Queridos Gino y doctor (o viceversa): les propongo que se enrolen inmediatamente como mercenarios para combatir al DAESH y así hacer algo realmente efectivo y decisorio, más allá de sus especulaciones foreras, no como esos "idiotas" que intentan sobrellevar su temor (y, sobre todo, su rabia e impotencia) burlándose de los asesinos a través de la tecnología, ya que no les es posible hacerlo personalmente y de otra forma (que, sin duda, preferirían).
Por otro lado, no sé si cuando el mentado Juan Cruz dice que "ahora se considera heroico reírse de los asesinos" estaba pensando, por ejemplo, en los humoristas de
Charlie Hebdo, o en el caricaturista danés Kurt Westergaard, o en cualesquiera de quienes, precisamente con el humor, se han opuesto a injusticias y crueldades cometidas por todo tipo de regímenes (o individuos) opresores de todo tipo y condición a lo largo de la Historia.
Reír es una mueca, cierto; pero una mueca que --como bien dijo el avispado Guillermo de Baskerville-- sólo hacen los humanos, respondiendo siempre a un estímulo y una razón. Y, al igual que ocurría en
El nombre de la rosa --donde esa mueca (es decir, la risa) indignaba a un beato talibán como Jorge de Burgos hasta el extremo de hacerle cometer asesinatos--, no veo mal que la gente exorcice con ella sus demonios frente a los asesinos yihadistas (sea el hijo de la Tomasa, o el de la puta madre que lo parió, pues me da igual). Si la risa --en este caso con un grado más de intensidad: la burla-- jodía al viejo benedictino castellano de la novela de Eco, les aseguro que también lo hace con los asesinos del DAESH (que, sin ir más lejos, ejecutan a la gente por pasarlo bien y divertirse escuchando música, jugando al fútbol o haciendo manitas con otra persona del mismo sexo).
Por cierto: ¿quién ha dicho aquí que la gente, al tuitear, se quiera considerar un héroe? Muy lejos va Cruz, en mi opinión, con su enfurruñada y un tanto rimbombante reflexión (esa referencia a García Lorca no podía faltar, ¿verdad?).
De todas formas, para que se repongan ustedes de la indignación --o prevención-- que les producen esas muestras vacuas e ineficaces del populacho twitero --¡no todos pueden ser Juan Cruz!--, les aconsejo que lean este otro
artículo --producto
made in El País también--, a ver si son capaces de entender por dónde va el tema de las burlas y qué sentido apotropaico y exorcizador tienen en este trágico contexto...
Y aquí lo dejo...