“No hay papel”, la reventa rondaba los 2.500€ por una entrada de sombra, los aledaños de la plaza eran ríos de gente a las tres de la tarde. Se respiraba un ambiente raro, entristecido, colérico. Los bares, las cafeterías a reventar ¡hasta el estanco estaba abierto! La tarde era de las grandes, tarde de toros, tarde de despedida. Ayer más de 17.000 personas, en el arrastre del último de la tarde nos íbamos a cortar la coleta. Me crucé con amigos aficionados de toda la vida, cruzamos miradas pero pocas palabras. No nos podíamos creer que ayer se le iba a dar carpetazo a 3 siglos de fiesta taurina en Cataluña. Di dos vueltas enteras al coso y al final crucé aquella puerta, la crucé y detrás de mi venían los 43 años que llevo de abonado en el coso barcelonés. El ganado estuvo triste, mal presentado, poco juego, e 3º y el 4º deberían haber sido devueltos a los corrales por inválidos. Pero ayer el respetable estaba por otros menesteres. Juan Mora estuvo muy bien en el que abría plaza, lanceó de capa al “ralentí” una media soberbia en el primer quite que fue el cierre de tres verónicas desmayadas de cartel. Con la muleta estuvo torero, buenos naturales, buenos derechazos y un par de pases de pecho de pitón a rabo como mandan los cánones. Falló con el acero y el morlaco se marcho al desolladero con los apéndices. Una lástima. En el segundo de su lote poco pudo hacer, el toro inválido de salida no dio juego y ya se sabe “sin toro no hay fiesta”. Serafín Marín, estuvo mal en su primero, deslavazado, poco aseado, muy voluntarioso eso si, pero poca cosa. El toro era un autentico inválido. Tuvo el diestro Marín el honor o la deshonra de dar muerte a 300 años de toreo en Cataluña. Se fajó con él, algún muletazo bueno. Una estocada en todo lo alto, en los “gavilanes” y dos orejas. José Tomás, los ríos de tinta que he dejado correr por el teclado del ordenador, creía yo que lo había visto todo, pero va a ser que no. Ayer en su primero lió un escándalo y puso la Monumental boca abajo, armó el alboroto!!! El toro era una perita en dulce y el Monstruo de Galapagar dio buena cuenta de él. Con el capote paró el tiempo, le saludó con verónicas sevillanas frenando la carrera del burel. Lento, pausado, con las zapatillas cimentadas en el albero, le fue ganando terreno, lo llevó a los medios y le propinó una media infinita, antológica. En los quites embrujó al toro, lo hipnotizó. Cerró una serie de delantales con una larga cordobesa de una belleza sublime. Se fue a por la muleta. Pases de castigo con torería. Las faenas de Tomás en Barcelona se han caracterizado porque en la mayoría de las veces el diestro de Galapagar las ha iniciado echándose la muleta a la zocata y ayer no iba a ser menos. Cinco series con la izquierda, veinte naturales de infarto, de una lentitud estremecedora, citando de frente, dándole barriga al toro, cruzado completamente en los terrenos donde el toro mata. Cerró las series con pases de pecho de pitón a rabo y con algún trincherazo desmayado. Pases de arte, de belleza sin igual: obras de arte. Cuando hay alguien que torea de esa manera no hace falta usar la derecha: ayer Don José en su primero, la utilizó solo para algún cambio de mano y para propinarle un estoconazo en todo lo alto. Cortó dos orejas con una fuerte petición de rabo. Estuvo magistral en el segundo, quite por gaoneras ceñidas: de infarto! Cerrando con una revolera exquisita. Volvió a la zocata, toreó con la derecha, se adornó: dio otra clase magistral de torería. Los tendidos echaban humo. Falló Tomás con los aceros, pero allí dejo arte, lo desparramó por toda la plaza, por toda Barcelona. Esta es mi última crónica desde el coso barcelonés. He intentado siempre describir lo que he visto y vivido en la plaza y espero haber podido transmitir algo de mi pasión y amor por la Fiesta Nacional. Allí quedará el coso, vacío, pero erguido para descredito e infamia de quien ha matado tres siglos de arte en Cataluña. Adiós a mi plaza y gracias por haberme dado tantas tardes de arte, de enseñanza y de pasión. Desde el Tercio de la Monumental de Barcelona un fuerte abrazo, Jago
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