Pieczonka, Kirschlager, Bychkov
Wiener Philharmoniker
Salzburg, 2004Según finaliza su meditación la Mariscala, entra nuevamente en escena Octavian, ataviado ahora como jinete. La orquesta transmite de inmediato (
con anima) la impetuosidad de nuestro héroe (la comparación con Siegfried se viene otra vez a la cabeza) y se abandona así de golpe el clima interiorizado de la escena anterior. Octavian se da cuenta rápidamente de que ella está triste (0'10''),
Du bist traurig!,
zärtlich (tiernamente). La Mariscala se protege: ya me conoces, a veces alegre y a veces triste, soy así. Pero esta mañana Octavian no da una. Con un apasionamiento totalmente inadecuado al momento, interrumpe (0'28'') a la Mariscala, diciéndole:
Sé por qué estás triste, es porque tenías miedo por mí. Las bellísimas frases líricas de Octavian (
più animato, stringendo), coronadas por espléndidos agudos en
um mich, um mich! (¡por mí, por mí!) son demasiado para ella, que en su fuero interior ha comprendido ya la distancia insalvable que le separa del chiquillo, y que como tarde en este momento ha comenzado a tomar activamente conciencia de ella. La respuesta de la Mariscala (1'00'') es de una frialdad glacial (
moderato), como si en vez de Octavian tuviera enfrente a Ochs; esta es la Mariscala reservada que ya conocemos, la Mariscala que nunca dice abiertamente lo que piensa, y la música, en un ritmo a la vez marcado y retenido (el ritmo con que se evocó al Feldmarschall en la escena inicial, 2'37'' del primer youtube del Met), traduce el carácter ambiguo de su respuesta, y deja a la vez claro que Octavian y María Teresa se encuentran en este momento completamente fuera de sintonía mental y emocionalmente.
Sí, puede que tuviera algo de miedo, pero he pensado, no tienes de qué preocuparte. El intento de la Mariscala de salvar los muebles (hay una caricia del clarinete para finalizar su frase) es en vano. Para rematar la faena, la siguiente réplica de Octavian (1'13'',
più animato, con un brioso dibujo de la cuerda) vuelve a mentar al Feldmarschall (la Mariscala, por tanto, había adivinado lo que él iba a decir) y, para colmo de males, le insiste: tú me perteneces (
du gehörst mir), retomando el tono vehemente y amoroso, retomando el Tristan. Es demasiado para la Mariscala, y a partir de aquí (1'23''), pese a que la orquesta está contagiada por el sincerísimo apasionamiento de Octavian, ella toma el control.
Taverl, umarm´ Er nicht zu viel.
Wer allzuviel umarmt, der hält nichts fest.
Taverl, no me abracéis demasiado.
El que demasiado abraza, poco sostiene con firmeza.No seas como todos los hombres, le espeta (1'40'') de manera devastadora. Es simplemente demasiado para Octavian. El caballero comprende que esta no es una riña como la del desayuno, comprende que en el fondo ella no cree en lo que él le propone, comprende que le está rechazando. Y no comprende nada:
Weiß nur, daß ich dir lieb hab´, solo sé que te quiero (2'00''),
plötzlich sanft, con súbita ternura,
tempo primo poco tranquillo. Lo que yo te propongo es de verdad, y quiero agarrarte (
Packen will ich Sie, packen) para que no te me escapes, para que vuelvas a ser mi Bichette de siempre, le dice con una música de la mayor fogosidad (suena, 2'29'', el tema del amor-goce escuchado al comienzo del preludio), del mayor apasionamiento, de la mayor intensidad:
innig bewegtes Zeitmaß, imbuido de un profundo sentimiento. Si el verdadero amor se puede expresar mediante el sonido, seguramente sonaría como suena aquí Octavian. Y entonces (2'58''), conmovida porque ella sabe que él dice la verdad, retomando el tema del amor-noble o amor-renuncia (2'20'' del preludio), la Mariscala le abre la puerta de su interior:
Oh, sei Er gut, Quinquin. Mir ist zumut,
daß ich die Schwäche
von allem Zeitlichen recht spüren muß,
bis in mein Herz hinein,
wie man nichts halten soll,
wie man nichts packen kann.
Wie alles zerläuft zwischen den Fingern,
wie alles sich auflöst, wonach wir greifen,
alles zergeht, wie Dunst und Traum.
Oh, sé bueno, Quinquin. En este momento siento
la fragilidad de todas las cosas terrenales
en el fondo de mi corazón,
como nada se puede poseer,
como nada se puede agarrar.
Como todo se desliza entre los dedos,
como todo lo que asimos se disuelve,
todo se deshace, como humo y sueño. La música recupera el tono meditativo e interiorizado del monólogo. Octavian, por supuesto, no comprende lo que ella le dice; pero por supuesto, sí comprende lo que le quiere decir. Lo que de manera inmediata esto significa.
Solo dices esto para hacerme ver que no dependes de mí (4'25''). Se echa a llorar (
poco agitato). Nunca será posible amar más a Octavian que en este momento. Con la mayor ternura (
ruhig, sehr süß), ella le consuela (4'47'').
Jetzt muß ich noch den Buben dafür trösten,
daß er mich über kurz oder lang wird sitzen lassen.
Ahora encima he de consolar al chico,
de que antes o después vaya él a dejarme.Über kurz oder lang... Más pronto o más tarde..., en uno de esos momentos de magia pura que justifican de una manera asépticamente objetiva que estemos tarumbas por esto de la ópera, el tiempo se para, la música se detiene, y como Octavian, solamente de una manera muy primitiva y elemental podemos comprender lo que está sucediendo(nos). Pero todo esto sigue siendo demasiado para Octavian.
Über kurz oder lang? (5'17'') ¿Antes o después?, prorrumpe, desechando la dulcísima melancolía en que ella le (nos) ha envuelto. La Mariscala sabe que ese Bub merece una explicación de verdad. Tal vez no entiende ahora. Pero, antes o después, entenderá lo que ella ahora va a decirle.
Die Zeit im Grunde, Quinquin,
die Zeit, die ändert doch nichts an den Sachen.
El tiempo en el fondo, Quinquin,
el tiempo, que no cambia las cosas.