Claro que hay sonidos, sonidos incidentales, sonidos incontrolados, ruidos si quiere, pero hay. Ahí están los sonidos sutiles y tenues generados sin querer por la gente que nos rodea (respiraciones, suspiros, gruñidos), por la materia inerte del mobiliario (el susurro del aire acondicionado, el crujido de sillas) o incluso los sonidos del exterior del auditorio (pasos de gente por la calle)… Si lo ve de esta forma es una experiencia única e irrepetible, un acercamiento al mundo de sonidos que no se pueden escribir en una partitura.
El silencio de esta forma cobra un sentido de musical por sí mismo, nunca antes elevado a la categoría de pieza de concierto. Pero como ya le dije, sólo la defiendo como concepto, no como obra musical. Aunque a Ud. le parece una bobada, el concepto, la intención de no es seguir lo que alguien ha hecho sino abrirse a la contemplación de todo cuanto sucede, que tiene más valor que las obras de un individuo, a mí sí me parece profundo; aunque reconozco que conviene conocer el pensamiento del que derivan estas ideas y los métodos compositivos en otras obras de Cage para valorarlo.
mitchum escribió:
el amigo Cage. un visionario!
Por supuesto, imagínese las sonoridades nuevas y casi ilimitadas que presenta el
piano preparado.