Me aficioné cuando casi se retiraba, era joven y tengo pocos recuerdos de él como piloto. Aún así era elegantísimo y sin destacar en ninguna faceta del pilotaje ni tener la mejor moto se apreciaba que, salvo rara excepción, los demás a su lado eran juniors.
De comentarista al principio era un horror, tanto él como Valentín Requena, no estaban al día ni en pilotos ni en tecnología y no pasaba de un pueblerino repitiendo clichés. Al tiempo Valentín empezó a cubrir el campeonato de España y se puso al día con los nuevos niños y los hijos y el sobrino de Ángel compitieron, se empezó a colar por boxes y tampoco le costó nada modernizarse. La calidad subió como la espuma, ya no había carencias. Los mejores periodistas de motos del mundo (léase Denis Noyes y Mat Otxley) te pueden dar una explicación física de la cosa más rara que veas en un circuito pero no tienen la visión de Ángel. Él veía un grupo de diez y te decía "El cuarto tiene medio segundo en la manga y el séptimo va con la lengua afuera". A las pocas vueltas uno se escapaba y el otro se quedaba descolgado. Presumo de esa capacidad de leer entre líneas pero ahí es donde comprendí que VERDADERAMENTE era un maestro.
Aparte, jamás una polémica, jamás malas caras. Su sola presencia en el paddock lo pacificaba. En fin, que el jurado del Príncipe de Asturias puede hacer con su galardón lo que guste que EN VIDA tenía en Jerez curva y monumento y ahora el circuito va a pasar a llamarse así. En su casa se le quiere y se le respeta.