Verdi, de Renato Castellani --aquí titulada, en efecto, como
La vida de Verdi--, es una de las mejores series que yo haya podido ver en mi vida (de hecho, está entre mis cinco favoritas, con otras como
Yo, Claudio, o
Doctor en Alaska). No es sólo que se nos cuente en ella, de manera inmejorable y pormenorizada, la vida del genio de Los Roncole, es que, además, se recrea con absoluto acierto la época y las circunstancias (políticas, economicas, sociales, etc.) que rodearon al músico y contribuyeron a incrementar su descomunal fama. Es una biografía que no se limita a ser "evenemencial" y a narrar sólo los hechos y su acontecer, sino que profundiza en ellos y en sus causas como pocas veces he visto yo en un trabajo de esas características (máxime tratándose de un producto para televisión). Los pasajes, por ejemplo, en que el omnipresnete narrador se aleja de la mera anécdota biográfica y desciende a examinar (y explicarnos) los puntos esenciales y mas significativos de las óperas de Verdi (personajes, situaciones, fuentes de inspiración, etc.) son sencillamente alucinantes, por precisión, exactitud y alcance del análisis. Además, las interpretaciones de todos los actores --empezando por el propio Pickup-- son de matrícula de honor, y la puesta en escena acertadísima y muy cuidada. Con razón decía Pilar Miró que era el programa del que más orgullosa se sentía durante el tiempo en que fue directora general de RTVE.
¡Qué lejos se halla esta obra maestra de la televisión de la pedantesca y pretenciosa seria que Tony Palmer dedicó a Wagner!