En cuanto a Vertigo y Kane, pues es como si me dicen que si prefiero Tosca o Rigoletto. Pues las dos, las dos, Dos obras maestras.

Pero, claro, pienso en Kim Novak son el sueter verde y sin sostén... y se inclina la balanza

A mi me fascinaba aquello de poder decir a un bellezon que se te aproxima con la intencion de pasar contigo las proximas horas: "¿Nos veremos esta noche?" -- "Nunca hago planes con tanta antelacion".

Varias decadas despues, aun sigo esperando la oportunidad de colocar la frase... No desespero, lo mismo le paso a Woody Allen, y al final...

Pues yo entre Vertigo y Ciudadano Kane, me quedo de calle con Vertigo.
Welles haría cosas mucho mejores que Ciudadano Kane (Sed de mal, Campanadas a medianoche, El cuarto mandamiento, Una historia inmortal, F de Fraude, El proceso, Otelo... de hecho, Kane es casi la que menos me gusta de él), en cambio Vertigo es Hitchcock elevado a la máxima potencia.
A esa altura, yo creo que sólo están Con la muerte en los talones y Psycho.

Estoy bastante de acuerdo. Pero yo es que tengo una manía con Welles. Su cine sólo me gusta en porciones. Lo que me fascina es el personaje. Y sus lecturas (Kipling. Fragmentos de Moby Dick; casi que me río de sus pelis). Oye, ¿y qué te parece una historia inmortal, que no veo desde que era un baby? ¿Vale la pena buscarla?

Pero yo sigo en la noria, perdonen.

Nada, que si es cuestión de razones, las razones no me convencen del todo.

Claude Rains está igual de bien en encadenados y bastantes otras. Bogart es tan Bogart o más en el sueño eterno y otras. Greenstreet es un estupendo actor de carácter, pero en otras películas los hay tan buenos o mejores (Harry Davenport, Charles Coburn...), Lorre es un poquito cargante aquí, y, de hecho, está mejor en el halcón maltés y en bastantes otras. S.Z. Sakall se come todavía con más ansia las escenas en otras pelis. La Ingrid reconozco que es mucha Ingrid. La iluminación de Edeson es muy buena, pero como tantas otras. Guiones tan bien trabados e ingeniosos los hay, y no pocos.

Pero claro, no es una cuestión de ingredientes ni de su combinación.

Es una cuestión de esa magia especial que se insiste que tiene esta película y que cabe preguntarse si no será un poco ilusoria (no la magia, que existe, sino su categoría de única). ¿No habra aquí algo de sopreexposición (que explica que mucha gente que no ve películas antiguas haya visto ésta, por ejemplo), y también de hipérbole? ¿No será que cuesta aceptar que no existe algo como la mejor novela de la historia, ni el mejor cuadro? ¿no habrá también algo de cabezonería del que no quiere dar su brazo a torcer (léase moi)? Es posible.

"El cuarto mandamiento", ésa es, en mi opinión, la cumbre de Welles. Ese plano fijo de tía y sobrino en la cocina pelando habichuelas vale más que todos los barroquismos de "Ciudadano Kane". Y que conste que "Kane" me parece una magnífica película, pero sobredimensionada por sus muchas connotaciones, como bien ha señalado el señor Mitchum.


En muchísimas otras. Un verdadero antropófago: compartir plano con él, era un suicidio. En tal circunstancia, se merendó a medio Hollywood .

Y lo de "Casablanca", como todo mito, es difícilmente describible con palabras. Si se analiza racionalmente, todo parece muy prosaico, pero el conjunto tiene un hechizo único, indescifrable. Ahí radica su grandeza . Pero por supuesto tampoco es obligatorio que le guste a todo el mundo. Los dogmas de Fe, si son inevitables, mejor los dejamos para otras "historias".

No os estáis olvidando de

http://www.filmaffinity.com/es/film966902.html

Strangers on a train?

Lo del tenis y lo del carusel de ferias..... antológico!!!

Una maravilla "Extraños en un tren". La magistral escena inicial; el asesinato tomado en el cristal de las gafas de la víctima, la recuperación del mechero en la alcantarilla (Hitchcock decía que sería capaz de rodar el Quijote escrito en la cabeza de un alfiler), el personaje del interpretado por Robert Walker, uno de los grandes malos de su filmografía que se adueña de la película y se pule al protagonista, el debilísimo e inexpresivo Farley Granger.

Y además de todas las nombradas, "Los pájaros", "La sombra de una duda", "Rebeca", "La soga", "Sospecha", "39 escalones", "Alarma en el expreso"... Hitch tiene tantas magníficas.

Tampoco vamos ahora a dejar "Ciudadano Kane" a la altura del betún (se pasaría de la mitificación total durante tantos años, a dejarla ahora por los suelos), aunque personalmente también me gusta más "El cuarto Mandamiento"" (El esplendor de los Ambersons), lástima que está tan cortada y montada finalmente sin la aprobación del autor y no digamos, "Sed de mal", para mí, la cumbre de Welles.

Claro que no es obligatorio que guste Casablanca, pero yo soy muy feliz contándome entre los hechizados, embrujados e hipnotizados por ella.

Una de las leyendas que rodean el "Kane" es que cuando llegó al set de rodaje, Welles se acercó a una cámara y exclamó "¡Ah! ¿así que esto es una cámara de cine?", dando a entender que no tenía ni idea de cómo funcionaba el cacharro. Luego siempre quedará la duda de cuánto de la técnica cinematográfica fue del propio Orson y cuanta de Toland, director de fotografía y operador.

"Marnie" me parece otra película fallida de Hitchcock, y sin embargo defiendo la revalorización de sus cintas británicas de la última época. "Frenzy" es un prodigio, y la ya crepuscular "La trama" tiene un encanto especial. Hay menos personaje y más narración. Incluso de su época más dorada, la irregular "Crimen Perfecto" tiene a la Grace Kelly más guapa nunca vista, con ese vestido rojo de fiesta, y una escena que me cautivó de niño, el momento en el que él llama por teléfono para ver si su mujer sigue viva o no.

Lo que me sorprende es que nadie cite a "Notorious" (Encadenados), la sucesión de besos en escena más famosa de la historia del cine, cuyo único objetivo era esquivar a la censura del Codigo Hayes. Y el espectacular zoom desde lo alto de la escalera a la mano de Ingrid Bergman en la que esconde la llave de la bodega, donde el pérfido Claude Rains guarda ¿armas nucleares? ¿cómo llamamos a este Macguffin?

Hitchcock tenía una ya sabida debilidad por sus dos actores fetiche, Cary Grant y James Stewart. En el primero veía al héroe de las grandes aventuras, al hombre que nos gustaría ser a todos. En Stewart, al ciudadano cualquiera que padece y refleja los sufrimientos ante situaciones difíciles.

Volviendo a Casablanca, ya saben que el guión se escribía por las mañanas y se rodaba por la noche. Y el final no es el que estaba previsto. Esa escena de Ilsa yéndose con Victor se escribió y se rodó la primera. Al estudio no le acababa de convencer, y pidieron una reescritura del guión. Con tan mala suerte que la Bergman, actriz a sueldo de David O. Selznick, ya se había cortado el pelo para "Por quién doblan las campanas", y por tanto, hubieron de conformarse con lo que habían.

La Warner, que tonta no era, intentó explotar el filón de este reparto en la fallida "Pasaje para Marsella", con la misma trama de nazis malos persiguiendo a luchadores por la libertad, de nuevo a las órdenes del húngaro Curtiz. Evidentemente, fracasó en el intento. Ese mismo año (1944), Bogart encontró a Bacall. El resto ya se lo imaginan.

"Encadenados" es una maravilla. No la cité porque creo que ya alguién lo había hecho. Hitchcock (y Claude Rains) consiguen que el público se ponga de parte del "malo" Alexander Sebastian y que, nada menos que Cary Grant, nos resulte antipático.

Marnie se me revaloriza cada vez que la veo y no digamos "Crimen perfecto", si se la compara con el flojísimo remake moderno protagonizado por Michael Douglas y Gwyneth Paltrow.

Pues sí, seguramente Michael Curtiz no merezca entrar en una lista de los mejores directores de todos los tiempos. Al menos, no entraría en la mía.

Pero eso no impide que algunas de sus películas estén entre mis favoritas. Además de "Casablanca", me encanta "La carga de la Brigada Ligera". Y otras cuantas, sin llegar a tanto.

"El capitan Blood", sin ir más lejos, o la histórica "La vida privada de Elizabeth Essex".
más flojos son sus westerns, por mucho Errol Flynn que hubiera.

Y no se olviden de "Robin Hood" y, sobre todo, "Angeles con caras sucias" con esa memorable escena final en que James Cagney, a petición de su amigo de niñez ahora sacerdote (interpretado por Pat O' Brien), se viene abajo y suplica arrástrándose al ir a la silla eléctrica para no servir de ejemplo a los pilluelos del barrio que le idolatran.

Michael Curtiz pertenece a esa estirpe de directores (como Walsh, como Wellman, como King, como Wyler) que nunca aparecen en las listas de los grandes directores, pero cuando uno se pone a recordar títulos y momentos inolvidables de la Historia del Cine, sus nombres salen a relucir continuamente. Como bien dice el refrán: "Una cosa es predicar, y otra dar trigo".

Uno de mis Hitchcocks favoritos. En su momento, me sabía esta película de memoria porque tuve que hacer un trabajo sobre ella cuando estaba en la Universidad. Para los interesados, comentar que en unos meses sale en Blu Ray la versión restaurada y remasterizada .

yo a Walsh le encuentro muchísima más personalidad que Curtiz. de esos que cita, me parece de largo el más dotado. Wyler era un descomunal narrador, y Vidor tiene algunas pequeñas maravillas. pero en su conjunto, Walsh es un realizador poderoso, de los grandes grandes.