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La poesía de cada día http://unanocheenlaopera.com/viewtopic.php?f=5&t=17324 |
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Autor: | Abdallo [ 18 Oct 2015 13:19 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
The Charge of the Light Brigade BY ALFRED, LORD TENNYSON I Half a league, half a league, Half a league onward, All in the valley of Death Rode the six hundred. “Forward, the Light Brigade! Charge for the guns!” he said. Into the valley of Death Rode the six hundred. II “Forward, the Light Brigade!” Was there a man dismayed? Not though the soldier knew Someone had blundered. Theirs not to make reply, Theirs not to reason why, Theirs but to do and die. Into the valley of Death Rode the six hundred. III Cannon to right of them, Cannon to left of them, Cannon in front of them Volleyed and thundered; Stormed at with shot and shell, Boldly they rode and well, Into the jaws of Death, Into the mouth of hell Rode the six hundred. IV Flashed all their sabres bare, Flashed as they turned in air Sabring the gunners there, Charging an army, while All the world wondered. Plunged in the battery-smoke Right through the line they broke; Cossack and Russian Reeled from the sabre stroke Shattered and sundered. Then they rode back, but not Not the six hundred. V Cannon to right of them, Cannon to left of them, Cannon behind them Volleyed and thundered; Stormed at with shot and shell, While horse and hero fell. They that had fought so well Came through the jaws of Death, Back from the mouth of hell, All that was left of them, Left of six hundred. VI When can their glory fade? O the wild charge they made! All the world wondered. Honour the charge they made! Honour the Light Brigade, Noble six hundred! |
Autor: | gakugeki [ 07 Dic 2015 5:18 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Un famoso poema, muy divertido, de Gutiérrez Nájera. Algunas rimas parecen anticipar a Cole Porter (beefsteak... Chapultepec ). En dulce charla de sobremesa, mientras devoro fresa tras fresa, y abajo ronca tu perro Bob, te haré el retrato de la duquesa que adora a veces al duque Job. No es la condesa de Villasana caricatura, ni la poblana de enagua roja, que Prieto amó; no es la criadita de pies nudosos, ni la que sueña con los gomosos y con los gallos de Micoló. Mi duquesita, la que me adora, no tiene humos de gran señora: es la griseta de Paul de Kock. No baila Boston, y desconoce de las carreras el alto goce y los placeres del five o'clock. Pero ni el sueño de algún poeta, ni los querubes que vio Jacob, fueron tan bellos cual la coqueta de ojitos verdes, rubia griseta, que adora a veces el duque Job. Si pisa alfombras, no es en su casa; si por Plateros alegre pasa y la saluda madam Marnat, no es, sin disputa, porque la vista, sí porque a casa de otra modista desde temprano rápida va. No tiene alhajas mi duquesita, pero es tan guapa, y es tan bonita, y tiene un perro tan v'lan, tan pschutt; de tal manera trasciende a Francia, que no la igualan en elegancia ni las clientes de Hélene Kossut. Desde las puertas de la Sorpresa hasta la esquina del Jockey Club, no hay española, yanqui o francesa, ni más bonita ni más traviesa que la duquesa del duque Job. ¡Cómo resuena su taconeo en las baldosas! ¡Con qué meneo luce su talle de tentación! ¡Con qué airecito de aristocracia mira a los hombres, y con qué gracia frunce los labios ¡Mimí Pinsón! Si alguien la alcanza, si la requiebra, ella, ligera como una cebra, sigue camino del almacén; pero, ¡ay del tuno si alarga el brazo! ¡Nadie se salva del sombrillazo que le descarga sobre la sien! ¡No hay en el mundo mujer más linda! Pie de andaluza, boca de guinda, sprint rociado de Veuve Clicquot, talle de avispa, cutis de ala, ojos traviesos de colegiala como los ojos de Louise Theo. Ágil, nerviosa, blanca, delgada, media de seda bien restirada, gola de encaje, corsé de crac, nariz pequeña, garbosa, cuca, y palpitantes sobre la nuca rizos tan rubios como el coñac. Sus ojos verdes bailan el tango; nada hay más bello que el arremango provocativo de su nariz. Por ser tan joven y tan bonita, cual mi sedosa, blanca gatita, diera sus pajes la emperatriz. ¡Ah! Tú no has visto cuando se peina, sobre sus hombros de rosa reina caer los rizos en profusión. Tú no has oído que alegre canta, mientras sus brazos y su garganta de fresca espuma cubre el jabón. Y los domingos, ¡con qué alegría!, oye en su lecho bullir el día ¡y hasta las nueve quieta se está! ¡Cuál se acurruca la perezosa bajo la colcha color de rosa, mientras a misa la criada va! La breve cofia de blanco encaje cubre sus rizos, el limpio traje aguarda encima del canapé. Altas, lustrosas y pequeñitas, sus puntas muestran las dos botitas, abandonadas del catre al pie, Después, ligera, del lecho brinca, ¡oh quién la viera cuando se hinca blanca y esbelta sobre el colchón! ¿Qué valen junto de tanta gracia las niñas ricas, la aristocracia, ni mis amigas del cotillón? Toco; se viste; me abre; almorzamos; con apetito los dos tomamos un par de huevos y un buen beefsteak, media botella de rico vino, y en coche, juntos, vamos camino del pintoresco Chapultepec. Desde las puertas de la Sorpresa hasta la esquina del Jockey Club, no hay española, yanqui o francesa, ni más bonita ni más traviesa que la duquesa del duque Job. |
Autor: | Abdallo [ 07 Dic 2015 15:17 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Una rima de Bécquer: Como la brisa que la sangre orea sobre el oscuro campo de batalla, cargada de perfumes y armonías en el silencio de la noche vaga, Símbolo del dolor y la ternura, del bardo inglés en el horrible drama, la dulce Ofelia, la razón perdida, cogiendo flores y cantando pasa. |
Autor: | gakugeki [ 07 Dic 2015 19:03 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Grande Becquer. No se insiste lo suficiente en cómo influyó en los grandes poetas modernistas hispanoamericanos, como Gutiérrez Nájera, Julián del Casal o el mismo Rubén. Olas gigantes que os rompéis bramando en las playas desiertas y remotas, envuelto entre la sábana de espumas, ¡llevadme con vosotras! Ráfagas de huracán que arrebatáis del alto bosque las marchitas hojas, arrastrado en el ciego torbellino, ¡llevadme con vosotras! Nubes de tempestad que rompe el rayo y en fuego ornáis las desprendidas orlas, arrebatado entre la niebla oscura, ¡llevadme con vosotras! Llevadme por piedad a donde el vértigo con la razón me arranque la memoria. ¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme con mi dolor a solas! |
Autor: | gakugeki [ 08 Dic 2015 7:55 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Otro poema divertido; del gran José Juan Tablada, adepto de Li Po, pergeñador temprano de haikai y haiku, y oferente ocular (quiero decir admirador) de mi ilustre compatriota Hiroshige http://www.tablada.unam.mx/hiroshigue/p001.htm. El loro Loro idéntico al de mi abuela, funambulesca voz de la cocina del corredor y de la azotehuela. No bien el Sol ilumina lanza el loro su grito y su áspera canción con el asombro del gorrión que sólo canta “El Josefito”... De la cocinera se mofa colérico y gutural y de paso apostrofa a la olla del nixtamal. Cuando pisándose los pies el loro cruza el suelo de ladrillo, del gato negro hecho un ovillo, el ojo de ámbar lo mira y un azufre diabólico recela contra ese incubo verde y amarillo, ¡la pesadilla de su duermevela! ¡Mas de civilización un tesoro hay en la voz de este super loro de 1922! Finge del aeroplano el ron-ron y la estridencia del klaxón... Y ahogar quisiera con su batahola la música rival de la victrola... En breve teatro proyector de oro, de las vigas al suelo, la cocina cruza un rayo solar de esquina a esquina y afoca y nimba al importante loro... Pero a veces, cuando lanza el jilguero la canción de la Selva en Abril, el súbito silencio del loro parlero y su absorta mirada de perfil, recelan una melancolía indigna de su plumaje verde... ¡Tal vez el gran bosque recuerde y la cóncava selva sombría! En tregua con la cocinera cesa su algarabía chocarrera, tórnase hosco y salvaje... ¡El loro es sólo un gajo de follaje con un poco de sol en la mollera! |
Autor: | gakugeki [ 09 Dic 2015 4:02 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Otro poema humorístico. En este caso con trasfondo y programa (una burla de los excesos modernistas). La Sinfonía Color de Fresas con Leche de José Asunción Silva, el poeta doblemente naufragado (en persona y en obra). A los colibríes decadentes ¡Rítmica Reina lírica! Con venusinos cantos de sol y rosa, de mirra y laca y polícromos cromos de tonos mil oye los constelados versos mirrinos, escúchame esta historia Rubendariaca, de la Princesa verde y el paje Abril, Rubio y sutil. El bizantino esmalte do irisa el rayo las purpuradas gemas que enflora Junio si Helios recorre el cielo de azul edén, es lilial albura que esboza Mayo en una noche diáfana de plenilunio cuando las crisodinas nieblas se ven ¡A tutiplén! En las vívidas márgenes que espuma el Cauca -áureo pico, ala ebúrnea- currucuquea, de sedeñas verduras bajo el dosel, do las perladas ondas se esfuma glauca: ¿es paloma, es estrella o azul idea?... Labra el emblema heráldico de áureo broquel, róseo rondel. Vibran sagradas liras que ensueña Psiquis, son argentados cisnes hadas y gnomos y edenales olores, lirio y jazmín y vuelan entelechias y tiquismiquis de corales, tritones, memos y momos, del horizonte lírico nieve y carmín hasta el confín. Liliales manos vírgenes al son aplauden y se englaucan los líquidos y cabrillean con medievales himnos al abedul, desde arriba Orión, Venus, que Secchis lauden miran como pupilas que cintillean por los abismos húmedos del negro tul del cielo azul. Tras de las cordilleras sombras, la blanca Selene, entre las nubes ópalo y tetras surge como argentífero tulipán y por entre lo negro que se espernanca huyen los bizantinos de nuestras letras hasta el Babel Bizancio, do llegarán con grande afán. ¡Rítmica Reina lírica! Con venusinos cantos de sol y rosa, de mirra y laca y polícromos cromos de tonos mil, ¡éstos son los caóticos versos mirrinos ésta es la descendencia, Rubendariaca, de la Princesa verde y el paje Abril, rubio y sutil! |
Autor: | gakugeki [ 18 Ene 2016 18:10 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Góngora, que tanto asusta a los colegiales (y a los colegiados no menos) con sus Soledades y Polifemo, era también uno de los poetas más llanos y claros de la lengua. Pero sin grisuras. Este poema, pleno de humor y observación costumbrista, está en infinidad de antologías, y bien que lo merece. En uno de sus ensayos, Lázarro Carreter se admiraba de la evocación serena del mundo infantil de la época que aquí se ilustra, sin los tremendismos de la picaresca. Al padre Juan de Pineda le parecieron de execrable gusto los dos versos finales del romancillo. El se lo perdió. Para leer a Góngora, recomiendo la generosa Antología editada por Carreira en Austral. Las Soledades las deja meridianas Jammes en su edición para Castalia: Hermana Marica, Mañana, que es fiesta, No irás tú a la amiga Ni yo iré a la escuela. Pondraste el corpiño Y la saya buena, Cabezón labrado, Toca y albanega; Y a mí me podrán Mi camisa nueva, Sayo de palmilla, Media de estameña; Y si hace bueno Trairé la montera Que me dio la Pascua Mi señora abuela, Y el estadal rojo Con lo que le cuelga, Que trajo el vecino Cuando fue a la feria. Iremos a misa, Veremos la iglesia, Darános un cuarto Mi tía la ollera. Compraremos dél (Que nadie lo sepa) Chochos y garbanzos Para la merienda; Y en la tardecica, En nuestra plazuela, Jugaré yo al toro Y tú a las muñecas Con las dos hermanas, Juana y Madalena, Y las dos primillas, Marica y la tuerta; Y si quiere madre Dar las castañetas, Podrás tanto dello Bailar en la puerta; Y al son del adufe Cantará Andrehuela: No me aprovecharon, madre, las hierbas. Y yo de papel Haré una librea Teñida con moras Porque bien parezca, Y una caperuza Con muchas almenas; Pondré por penacho Las dos plumas negras Del rabo del gallo, Que acullá en la huerta Anaranjeamos Las Carnestolendas; Y en la caña larga Pondré una bandera Con dos borlas blancas En sus tranzaderas; Y en mi caballito Pondré una cabeza De guadamecí, Dos hilos por riendas; Y entraré en la calle Haciendo corvetas, Yo y otros del barrio, Que son más de treinta; Jugaremos cañas Junto a la plazuela, Porque Barbolilla Salga acá y nos vea; Bárbola, la hija De la panadera, La que suele darme Tortas con manteca, Porque algunas veces Hacemos yo y ella Las bellaquerías Detrás de la puerta. |
Autor: | gakugeki [ 29 Feb 2016 17:52 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Un soneto muy sentimental, como suyo, de Francisco de la Torre, en el que, extrañamente, no hay ninguna mención a la noche ni a las estrellas: La blanca nieve y la purpúrea rosa, que no acaba su ser calor ni invierno, el sol de aquellos ojos, puro, eterno, donde el amor como en su ser reposa; la belleza y la gracia milagrosa que descubren del alma el bien interno, la hermosura donde yo discierno que está escondida más divina cosa; los lazos de oro donde estoy atado, el cielo puro donde tengo el mío, la luz divina que me tiene ciego; el sosiego que loco me ha tornado, el fuego ardiente que me tiene frío, yesca me han hecho de invisible fuego. |
Autor: | quentin [ 09 Mar 2016 1:54 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
En el Otelo, Shakespeare pone en boca de Emilia: Mas creo que si pecan las mujeres la culpa es de los maridos: o no cumplen y llenan otras faldas de tesoros que son nuestros, o les entran unos celos sin sentido y nos tienen encerradas; o nos pegan, o nos menguan el dinero por despecho. Todo esto nos encona y, si nuestro es el perdón, nuestra es la venganza. Sepan los maridos que sus mujeres tienen sentidos como ellos; que ven, huelen y tienen paladar para lo dulce y lo agrio. ¿Qué hacen cuando nos dejan por otras? ¿Gozar? Creo que sí. ¿Los mueve el deseo? Creo que sí. ¿Pecan por flaqueza? Creo que también. Y nosotras, ¿no tenemos deseos, ganas de gozar y flaquezas como ellos? Pues que aprendan a tratarnos o, si no, que sepan que todo nuestro mal es el mal que nos enseñan. |
Autor: | gakugeki [ 23 Mar 2016 3:05 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Estos deleitables versos de la introducción de los Milagros, de Berceo, con su efusión de prados, ahora que se viene la primavera (también se nota que Berceo algo sabía de músicas): Yo maestro Gonzalvo de Berceo nomnado, yendo en romería caecí en un prado, verde e bien sencido, de flores bien poblado, logar cobdiciaduero pora homne cansado. 3 Daban olor sovejo las flores bien olientes, refrescaban en homne las caras e las mientes; manaban cada canto fuentes claras corrientes, en verano bien frías, en ivierno calientes. 4 Habién y grand abondo de buenas arboledas, milgranos e figueras, peros e mazanedas, e muchas otras fructas de diversas monedas, mas non habié ningunas podridas ni acedas. 5 La verdura del prado, la olor de las flores, las sombras de los árbores de temprados sabores, resfrescáronme todo e perdí los sudores: podrié vevir el homne con aquellos olores. 6 Nunca trobé en sieglo logar tan deleitoso, nin sombra tan temprada ni olor tan sabroso; descargué mi ropiella por yacer más vicioso, poséme a la sombra de un árbor fermoso. 7 Yaciendo a la sombra perdí todos cuidados, odí sonos de aves, dulces e modulados: nunca udieron homnes órganos más temprados, nin que formar pudiesen sones más acordados. 8 Unas tenién la quinta, e las otras doblaban; otras tenién el punto, errar no las dejaban; al posar e al mover, todas se esperaban, aves torpes nin roncas y non se acostaban. 9 Non serié organista nin serié vïolero, nin giga, nin salterio nin mano de rotero, nin estrument nin lengua nin tan claro vocero cuyo canto valiese con esto un dinero. 10 Peroque vos disiemos todas estas bondades, non contamos la diezmas, esto bien lo creades: que habié de noblezas tantas diversidades que no las contarien priores ni abades. 11 El prado que vos digo habié otra bondat: por calor nin por frío non perdié su beltat, siempre estaba verde en su entegredat, non perdrie la verdura por nulla tempestat. 12 Manamano que fui en tierra acostado, de todo el lacerio fui luego folgado; oblidé toda cuita el lacerio pasado: ¡Qui allí se morase serié bienventurado! |
Autor: | gakugeki [ 11 Abr 2016 4:05 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Unas menudencias entre humorísticas, gregueriescas y haikústicas, sacadas de Los Infimos, de Leopoldo Lugones: Y la mariposa sentimental que de flor en flor lleva su tarjeta postal. Y el escarabajo magnífico, inmundo y redondo como el mundo. Y la solitaria violeta que basta para hacer un poeta. Y el minucioso ratón que en sus correrías sobresaltadas economiza a pulgadas la sombra del rincón. Y la sed de agua que corre expedita y grata como una limpia moneda de plata. |
Autor: | gakugeki [ 17 Abr 2016 5:35 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
De Juan de Mena (al menos de su Laberinto de Fortuna) se ha dicho a menudo que es demasiado pretencioso en su imitación de los clásicos latinos, y que ahora su verso se nos queda pedregoso y algo cansino. Entre los episodios que los "expertos" suelen perdonar del poema está el de la tormenta (narración sobre el Conde de Niebla), inspirado en momentos parecidos de la Farsalia, y el de la maga (bruja) de Valladolid, que están muy bien y es conveniente leer. Pero, en realidad, el poema está lleno de versos felices (y de otros, es verdad, que son una facha). »El conde, que nunca de las abusiones creyera, nin menos de tales señales, dixo: 'Non pruevo por muy naturales, maestro, ninguna de aquestas razones; las que me dizes nin bien perfecçiones nin veras prenósticas son de verdat, nin los indiçios de la tempestad non veemos fuera de sus opiniones. 169 »'Aun si yo viera la mestrua luna con cuernos escuros mostrarse fuscada, muy rubicunda o muy colorada, creyera que vientos nos diera Fortuna; si Febo, dexada la delia cuna, ígneo viéramos o turbolento, temiera yo pluvia con fuerça de viento: en otra manera non sé que repuna. 170 »'Nin veo tampoco que vientos delgados muevan los ramos de nuestra montaña, nin fieren las ondas con su nueva saña la playa con golpes más demasiados; nin veo dalfines de fuera mostrados, nin los merinos bolar a lo seco, nin los caístros fazer nuevo trueco, dexar las lagunas por ir a los prados. 171 »'Nin baten las alas ya los alçïones, nin tientan jugando de se roçiar, los quales amansan la furia del mar con sus cantares e lánguidos sones, e dan a sus fijos contrarias sazones, nido en invierno con grande pruína, do puestos, açerca la costa marina en un semilunio les dan perfeçiones. 172 »'Nin la corneja non anda señera por el arena seca paseando, con su cabeça su cuerpo bañando por ocupar el agua venidera; nin buela la garça por alta manera, nin sale la fúlica de la marina contra los prados, nin va, nin declina como en los tiempos adversos fiziera. 173 »'Desplega las velas, pues, ¿ya qué tardamos? e los de los bancos levanten los remos, a bueltas del viento mejor que perdemos; non los agüeros, los fechos sigamos, pues una empresa tan santa levamos que más non podría ser otra ninguna; presuma de vos e de mí la Fortuna non que nos fuerça, mas que la forçamos'. |
Autor: | angelparsifal [ 18 Abr 2016 11:29 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
¡Cómo! ¿He traicionado así mi libertad? ¿Pueden esos negros rayos grabar quemaduras tales en lo que de mí es libre? ¿O es que he nacido esclavo a cuyo cuello le va bien yugo de tal tiranía? ¿O es que carezco de juicio para sentir mi desgracia? ¿O de coraje, para aceptar desdén con tal desdén? Yo, que con prolongada fe, aunque a diario imploro ayuda, no obtengo limosna sino, por mendigar, desprecio. Valor, ¡despierta! La belleza no es sino belleza; Yo podría, debo, puedo, quiero Dejar de perseguir aquello cuya pérdida es ganancia. Déjala ir; tranquilo, mas aquí viene. Ve a ella, cruel, no te amo: Ay de mí, esos ojos hacen que mi corazón niegue las palabras de mis labios. Astrophil y Stella, de Philip Sidney. Soneto 47. Desgarrador, me dejó para el arrastre cuando lo leí en diciembre. |
Autor: | quentin [ 19 Abr 2016 2:35 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Pero yo he vivido y no he vivido en vano: Puede que mi mente pierda su fuerza, mi sangre su calor y mi cuerpo perezca entre los peores tormentos. Sin embargo hay algo dentro de mí que vencerá el dolor y el tiempo y sobrevivirá cuando muera: Algo que no es de la tierra y en lo que ellos no piensan. Parecido al recuerdo lejano de una lira muda, se deslizará en sus espíritus suavizados, para despertar en corazones, hoy duros como el mármol, los tardíos remordimientos del amor. Lord Byron Las peregrinaciones de Childe Harold (1812-1818) Canto IV No 137 El original inglés: But I have lived, and have not lived in vain: My mind may lose its force, my blood its fire, And my frame perish even in conquering pain, But there is that within me which shall tire Torture and Time, and breathe when I expire: Something unearthly, which they deem not of, Like the remembered tone of a mute lyre, Shall on their softened spirits sink, and move In hearts all rocky now the late remorse of love. Una traducción francesa: Mais j'ai vécu et je n'ai pas vécu en vain ; mon esprit peut perdre sa force, mon sang son feu, et mon corps périr dans les pires tourments . Il y a en moi quelque chose qui découragera La torture et le temps, et vivra quand je ne serai plus. Quelque chose qui n'est pas de la terre, et à quoi ils ne pensent pas. Comme l'écho lointain d'une lyre muette, Se glissera dans leurs esprits calmés, pour émouvoir Dans des cœurs, aujourd'hui de glace, le tardif remords de l'Amour. |
Autor: | gakugeki [ 21 Abr 2016 2:17 ] |
Asunto: | Re: La poesía de cada día |
Caramba, sir Philip Sidney y el formidable Childe Harold... En tan buena compañía quiero dejar al bueno de Gautier, por el que siento debilidad, tan poco genial él, pero tan buen escritor. Algo ligerito, que la musa fácil, Talía, la gozosa y cachondona, se le daba muy bien (aunque se podía poner melancólico e interesante como el más Lamartiniano de los románticos). Añado la versión en español abajo. Es de Carlos Pujol, aunque el lugar de internet donde la he encontrado no nos otorga el favor de tal dato. Por supuesto, se pierden las divertidas rimas del francés (Java-rêva, ) L’hippopotame au large ventre Habite aux Jungles de Java, Où grondent, au fond de chaque antre, Plus de monstres qu’on n’en rêva. Le boa se déroule et siffle, Le tigre fait son hurlement, Le buffle en colère renifle ; Lui, dort ou pait tranquillement. Il ne craint ni kriss ni zagaies, Il regarde l’homme sans fuir, Et rit des balles des cipayes Qui rebondissent sur son cuir. Je suis comme l’hippopotame : De ma conviction couvert, Forte armure que rien n’entame, Je vais sans peur par le désert. El hipopótamo de vientre enorme suele vivir en selvas como Java, y allí en el fondo de las cuevas hay monstruos que no se pueden ni soñar. La boa que se agita entre silbidos, el tigre que tan bien sabe rugir, el búfalo enfadado que resopla; él sólo duerme o pace siempre en calma. El kris y la azagaya no le asustan, contempla al hombre sin darse a la huida, se ríe del cipayo y de sus balas que no hieren su piel y que rebotan. Por eso yo soy como el hipopótamo; me protege mi fuerte convicción, armadura que me hace invulnerable, y así por el desierto ando sin miedo. |
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