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Birgit Nilsson (1918 - 2005)
Registro con Solti (Decca, 1961)
Salome - Richard Strauss
Georg Solti (1961)
Herodes Gerhard Stolze
Herodias Grace Hoffman
Salome Birgit Nilsson
Jochanaan Eberhard Wächter
Narraboth Waldemar Kmentt
Ein page der Herodias Josephine Veasey
Erster jude Paul Kuen
Zweiter jude Stefan Schwer
Dritter jude Kurt Equiluz
Vierter jude Aron Gestner
Fünfter jude Max Proebstl
Erster nazarener Tom Krause
Zweiter nazarener Nigel Douglas
Erster soldat Zenon Kosnowski
Zweiter soldat Heinz Holecek
Ein kappadozier Theodor Kirschbichler
Ein sklave Liselotte Maikl
Orquesta: Wiener Philharmoniker
Grabado en estudio
Decca
L. Welitsch llevaba ya una década larga con el rol de Salomé en activo, pero tardó mucho en registrarlo (1963). Se le adelantó en los estudios casi una recién llegada al rol (lo había debutado en Munich, en 1955):
Birgit Nilsson. Para la ocasión Decca volvió a tirar la casa por la ventana y reunió a la Filarmónica de Viena junto a Solti, empeñado este en registrarlo prácticamente todo a partir de entonces.
Nilsson caracterizada como Salome en Munich, 1955
El registro de Solti suscita sensaciones encontradas. Los motivos son tres, al menos: 1) la opción del
director, que confunde Salome con Electra y tiende a construir un edificio orquestal rotundo, agresivo, de una dureza dramática excesiva y estentórea (eso funcionará, y cómo, en el 67, cuando grabe su Elektra, pero no aquí); 2) la propia
Nilsson, que opta por retratar, en consonancia con Solti, a Salome cual gata salvaje, un animal desbocado, poseído por la lascivia y, en términos canoros, wagnerizante, lejos de la ortodoxia del genuino declamado straussiano; y 3) en último lugar, la apática presencia de casi todos los
secundarios, sobre todo un anodino Wächter, voz insuficiente para el rol.
A cambio: el sonido es rutilante, la Filarmónica de Viena aporta un lujo sonoro que va muy bien, sólo a veces, para recrear el ambiente del Palacio de Herodes y las soflamas proféticas de Jokanaan.
También a cambio encontramos a una Nilsson en plenitud de medios, aunque wagnerizante, como decía, más atenta a deslumbrar con el registro agudo, más ocupada del brillo de su metal que de la precisión en el fraseo. El resultado es una Salome demasiado áspera, demasiado brutal y esquiva, como si la virginidad quebrada que está presente en el rol hubiera desaparecido. Falta de lirismo, de sensualidad y de juventud, en suma, en la Salome que recrea Nilsson en este estudio –no muy diversa será su contribución en directo (sobre todo el directo del 65, de Buenos Aires, también con Wächter y Hoffman); y quizá no muy distinta pudiera haber sido, dados sus medios vocales-. El principal problema de su Salome es que conocemos a otras intérpretes capaces de subrayar los extremos del rol, de dibujar a la mujer fatal sin quedarse tan sólo en ese plano. Hablaría, por tanto, de pobreza dramática en la lectura de Nilsson: fogosa, pero no sensual. Por tanto, está lejos Nilsson de ser la Salome deseada e ideal, al menos desde mi punto de vista.
Respecto a los secundarios, no abundaré en exceso en la inadecuación de Wächter –un cantante, por otro lado, que siempre he creído sobrevalorado, con menos medios y capacidades dramáticas de las que se le reconocen-. Su Jokanaan es plano como pocos. Kmentt y Hoffman están correctos, pero no aportan nada reseñable. Lo mejor, sin duda, es el Herodes de Stolze. Lo escucharemos con atención.
Por último, me consta que Sharpless le tiene especial tiña a este registro, así que espero sus hachazos desde ya.
También me gustaría mucho, especialmente en este caso, conocer vuestras opiniones sobre este registro, uno de los más difundidos y comercializados, quizá por el que muchos entrarais en contacto con esta ópera en su día.
A la noche, audiciones.
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