Segundo Acto - Olympia(Transcurre en el gabinete del físico Spalanzani)Entreacto:Un minueto de manual, en fortissimo, con sus dos típicos tiempos, el primero más enérgico, el segundo más acariciante, nos conduce a la primera historia.
Diálogo (
Voilà ! Elle est charmante…) :
o bien
Recitativo (
Là ! Dors en paix…) :
Spalanzani se alegra de la fortuna que le va a procurar la invención de Olympia, un autómata. La mugneca le indemnizará de las pérdidas causadas por la bancarrota de su banquero Elias (500 ducados al garete). Teme, sin embargo, que el fabricante de gafas Coppélius le pida su parte en los beneficios.
Hoffmann interrumpe las reflexiones de Spalanzani, de quien se ha convertido en alumno para poder así estar más cerca de Olympia, que él cree hija del científico.
El físico se retira junto a su criado Cochenille para hacer los preparativos de la fiesta que se dará después: la presentación en sociedad de su invento.
Recitativo y Romanza de Hoffmann (
Allons ! Courage et confiance !... C´est elle!…) :
Hoffmann se queda extasiado ante Olympia.
Escena (
Pardieu ! J´étais bien sür de te trouver ici !...):
Nicklausse aparece e insta a Hoffmann a acercarse a Olympia, a la que el poeta aún no se ha atrevido a declarar su amor.
Couplets de Nicklausse (
Une poupée aux yeux d´émail…):
o bien
Romanza y Couplets de Nicklausse (
Une guitare!... O reve de joie… Voyez-la sous son éventail…):
Nicklausse canta una canción para burlarse carignosamente de los sentimientos de Hoffmann.
O bien
Para hacer que Olympia reaccione, Nicklausse canta una canción, primero de carácter romántico, luego de carácter burlesco, sin obtener ningún resultado.
Huguette Tourangeau: Une poupée aux yeux d´émailAngelika Kirschlager: Une guitare!... Voyez-la sous son éventailEscena (
C´est moi, Coppélius… ):
Mientras Hoffmann continúa embelesado ante Olympia, aparece su antagonista, Coppélius (introuducido por el leitmotiv del Mal, que anunciaba a Lindorf en el primer acto).
Trío de los ojos (
Je me nomme Coppélius…):
Éste lleva una bolsa llena de barómetros, termómetros y gafas e intenta venderle infructuosamente su mercancía a Hoffmann.
Canción de Coppélius (
J´ai des yeux, des vrais yeux, des yeux vivants…):
Coppélius lo convence de que pruebe unos anteojos. Éstos le permiten a nuestro poeta admirar la radiante belleza de Olympia.
Ezio Pinza: C´est moi, Coppélius... J´ai des yeuxGeorge London: Ich bins, Coppélius... Habe BrillenAndré Balbon: C´est moi, Coppélius... J´ai des yeuxFinal del trío (
Ange du ciel, est-ce bien toi ?...):
Conmocionado, Hoffmann los compra en el acto.
Diálogo (
Hein? Vous-etes revenu!...)
A su vuelta, Spalanzani se encuentra con Coppélius, quien le reclama 500 escudos por los ojos de Olympia, fabricados por él. Para poder ser el duegno absoluto del autómata, Spalanzani acepta pagar la suma (pero con un cheque sin fondos). Hecho el trato, Spalanzani y Coppélius se separan amistosamente.
Coro y escena (
Non, aucun hote… Vous serez satisfaits, messieurs…):
En presencia de sus invitados, Spalanzani les presenta a su « hija » Olympia. Todos están maravillados por la belleza de la chica.
Recitativo (
Mesdames et messieurs, fière de vos bravos…):
Spalanzani propone a los invitados que escojan el instrumento con el que cantará Olympia. « El arpa !! »
Canción de Olympia (
Les oiseaux dans la charmille…):
Y la mugneca canta una de las arias de coloratura más alucinantes ever
Natalie Dessay - Les oiseaux dans la charmilleSí, Natalie Dessay otra vez, qué pasa - Les oiseaux dans la charmilleEscena y Romanza (
Ils se sont éloignés, enfin !... Ah comprends-tu , dis-moi,…):
Ya a solas, Hoffmann le declara su amor a Olympia, pero ésta responde con descarnados monosílabos. Hoffmann se enardece y repite su romanza.
Escena (
Tu me fuis ?... Eh ! Morbleu ! Modère ton zèle…. Voleur ! Brigand ! Quelle déroute !...)
Olympia se va, Hoffmann quiere seguirla, pero Nicklausse aparece y lo disaude. Le revela que corre el rumor de que Olympia… está muerta.
Recién enterado de la bancarrota de Elias, Coppélius vuelve furioso y anuncia que se vengará antes de desaparecer.
Final – Vals (
Voici les valseurs…)
Un vals arrastra en su remolino a Hoffmann y Olympia. El ritmo se acelera cada vez más, hasta que Hoffmann cae inconsciente.
Spalanzani ordena a su hija que deje de bailar y pide a su criado Cochenille que la conduzca a sus aposentos. La chica parece que sólo sabe expresarse a través de desquiciadas coloraturas.
Volviendo en sí, Hoffmann oye los gritos de Spalanzani, que horrorizado acaba de encontrar a Olympia descuartizada.
Coppélius entra y declara haberse vengado rompiendo la mugneca mecánica.
Mientras Coppélius y Spalanzani se cubren de insultos, Hoffmann descubre ante la burla general que estaba enamorado de un autómata.
Final - Vals: Voici les valseursFinal - Vals: Voici les valseurs