A mí me encanta Mary. Está obsesionada con el Holandés, cuántas veces habrá cantado la balada... Ella se la enseñó a Senta, seguramente, y le contagió ese sueño romántico. Y sin embargo, ese día no quiere cantarla, ni oirla. Mary es más lista que el aire.
Mary, uno de los pocos aciertos (pero qué acierto) de Rigola, por cierto.
Pedazo de ópera del mes, siento haber llegado a los restos de la fiesta, con la sala vacía y el suelo pegajoso.
Por cierto, Rysanek y Silja rule. Aunque la balada de Varnay en el Met es para desmayarse.