Me quedé atónito ante el diagnóstico: "espondilitis anquilosante", un término que me retrotrajo a los días felices de mi juventud, cuando leía con fruición a Homero y a Virgilio. Anquises, padre de Eneas en virtud de su relación amorosa con Afrodita (Venus para los romanos) no podía caminar a causa de su vejez y sobre todo de su anquilosamiento, valga la redundancia, por lo que su hijo hubo de cargarlo a la espalda para poder así huir con él de la incendiada Troya. La espondilitis, en cambio, me sugería algo referido a los espolones o a las espuelas, pero no: etimológicamente significaba "vértebra"; o sea, que tenía una inflamación que causaba la fusión patológica de todas la que formaban mi columna.
Luego, desperté de aquel sueño con una ligera lumbalgia.
_________________ "Glissez mortels, n'appuyez pas!" Jean Paul Sartre
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