Los ángeles son un elemento frecuentísimo en la cultura popular japonesa. Para ellos la connotación religiosa desaparece, quedando sólo la estética, la que viene del Renacimiento. Los ángeles podrían ser el equivalente occidental de sus
bishounen, sus ‘jóvenes hermosos’, cuya belleza trasciende las fronteras del género y la orientación sexual… aunque también hay ángeles de género femenino.
En
Haibane Renmei,
La federación de las plumas de carbón, una joven ángel amnésica (en la ilustración,
extremo derecho), más tropezada que caída, se esfuerza por convertirse en una ciudadana más. Pero todo le resulta hostil, extraño: la hermética ciudad en la que vive, la organización social… aunque no recuerda ningún detalle de su pasado, comienza a hacerse inquietantes preguntas sobre todo cuanto le rodea.
Algo más elaborada es la historia de
Angel Sanctuary, un manga sobre un ángel caído condenado a reencarnarse cíclicamente en forma humana. En esta historia, la tierra y el infierno se consideran antisimétricos. Eso significa que, al tiempo que el hombre arruina y envilece su hogar, el infierno se debilita, se vuelve menos malo. Algunos ángeles deciden aprovechar esta coyuntura para infligir el golpe final al Maligno, pero la comandante de las tropas celestes, Alexiel, los considera en rebeldía. En un retorcido ejercicio moralista, Alexiel concluye que si sus compañeros celestiales son impuros, pues no han respetado el Descanso del Señor, los demonios, aunque tampoco son puros, se encuentran al menos en proceso de
purificación... Castigada por su herejía, su actual prisión de carne es un problemático adolescente japonés, ignorante él/ella mismo/a de su naturaleza angélica.
En
Neon Genesis Evangelion, el concepto de ángel es completamente ambiguo. En principio, se trata de unas criaturas sin forma definida (con frecuencia gigantes de aspecto biomecánico, pero no siempre) que siembran el caos en la ciudad de Neo-Tokio sin motivo aparente. La agencia militar
Nerv consigue detener los ataques uno tras otro, empleando enormes robots humanoides pilotados por chavales de catorce años… Especial interés reviste el último ángel, Kaworu (en la ilustración,
arriba), el único con forma humana (y sin alas, como en el Antiguo Testamento). Algunos afirman que no es otro ángel más, sino que su aparición supone la
parusía o segunda venida prometida en el evangelio... En su cuerpo de adolescente, Kaworu logra infiltrarse en Nerv, entablando una tormentosa relación con el protagonista de la serie, el piloto Shinji Ikari (en la ilustración,
abajo). Kaworu fue el personaje masculino de ficción más popular del Japón durante casi cinco años, como atestiguan las encuestas de la popular revista
Newtype.
¿Y qué decir de
Kanchi, el Ángel de las Alas Negras? Su aparición en el segundo episodio de
FLCL merece un recuerdo. Mamimi Samejima, una joven universitaria aquejada de un grave trastorno mental, no distingue entre la realidad y la ficción del videojuego
Fire Starter, en el que encarna a una fanática incendiaria al servicio del
Ángel de las Alas Negras. Cierto día, mientras merodea las ruinas chamuscadas de su antiguo instituto, confunde a un simple robot doméstico con su ángel vindicador y se adhiere ciegamente a él. El resto de la historia es un poco más complicada, pero tan sólo la escena del avistamiento ya es maravillosa.
Hayao Miyazaki no ha abordado el tema en ninguno de sus largometrajes, pero el 1995 realizó un videoclip para el grupo
Chage & Aska que trataba sobre un ángel moribundo descubierto durante una operación militar. La canción,
On your mark, no vale nada, pero el video es preciosísimo, con estética Möbius adaptada a la sensibilidad tan particular del director de
El viaje de Chihiro. Se puede ver aquí:
http://www.dailymotion.com/video/xwdcq_ ... shortfilms
En
Saikano la novia de protagonista se convierte, por medio de la ingeniería militar, en una especie de ángel exterminador que sobrevive a la destrucción del mundo.
Casi todas las obras del estudio
CLAMP tienen algún ángel de por medio: los siete ángeles de
X,
Tsubasa (literalmente “alas” en japonés), la frágil y alada protagonista de
Clover o, por supuesto,
Angelic Layer.
En el
Crazy Heaven de Takaya Miou -la mayor esteta del manga contemporáneo-, podemos encontrar junto a los coros celestiales a un San Sebastián de cuya bragueta brotan flores, a un Heliogábalo de ojos vidriosos o al Marqués de Sade redivivo. Entre sus futuros proyectos está el adaptar al comic la genial novela de Anatole France,
La rebelión de los ángeles.
En
La visión de Escaflowne, los personajes tienen alas aunque no se les llame explícitamente ángeles.
En
D. N. Angel, algo más infantil, un adolescente de clase media descubre que posee ADN angélico, mientras que
Angel Beats! trascurre por entero más allá de la muerte, con una protagonista que se propone vengarse de Dios por su cruel destino en vida.
Tampoco olvidamos a los ángeles de
Saint Seiya,
Sailor Moon,
Ah! My Goddess o
Blood+…
Mira lo que te pierdes, Sutherliano.