Lo primero que debo decir es que siento debilidad por Kenneth Branagh como director y como actor; pero también siento debilidad por Michelle Pfeiffer (sigue divina a sus 59 años), por Derek Jacobi y por Doña Judy Dench. Con estos precedentes, supongo que algo condicionado a favor estaba. Dicho esto la nueva versión del clásico de Agatha Christie, sin ser una obra maestra, es una película más que decente que garantiza dos horas de entretenimiento, aunque el factor sorpresa no exista. Branagh hace una versión canónica y no se aparta un ápice de la trama original. Como debe de ser, añadiría. Cuando nos enfrentamos a Poirot es imposible no acordarsde del gran Peter Ustinov que lo encarnó seis veces, pero no en "Asesinato en el Oriente Express". Aun así, Branagh no desmerece, para mi es un gran Poirot, efectivo y comedido, sin ninguna concesión al histrión que el irlandés puede llegar a ser. El resto del reparto es muy eficaz, dentro de la sobriedad que envuelve a todas las actuaciones, la recuperada Pfeiffer tiene momentos brillantes y que decir de la eficacia de dos leyendas como Jacobi y Dench. Hasta Penélope Cruz demuestra haber mejorado mucho su inglés. He leído críticas que hablan de un Johnny Depp histriónico, yo no lo veo así.
Una muy atractiva fotografía y ambientación además de una narración ágil, sin apenas momentos muertos ni trucos de guión muy evidentes, ayuda a pasar dos horas de puro entretenimiento. Recomendable. Y si pueden, vean la versión original, estos actorazos pierden toda la gracia con el doblaje.
Parece ser que ya están trabajando en la secuela, "Muerte en el Nilo", anticipada en la propia cinta, según parece, también dirigida y protagonizada por Branagh. El irlandés, vistas las cifras de taquilla, puede haber encontrado un buen y atractivo filón.