mitchum escribió:
entiendo que lo sabe, pero por si acaso, los "Penny Dreadful" eran unas publicaciones de a penique que recopilaban en el Londres victoriano los sucesos más escabrosos y demás relatos tenebrosos, más próximos a la ficción que otra cosa [...] ese Dorian Gray que menciona el señor Alberich es uno de ellos. la Frankesteina también da un giro que no se sabía muy bien a dónde conducía.
Sí, de ahí mi broma con lo del dólar. Y todo para intentar dar una explicación irónica sobre cómo una serie que se pretendía trascurriera en el Londres victoriano --lo que, desde el principio constituyó un verdadero gancho para la mayoría de los espectadores-- termina desarrollando su trama en el
Far West, como si de
Hell on Wheels se tratara. Podrá tener toda la lógica argumental que se quiera, pero me parece una auténtica tomadura de pelo por parte de Logan que nos haya hurtado la neblinosa metrópolis británica para darnos, a cambio, el polvoriento paisaje semidesértico de ciertas tierras norteamericanas.
Dorian Gray: el tipo más anodino y hortera que uno pueda imaginarse. Un personaje sin fuerza ni clase alguna, mal caracterizado y al que se quiere presentar como transgresor y malo malote simplemente porque no lleva corbata ni sombrero y se acuesta también con hombres (¡como si eso fuera algo sorprendente hoy día!). A años luz del frío, sibilino, equívoco y elegante Gray que construyó Hurd Hatfield en la clásica versión de Albert Lewin (1945).
Lo de la
Frankensteina es que no tiene nombre, sencillamente. Primero por suponer que una señorita tan poco atractiva como la elegida --aunque ya sé que la cosa va en gustos-- puede ser esa especie de Mata-Hari que nos presentan en la serie, capaz de encandilar a un tío con
curriculum vitae como Dorian Gray y de organizar
ex nihilo toda una banda de prostitutas feministas dispuestas a ir matando hombres (como si la cosa fuera así de sencilla). Todo ello por no hablar de la tonta relación de dependencia (inexplicable) entre Victor Frankenstein y su estúpida criatura femenina.
mitchum escribió:
me gustó la subtrama de Josh Harnett. me parecía que sí encontraba una justificación, y hay una evidente evolución en el personaje.
No estoy de acuerdo del todo. Comparto la idea de que la
historia de Chandler/Talbott es, junto a la de la
criatura masculina de Victor Frankenstein, la mejor hilvanada. Pero tiene elementos ridículos y mal definidos, como son la relación sentimental que el personaje establece con la bruja, o la aparición (innecesaria) del Talbott padre, matando a la gente en la mesa, a la hora de la cena. Y, por último, me parece que dicha trama tiene poco sentido dentro de una serie titulada "Penny dreadful" que, se supone, transcurre en el Londres victoriano y se apoya en su estética, tópicos e iconografía. Un timo a los espectadores en el caso de esta tercera temporada (que transcurre mayoritariamente en Norteamérica).
mitchum escribió:
con Eva Green he tenido sensaciones encontradas a lo largo de toda la serie, hasta el punto de que, por momentos, me tiraba de un pie si sufría mucho, poco o regular con sus demonios personales
Vanessa Ives: comparto el sentimiento. Demasiado mística en la segunda temporada; mucho mejor en la primera (que, a la postre, ha sido mi preferida).
mitchum escribió:
por el contrario, el Drácula no me ha disgustado. aunque se nota en exceso que el final de la temporada (y de la serie) ha sido de circunstancias, con más prisas que otra cosa.
Drácula: un personaje insulso, ridículo, mal caracterizado y absolutamente prescindible (tal y como se le presenta). Ni se habla de su pasado (salvo la breve referencia al hecho de haber vampirizado a la hija de Sir Malcolm), ni de cómo llegó a Londres, ni qué hizo para establecerse allí... Por lo demás, ¿alguien se puede creer que, para conseguir su objetivo --conquistar a la señorita Ives-- este Drácula pavisoso vaya a la capital del Imperio, se busque un puesto de trabajo oficial en la sección de Ciencias Naturales del Museo Británico --lo que conlleva tener que respetar unos horarios y seguir una rutina--, practique una vida de auténtico burgués y no levante la menor sospecha de sus actividades vampíricas...? Menuda idiotez... Por no hablar del precipitado final (tanto de Drácula, como de la propia Vanessa).
Dos de los personajes más interesantes de la serie han sido el peculiar y simpático Ferdinand Lyle de Simon Russell Beale, así como el Sir Malcolm Murray de Thimoty Dalton. Deberían haberlos aprovechado mucho más, en lugar de centrar tanto la acción en Green, Harnett, Piper (Brona/Lily) y Carney (Dorian Gray).
En fin, Serafín. Muy, muy desilusionante esta última temporada. Ya digo...