La exposición de Redon es bien interesante, como dice Sutherliano.
Sus jarrones con flores son de una tacticidad tremebunda (y polipropilénica, ja, quiero decir que los colores y texturas vibran), por mencionar el aspecto menos extraterrestre de su obra. Pero anda que sus litografías de arañas, caras como ojos y ojos como caras, lluvias de dados...
La exposición de Hines es jugosísima. En parte, un viaje al horror de la historia (madrecita que nos quedemos como estamos):
(creo que esta foto no está en la exposición, aunque se me puede haber pasado)En parte, una contemplación compasiva y afectuosa del animal urbano:
(esta foto sí está)
con una certeza plástica infalible, sin caer en el esteticismo empalagoso y forzado:
(ésta también está).
Las fotos de la construcción del Empire State Building son bien conocidas, y lo merecen. ¡De que manera capta el tío esos fondos tan alejados con el equipo que tenía! Son vertiginosas.
Ya he ido dos veces, y más que caerán.
) con ilustraciónes de las fábulas de La Fontaine. Efectivamente, me parece lo más disfrutable de Chagall.