El idiota escribió:
MI NOMBRE ES IAGO
Dicen que soy el urdidor de la trama, frío y calculador. Dicen también que represento la maldad. Incluso, que tengo algo de demoníaco, de satánico. Yo, en cambio, me defino como "sólo un crítico".
Si tomais mi frase en serio (y ¿cómo si no habríais de tomárosla? Cuando la dije fui 100% sincero) descubriréis que expresa exactamente lo que soy: un crítico. Un crítico del ser humano, de vosotros mismos, de mí mismo.
¿He matado yo a alguien? En absoluto. Mi compadre Otello mata a su esposa y ¿soy yo el demoníaco? ¿es una broma? Yo me limité a que exteriorizase lo que él mismo llevaba dentro. El era scellerato. Perché era un'uomo. Y cometió un acto más grave que cualquiera de los míos. No me parece discutible que, en este caso, él debería representar la maldad. No yo. Yo sólo soy un crítico.
¿Os atrevéis a juzgarme? "Il giusto è un istrion beffardo", no os digo más. Me gustaría saber cuánto seríais capaces vosotros de resistir al "fango originario" que también lleváis dentro si se diesen las circunstancias adecuadas. Y, sobre todo, ¿no os parece irónico que sea yo, el representante del mal, el único que es verdaderamente consciente de cómo es? ¿De qué os sirve tanto llanto y quebranto cuando en el fondo de vosotros también lleváis el germen del mal? Al menos yo no juzgo a los demás. Al menos yo sé que soy vil. Vil y sincero, mientras que vosotros os autoengañáis.
Tengo fe. Fe en el Dios cruel que nos hizo inteligentes para el mal, celosos, violentos, mezquinos, falsos. Que nos hizo como somos. Todos hermanos en nuestra maldad, en nuestros celos, en nuestra violencia, en nuestra mezquindad, en nuestra falsedad.
Otello está muerto, Desdemona está muerta. Llegó la muerte para ellos y el cielo es un cuento de viejas, así que ahora todos estaremos unidos, con independencia de cómo nos hayamos comportado durante nuestras vidas.
¿No es justo? Nadie dijo que la verdad fuese justa. Y la verdad es que allí nos encontraremos todos. En la Nada que nos reservó el que nos creó a todos bajo el designio del mal. Hágase su divina voluntad y no rehusemos ser malvados, porque esta palabra, a fin de cuentas, no tiene ningún significado. Y pase lo que pase nos espera el mismo destino. La Nada.
Podéis llamarme cínico, monstruo o demonio, pero en realidad mi nombre es Iago y sólo soy un crítico. Y, sobre todo, un ser humano. Exactamente igual que cualquiera de vosotros".
Excepcional texto... mucho que pensar, que llevo unos días iagocizado preparando su monólogo