Durante muchos años me encantaba ver trabajar a Antonio Díaz-Miguel.
La selección hizo grandes campeonatos con Díaz-Miguel al mando. Aquel Europeo del 73 lo recuerdo con mucho cariño, pero tras la crisis de finales de los 70s, se reflotó el equipo con la generación de los Epi, Romay, Solózabal, Sibilio, Iturriaga,.. como base, más algunos veteranos y la incorporación de Martín y Jiménez. Llegaron a jugar un baloncesto fantástico, más allá de los buenos resultados, con mención especial para el Preolímpico de 1984... ¡soberbios partidos!.
Desgraciadamente, Díaz-Miguel, que fue en muchas cosas un adelantado a su tiempo, no supo gestionar su retirada. Tras el Mundobasket del 86, hubiera sido un buen momento.
Lolo Sáinz siempre ha sido un entrenador sólido, pero particularmente su etapa al frente de la selección me parece que ni fu, ni fa. Ni en los fracasos (lo más abundante), ni en los éxitos (la medalla de plata del 99). Mención especial para aquella decisión de llevar a los Juegos del 2000 a Rogers, en lugar de a un joven Pau Gasol.
Con Imbroda la selección hizo muy buenos partidos, tanto en el Europeo de Turquía, como en el Mundial de Indianápolis. Dos partidos flojillos, frente a Puerto Rico y Alemania, nos llevaron al quinto puesto en el Mundial, pero el rendimiento fue consistentemente bueno. Al pobre Moncho López no le dieron mucha bola después, pero el Europeo de Suecia fue jugado muy bien, excepto algunos minutos contra Israel y la final contra Lituania.
Con Pesquera, en los Juegos de Atenas, hicimos un baloncesto de cine. Es verdad, perdimos con USA en cuartos, pero ni siquiera jugamos mal ese partido, simplemente tuvimos la mala suerte que un equipo con jugadores mejores que los nuestros, pero que iban cada uno a su bola, eligieran ese día para jugar su mejor partido del campeonato. Después, sin Gasol, dimos una imagen más pobre en el Europeo, ganando de milagro los cuartos a Croacia, y perdiendo en la semi con Alemania por un tiro en el último segundo de Nowitzki. Pero lo que sentenció a Pesquera fue la imagen del partido por el bronce ante Francia. Tal vez hubiera merecido otra oportunidad.
El Mundial de Japón fue simplemente extraordinario. El único partido que se atascó fue ante Argentina, que era campeona olímpica y subcampeona del mundo, y tenía un equipazo. Incluso ese día, merecimos ganar, y ganamos. La final ante Grecia, sin Pau, de cine. Es verdad que el año siguiente se falló en el Europeo de España, y parte de ese fallo está en el debe de Pepu, pero se le debería haber dado un voto de confianza. El afán de protagonismo del presidente y su falta de feeling con Pepu, hizo el resto.
Aito... un entrenador extraordinario. Tal vez, el mejor de la historia del baloncesto español. Pero en Pekín no encontramos nuestro juego, hasta la final con USA.
La larga etapa de Scariolo, ha conseguido resultados. Dos medallas de oro en Europeo, algo que siempre se nos había escapado. Sin embargo, mi sensación siempre fue que los éxitos se conseguían a pesar de Scariolo, en lugar de con Scariolo. El equipo español era claramente superior al resto (también lo era en Madrid, 2007, cierto) y sólo jugamos bien un puñado de partidos: los tres últimos de Polonia, el de Lituania, la final de los Juegos contra USA,... Sin Pau, volvimos a fracasar, esta vez en el Mundial de Turquía, y a hacer el ridículo con Argentina en el partido por el quinto puesto, aunque a Scariolo no le costó el puesto, como a Pesquera, seguramente porque su relación con Saéz era más fluida.
De Orenga... pues hablamos cuando acabe el campeonato. Todavía estamos a tiempo de romper a jugar, y ganar el oro. Nuestro equipo no es ahora el mejor con diferencia, pero tampoco hay ninguna otra selección que sea claramente superior al nuestro, así que dependemos de nosotros mismos.
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