoriza, mi lanza te cerrará el paso. Mi mano aún empuña el símbolo del poder; la espada que tú blandes un día se rompió contra su asta, bajo la lanza eterna caerá rota una vez más”.
Siegfried se da cuenta, por fin, de que ésa, en efecto, es la lanza que había quebrado Nothung (la nuevamente forjada) y que, por tanto, está ante el enemigo de su padre. De un solo golpe, parte la lanza de Wotan en dos. Éste, sonriendo, dice: “Sigue, entonces. No puedo detenerte”. Y, tras 7 horas de música, por fin Wotan deja el escenario para siempre.
Siegfried sigue su camino, atraviesa el fuego (pues, como vemos, ni tiene miedo ni teme a la lanza de Wotan –como rezaba el conjuro del final de la Walkyria) y se encuentra con Brünhilde, dormida.
Al principio piensa que es un guerrero. Le quita el yelmo y exclama:
“¡Ah! Qué hermoso es. Veo el astro luminoso de su sonriente imagen resplandecer cual irisadas nubes que se esparcen ondulantes sobre los luminosos espacios del claro lago del cielo“ (ATENCIÓN: no utilizar esta frase para intentar ligar...)
Peeeeeero: le quita la coraza y oooooops:
“¡No es un hombre!“ -exclama Siegfried...
Entonces Siegfried piensa aquello de “nobody is perfect” y continúa:
“Abrasador encanto conmueve mi corazón. Anhelo ardiente se apodera de mis ojos; mis sentidos se enturbian y desfallecen. ¿A quién llamo en mi socorro para que me ayude? ¡Madre! ¡Madre! ¡Acuérdate de mí!”
Cuánta ingenuidad hay en este chico!! Antes no tenía miedo de nada y ahora tiene miedo de una mujer y, además, llama en su ayuda a la que sería suegra de ésta...
El caso es que Siegfried se siente desfallecer, ahora sabe qué es el miedo y, atemorizado, besa a Brünhilde...
...y ésta se despierta....
Lo siento, pero me niego a glosar aquí el subsiguiente dúo de amor, pues merece que lo leáis (y, por supuesto, lo escuchéis) con atención. Es uno de los más maravillosos jamás escritos (lo podéis encontrar aquí:
http://www.geocities.com/Vienna/Choir/7 ... /acto3.htm).
Tan sólo reproduciré aquí el famoso momento en que la Walkyria, recién despertada, le dice al héroe:
“Eterna fui, eterna soy, eterna en el dulce anhelo de delicias. ¡Eterna para tu gloria! ¡Oh Sigfrido! ¡Espléndido! ¡Tesoro del mundo! Vitalidad del orbe. Héroe sonriente. ¡Déjame! ¡Oh, déjame! Apártate de mí. No te me acerques, no te aproximes ardoroso. No me oprimas con ese apremio abrasador; no aniquiles a quien más te ama. ¿No viste alguna vez tu imagen en el límpido arroyo? ¿No te causó regocijo? ¿No viste desaparecer la límpida superficie del arroyo y borrarse tu imagen quedando tan sólo el agitado movimiento de las ondas, al agitar el agua tranquila formando olas? Así, no me toques, ni me enturbies. De mí te llegará luz eterna y ventura sonriente, alegre y augusto héroe. ¡Oh, Sigfrido! ¡Vástago esplendoroso! No aniquiles a tu propio bien, por cariño a ti mismo”.
En fin, en medio de una apoteosis orquestal como hay pocas, los enamorados se rinden a su amor....pero negros nubarrones se ciernen en el horizonte...