Siendo así es probable que te decepcione. Su fuerte es la sorpresa final hacia la que conducen los acontecimientos.

No recuerdo gran cosa de "La tienda", hace muchos años que lo leí. Pero si sobresale el final tendré que echarle otro vistazo, porque sería un caso insólito en King xD

es usté el primer escéptico que veo con ese libro.


yo he vuelto a Petros Márkaris. "Pan, educación y libertad", el penúltimo título de la saga del comisario Jaritos. cada vez hay más carga social en sus historias. pero en lugar de hacer proselitismo (o prosalitismo, si se me permite el palabro), el autor opta por un fresco de la realidad griega con una mirada más limpia y menos sesgada.

y antes acabé "El libro de los Baltimore", de Joel Dicker. creo que está un escaloncito por debajo de "La verdad sobre el caso Harry Qubert", pero hay que reconocer una facilidad en la narración de este autor pasmosa.

Tanto así que King puso de su bolsillo para hacerla en televisión con actores desconocidos porque, pese a la genialidad de Nicholson y los detalles de Kubrick, no reflejaba el verdadero conflicto. Nunca fue el padre contra el hijo, el primero solo era una herramienta. Era el niño contra el hotel y se termina la película y no sabes el sentido del título.
El problema de la literatura de terror es que es fácil crear un monstruo pero muy complicado matarlo con estilo. It peca pero peca poco y también la entiendo como uno de los puntales de su prolífica carrera
De todas formas el género, por su naturaleza, no siempre es adaptable a la pantalla. Por ello quizás La Zona Muerta sea la única que realmente mejora el libro. Si adaptan 22/11/63 probablemente quede bien

Ya está adaptada, querido amigo. Me quedé en el tercer episodio.
No obstante, el libro me gustó mucho. Y la resolución es convincente. Que no es poco decir a la vista de la ambiciosa premisa de partida.

La película de La Zona Muerta mejora el libro? Vaya, la tenía pendiente, pero tendré que animarme, porque el libro me parece genial

Como dicen Mitchum y Khayman, no conviene perderse un libro tan intenso como el Resplandor porque se haya visto la estupenda peli de Kubrick, que va por otros derroteros. Tampoco conviene perderse It o Salem's Lot porque uno haya visto las series de tv. Esa delectación minuciosa con la que King describe la perturbación psicológica de los personajes no hay aparato audiovisual que la capture. Pocos han descrito mejor el miedo digamos que cotidiano, y, por lo tanto, pocos el miedo extraordinario. Eso sí, en algunos libros la cosa se hace cargante, por prolija y repetitiva.

Por otro lado, casi mejor no leerlo en inglés, sobre todo a partir de cierto momento (está visto que también los best-selling fiction authors tienen sus etapas manieristas), aunque, irónicamente, su estilo ha influido en muchos autores posteriores de literatura popular de calidad americanos (casi que por desgracia).

Por desgracia porque King te habla sentado a tu lado, compartiendo una botella de cerveza, mientras que la mayoría de sus imitadores fingen beber con los labios cerrados y a escondidas dan sorbos a su whisky de 20 años

Hablando de miedos, acabo de leer la Mujer Alta de Alarcón, que no conocía, y está muy pero que muy bien. Hay momentos de bastante cangelo, cada vez que el protagonista se encuentra a esa mujer tan extraña en las madrugadas del madrid decimonónico.

Tres a la vez:
-Pasternak, "Doctor Zhivago".
- Fernando Fernán Gómez, "Las bicicletas son para el verano".
- Bulgákov, "La guardia blanca".

Entretenido y muy bien documentado, en la línea de los dos libros que el mismo autor escribió sobre el I Cuerpo Panzer SS.

Pues hace poco han caído "Sombra del paraíso", de Aleixandre, "Libertad bajo palabra", de Octavio Paz (en realidad el título recopila toda su obra hasta 1957) y la novela "El último día de Terranova", de Manuel Rivas, que me ha parecido fantástica.

Tengo un poco de manía a la crítica literaria, por lo que más allá de decir si me gustan o no, no suelo entrar a comentar más detalles de los libros que leo. Discúlpenme que disfrute sus reseñas sin aportar gran cosa.

Qué grande sombra del paraíso.

Pero llamar crítica literaria a nuestras rumiaciones aquí es excesivamente generoso (o cruel). No deje de intervenir por ese motivo.

He leído la edición de Hugh Houghton, para Penguin Classics, de Alicia, y es muy recomendable. Vienen los dos libros con los dibujos de Tenniel, la mini-Alicia en germen con las ilustraciones del propio Carroll y el ensayo de éste sobre Alicia en el teatro, además de notas muy interesantes (que informan más que opinan) al final del libro.

CIUDAD DEL PARAÍSO

A mi ciudad de Málaga

"Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos.
Colgada del imponente monte, apenas detenida
en tu vertical caída a las ondas azules,
pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas,
intermedia en los aires, como si una mano dichosa
te hubiera retenido, un momento de gloria, antes de hundirte para siempre en las olas amantes.

Pero tú duras, nunca desciendes, y el mar suspira
o brama por ti, ciudad de mis días alegres,
ciudad madre y blanquísima donde viví y recuerdo,
angélica ciudad que, más alta que el mar, presides sus espumas.

Calles apenas, leves, musicales. Jardines
donde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas.
Palmas de luz que sobre las cabezas, aladas,
mecen el brillo de la brisa y suspenden
por un instante labios celestiales que cruzan
con destino a las islas remotísimas, mágicas,
que allá en el azul índigo, libertadas, navegan.

Allí también viví, allí, ciudad graciosa, ciudad honda.
Allí, donde los jóvenes resbalan sobre la piedra amable,
y donde las rutilantes paredes besan siempre
a quienes siempre cruzan, hervidores, en brillos.

Allí fui conducido por una mano materna.
Acaso de una reja florida una guitarra triste
cantaba la súbita canción suspendida en el tiempo;
quieta la noche, más quieto el amante,
bajo la luna eterna que instantánea transcurre.

Un soplo de eternidad pudo destruirte,
ciudad prodigiosa, momento que en la mente de un Dios emergiste.
Los hombres por un sueño vivieron, no vivieron,
eternamente fúlgidos como un soplo divino.

Jardines, flores. Mar alentando como un brazo que anhela
a la ciudad voladora entre monte y abismo,
blanca en los aires, con calidad de pájaro suspenso
que nunca arriba. ¡Oh ciudad no en la tierra!

Por aquella mano materna fui llevado ligero
por tus calles inerávidas. Pie desnudo en el día.
Píe desnudo en la noche. Luna grande. Sol puro.
Allí el cielo eras tú, ciudad que en él morabas.
Ciudad que en él volabas con tus alas abiertas."



Vicente Aleixandre