Ulysses escribió:
Por qué considero Idomeneo una ópera fundamental?
Las razones ya las ha aducido Despinetta:
maravillosa fluidez en las transiciones entre recitativo semplice, recitativo accompagnato y arias (lo cual anuncia el continuum de los finali de Nozze di Figaro, y, por qué no, de todas las óperas que cuentan y que vendrán después);
sublime y emocionante belleza de ciertos números (Andrò ramingo e solo), genialidad de otros (la intervención de La Voce, una especie de Commendatore avant la lettre);
síntesis genial de opera seria, por un lado, tragédie lyrique por otro, y reforma gluckiana por otro.
Cuanto más alejada está una obra en el tiempo, más nos cuesta percibir su carácter revolucionario o innovador.
Probablemente el músico más revolucionario de occidente sea Praetorius... y sin embargo nos parece que Le Sacre du Printemps le da mil vueltas.
Para apreciar en toda su medida la importancia de Idomeneo a lo mejor tendríamos (yo el primero) que imaginarnos lo mismo 100 agnos después: alguien que en 1880 crea, a los 24 agnos, una ópera que recoge y hace una fusión de los hallazgos verdianos y del drama wagneriano. Y que después no para de hacer obras maestras que son un desarrollo de los principios de esa ópera germinal.
No sé a vosotros, pero a mí me resulta inimaginable.
Y sin embargo, eso exactamente es Idomeneo.
Agnado que para los mozartianos, entre los que me gustaría incluírme, esta ópera tiene un plus autobiográfico que resulta conmovedor: un padre que debe sacrificar a un hijo, el cual acaba siendo coronado rey... pero al final de la ópera...
Es decir, rey de la nada que empieza con la última nota. Rey como lo continúa siendo el propio Mozart.
Me imagino que todos conocéis la anécdota de Mozart cantando con Constanza y 2 amigos el papel de Idamante en el Todesquartett y no poder continuar, ahogado en sollozos.
Esto en cuanto a la importancia y el impacto de la ópera.
Espero profundizar más en los misterios de este Idomeneo a lo largo del mes, en compagnía de Despinetta y de todos vosotros.
Las razones ya las ha aducido Despinetta:
maravillosa fluidez en las transiciones entre recitativo semplice, recitativo accompagnato y arias (lo cual anuncia el continuum de los finali de Nozze di Figaro, y, por qué no, de todas las óperas que cuentan y que vendrán después);
sublime y emocionante belleza de ciertos números (Andrò ramingo e solo), genialidad de otros (la intervención de La Voce, una especie de Commendatore avant la lettre);
síntesis genial de opera seria, por un lado, tragédie lyrique por otro, y reforma gluckiana por otro.
Cuanto más alejada está una obra en el tiempo, más nos cuesta percibir su carácter revolucionario o innovador.
Probablemente el músico más revolucionario de occidente sea Praetorius... y sin embargo nos parece que Le Sacre du Printemps le da mil vueltas.
Para apreciar en toda su medida la importancia de Idomeneo a lo mejor tendríamos (yo el primero) que imaginarnos lo mismo 100 agnos después: alguien que en 1880 crea, a los 24 agnos, una ópera que recoge y hace una fusión de los hallazgos verdianos y del drama wagneriano. Y que después no para de hacer obras maestras que son un desarrollo de los principios de esa ópera germinal.
No sé a vosotros, pero a mí me resulta inimaginable.
Y sin embargo, eso exactamente es Idomeneo.
Agnado que para los mozartianos, entre los que me gustaría incluírme, esta ópera tiene un plus autobiográfico que resulta conmovedor: un padre que debe sacrificar a un hijo, el cual acaba siendo coronado rey... pero al final de la ópera...
Es decir, rey de la nada que empieza con la última nota. Rey como lo continúa siendo el propio Mozart.
Me imagino que todos conocéis la anécdota de Mozart cantando con Constanza y 2 amigos el papel de Idamante en el Todesquartett y no poder continuar, ahogado en sollozos.
Esto en cuanto a la importancia y el impacto de la ópera.
Espero profundizar más en los misterios de este Idomeneo a lo largo del mes, en compagnía de Despinetta y de todos vosotros.
Totalmente de acuerdo Ulysses
Un avance; el tema casi impresionista del mar, aparece en la obertura y recorre en momentos determinados la ópera que-ya os lo han avanzado-no se corta sino que es un continuum. Ese tema enlaza con Neptuno, es evidente, con el voto de Idomeneo, terrible y trágico a la vez, si lo cumple. El mar simboliza también las fuerzas oscuras, la sinrazón y no es de extrañar que alguno de los personajes posea este tema:nada más y nada menos que Elettra...Un buen adelanto a lo que llegaría en el siglo XIX, ¿no os parece
