Todo el mundo dice que mi belleza es perturbadora. Evidentemente, lo dicen por amabilidad y para ver si cae un descuento.
Yo, por otro lado, tengo la convicción plena de ser feo, incluso lamentable. Cuanto más insiste la gente (que, como todos sabemos, es buena y amable) en ensalzar mi atractivo físico (es cierto que yo solicito su opinión constantemente, lo que quizás explique el hecho de que la duración media de mis amistades no supere las dos semanas, aunque siempre invito yo a todo) más me convenzo de que intentan protegerme de la verdad; a saber, que los niños al verme no están muy seguros de si pertenezco a la especie humana y es por ese motivo (y no por alabar indirectamente mi esbeltez), por el que, a veces, me tiran pedazos de pan, como a los patos del Retiro.
Querido foro, ¿soy de verdad tan feo como temo? ¿Sobrevaloro la importancia de la prestancia? ¿O no la valoro lo suficiente (soy un poco de la escuela de la belleza interior, pero es que a veces sospecho que el interior es todavía más feo que el exterior)?
Adjunto una foto:
http://farm3.static.flickr.com/2544/389 ... 756d71.jpg¿Por otro lado, el sentir una atracción irrefrenable por Angela Merkel puede delatar una homosexualidad oculta? ¿Estoy viviendo un engaño? (también sueño con ella, y todo).