Hoy es un día muy negativo para el Real Madrid.
En primer lugar, constatar que si perdemos esta Liga, frente a este Barcelona, es un desastre que no lo arregla ni ganar la Champions League.
La alineación de Zidane: había que refrescar el equipo tras el duelo con el Bayern y la prórroga. Intentar apabullar al Barcelona con nuestro físico, en lugar de tener a dos conjuntos igualmente agotados sobre el terreno. Hoy era un día para Isco, no para Modric. Para Morata, no para Benzema. Y, sobre todo, no era día para sacar a Bale, que no está aportando nada desde su primera lesión, y además, como se vio claramente, no estaba en condiciones. Asensio, James, Lucas,... había varias opciones.
El partido en sí fue un toma y daca, pero que recordaba más a un duelo entre dos boxeadores acabados, al final de su carrera, que a un Chávez-Taylor. Pudimos ganar, pudimos empatar, y al final, pues también pudimos perder.
Es difícil entender como, tras empatar con diez hombres el partido, y quedando ¡¡¡medio minuto!!! el equipo está mal colocado sobre el campo, Modric y Marcelo son incapaces de hacer una falta táctica, que era el final del partido, aunque fuera tarjeta amarilla, o incluso roja. Y esto, cuando el empate era prácticamente media Liga.
Ahora, el Madrid tiene que hacer más puntos en seis partidos, que el Barça en cinco. Es decir, como mínimo, para estar totalmente seguros de ser campeones, cinco victorias y un empate.
Así son las cosas. Habrá que reflexionar a final de temporada. Al equipo le sigue faltando algo, esta plantilla debería ser capaz de ganar la Liga con claridad, sin problemas.
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