El primer partido de la tarde se resolvió en el 1º cuarto (que termino 24-0 para los visitantes), donde los Ravens pasaron por encima de unos apáticos Patriots, para terminar ganando 33-14. El partido empezó de manera fulgurante, ya que en la primera carrera el gran protagonista del partido Ray Rice (159yrds 2 TD) se marco mas de 80 yrds de carrera para poner el 7-0 para los Ravens en menos de 15 sec., pero la cosa no termino ahí, por que en la primera posesión de los Patriots, Terrell Suggs llego a Brady y le forzo el fumble recuperándolo el mismo en la yarda 30 contraria. Para que Mclain (8yrds 1 TD) hiciera el 14-0 con menos de 5 min de partido jugados, llevando la incredulidad a las gradas, por si fuera poco, unos Patriots aturdidos, vieron como primero Brady soportaba un Sack de Ray Lewis, y después un pase de Brady (23/42 154yrds 2TD 3 INT) era interceptado por Carr, en lo que era el principio soñado para los visitantes, y una autentica pesadilla local. Mas aun cuando Ray Rice volvía a transformar otro TD para poner el 21-0, con Flacco (4/10 34yrds 1INT) de mero espectador durante todo ello (y durante todo el partido por que no hizo nada). Los patriots volvieron a tener el balón, y Brady volvió a lanzar una intercepción, esta vez después de una deflexión en un pase a Moss (48yrds) a cargo de Ed Reed que llevo el balón hasta mas del medio del campo, y luego se la paso a Carr para que este llegase hasta la 10, 21-0 y posesión en la red-zone con aun 3 min para terminar el 1º cuarto, en medio de la indignación e incredulidad de la parroquia local que abucheaba incesantemente a los suyos. El drive termino en FG y con ello concluyo un 1º cuarto de pesadilla para los Locales, que se repusieron en el segundo, cuando un punt termino en fumble y fue recuperado en la red-zone por los Patriots. Que Brady aprovecho para anotar con un pase al más voluntarioso y laborioso de los locales ayer Edelman (44yrds 2 TD) que dio todo de si para suplir la que se demostró fue, insustituible baja de Welker. Pero los Patriots no consiguieron recortar nada mas la ventaja y al descanso se llego 24-7 con la sensación de que los Patriots no conseguirían darle la vuelta a esto. Por si fuera poco en el 3º cuarto Brady volvió a ser interceptado, esta vez por Landry, que retorno el balón hasta casi la red-zone rival, terminando casi con las esperanzas locales (aunque los Ravens debieron conformarse solo con 1 FG). Y eso que al final del cuarto de nuevo Brady paso a Edelman (que junto con un voluntarioso Faulk (52yrds y 37 de recepción) fue lo único reseñable en los locales) para poner el 14-27, que daba alguna esperanza a los locales, esperanzas que Rice y Mcgahee (62yrds 1TD) se encargaron de destrozar en el siguiente drive con otro TD basado en la carrera. Asi se llego al final de un partido que termino a 3 min para terminar el 1º cuarto, y posiblemente al final de una dinastía como los Patriots que deberán de renovarse muy mucho para estar entre la elite de la NFL el año que viene.


El otro partido fue todo lo contrario a este, un partidazo de cabo a rabo entre dos QB en estado de gracia que llevaron a sus equipos a un final épico en la prorroga tras un partido memorable, en el que los Cardinals acabaron venciendo 51-45 a los Packers. Empezaron muy bien los locales (de hecho por momentos parecía que se iba a repetir el partido anterior) con una intercepción en el primer pase de Rodgers en unos Play-offs, un Rodgers (28/42 422yrds 4TD 1 INT) que se fue entonando para ser uno de los hombres del partido, y realizar un autentico partidazo memorable. Asi salto a cancha otro de los protagonistas del partido que realizo un partido simplemente perfecto K Warner (29/33 379yrds 5TD) que empezó a mover a su equipo, primero con las carreras de un gran B. Wells (91yrds) y después una carrera de Hightower ponía el 7-0 para los locales, que volvieron a volver loca a su afición cuando en el siguiente drive de los Packers, Rodgers conecto con Driver para que Dansby (el otro protagonista del partido en los locales) le sacase el balón de las manos y provocase un fumble que recupero Arizona, Warner no lo desaprovecho y conecto con Doucet (77yrds 2TD) para poner el 14-0 en el marcador con poco mas de 5 min de juego. Los Cardinals volvieron a parar a los Packers, esta vez sin turnovers, en medio del jubilo local, y transformaron un FG, antes de que terminase el primer cuarto, para dejar el break en 17-0. Fue entonces cuando los Packers empezaron tímidamente a reaccionar, gracias a una gran jugada defensiva de Woodson que le saco el balón de las manos a Fitzgerald (82yrds 2 TD) y provoco el fumble que recupero Mathews. Entonces Rodgers empezó a conectar con sus receptores, y a correr con Grant (65yrds) para acercar a los suyos gracias a un QB sneek que colocaba el 17-7 en el marcador. El problema es que los Cardinals estaban intratables en defensa con un Warner que no fallaba nada, y volvió a anotar otro TD después de un gran drive, que finalizo de nuevo Doucet, que suplió con garantías al lesionado Boldin. Los Packer volvieron a mover el balón pero debieron conformarse con un FG que puso fin a la 1º parte con 10-24 tras no prosperar el ataque de los Cardinals posterior. En la reanudación, y en lo que parecía un golpe casi definitivo, los Cardinals volvieron a cuajar otro gran drive que termino con un buen pase de Warner a un Fitzgerald (que creo hizo falta a Woodson derribándole antes de atrapar el pase e irse solo a la end-zone) 31-10, y la cosa parecía casi hecha para los locales, pero aquí empezó la reacción de los Packers. Gracias a los precisos lanzamientos de Rodgers a Finley (partidazo del TE con 159yrds) y a Jennings (130yrds 1 TD) que por dos veces capturo 2 pases de Rodgers el primero para meterles en la red-zone y el segundo de manera espectacular para anotar el 17-31, entonces los Packers sorprendieron a propios y extraños al ejecutar (magistralmente por cierto) un Onside Kick que recuperaron, en medio del nerviosismo local. Que se acentúo cuando tras un arriesgado 4º y 1, los Packers volvieron a anotar gracias a los pases de Rodgers a Finley y a un último pase a Nelson que situaba el 24-31 en el marcador, devolviendo la emoción al encuentro a mitad del 3º cuarto. Los Cardinals lejos de ponerse nerviosos respondieron de la mejor manera que saben, con un vendaval ofensivo que les llevo a en 2 min anotar un TD. Primero gracias a un carreron de Wells, y después con otro pase de Warner a Fitzgerald que de nuevo pudo hacer falta a Woodson y capturo el balón a 1 mano de manera impresionante. Les tocaba responder a los Packers y así lo hicieron, con un buen drive de nuevo de Rodgers, Jennings y finalmente Jones (50yrds 1TD) en 4º y 5 que capturo un pase de este para anotar el 31-38 al principio del último cuarto. El nerviosismo empezaba a instalarse en los locales que veían como los Packers no cejaban en su empeño de igualar el partido, y por primera vez en el mismo, los Cardinals no consiguieron mover el balón, y debieron de alejarlo, lo que permitió a Rodgers, Finley y Driver (vaya finta la suya para irse hasta la yarda 1 de los Cards) dejar a los suyos a una corta carrera del TD que completo Kuhn (el FB) para igualar el partido a 38 con mas de 10 min por jugar aun. Arizona necesitaba mover el balon justo cuando mas difícil lo estaba teniendo, pero Warner, soberbio toda la noche se cargo al equipo a las espaldas, junto a un grandísimo al final Breaston (125yrds 1TD) que salio para atrapar los pases mas complicados, y poner a los suyos a falta ya de menos de 5 min de nuevo arriba 45-38. El partido ya rozaba lo épico, y lo fue mas cuando Rodgers se cargo también su equipo a la espalda, y llevo a los suyos a otro gran drive de 3 min gracias a un pase tremendo que capturo de manera increíble Jennings, primero y Finley después (solventando un 3º y 6) para que finalmente Havner volviera a empatar el partido con menos de 2 min por jugarse. 2 min se habia demostrado demasiado tiempo en este partido, y así fue, pues Warner le sobro tiempo para conectar con Breaston y Doucet, para llevar a su equipo a la yarda 20 rival a falta de 14 seg para el final, desde donde, incomprensiblemente, Rackers fallo calamitosamente el FG que les hubiera dado la victoria (lo que llaman cachondamente en el GameDay de la NFL “Nickfolked that”), y que conducía al partido a un final digo del mismo, una prorroga a vida o muerte, en donde el que ganase el sorteo tenia todas las papeletas de llevarse el gato al agua. Y los Packers fueron los que ganaron el sorteo, para algarabía de los chessheads, que se veían ya en NO la semana que viene. Pero como todo partido épico, el final fue digno del mismo, y en un 3º y 6 tras primero estar apunto de conectar con un solito Jennings para haber ganado el partido, y después solventar una penalización y estar en condiciones de conseguir el nuevo set de downs, Rodgers fue placado y cometió fumble que recupero de manera rocambolesca Dansby, para retornar el balón a la End-zone en medio del mas absoluto delirio, de los presentes, y de servidor, que a la alegría de la victoria de los Cards, sumaba las ganas que tenia de irse ya a dormir (que eran las 2:05 de la mañana) , 51-45 el partido con mas anotación de la historia de los play-offs, una pena para un Rodgers que cuajo uno de los mejores partidos que un debutante en ellos habrá hecho nunca.

Partidazo increible el de los paletos contra Arizona. Nunca hubiera sospechado que en un partido de más de ochocientas yardas me iba a divertir tanto.

Mis chicos jugaron como cuervos, de mantenerse esa solidez más vale que los potros den coces de verdad por la cuenta que les trae.

Bueno, en Green Bay están que trinan con el arbitraje del domingo, ya no sólo por las supuestas interferencias no pitadas a Fitzgerald, sino sobre todo por los palos que se llevo Rodgers, y no se pitaron como faltas personales, en concreto uno de Berry, casco contra casco; y sobre todo, esta imagen de un claro facemask en la jugada clave que le dio el partido a Arizona ... curiosamente, en un ejemplo de lo que debe ser un deportista serio, Rodgers ha dicho esto The things I worry about are the things I can control. I made some mistakes in the game. Those are the ones I'm thinking about. Not a potential facemask on that

El último man-eater

Ray Lewis es demasiado pequeño para jugar de linebacker. No os riáis. Eso es lo que dijeron la mayoría de los ojeadores de la NFL cuando estaban preparando el draft de 1996. Esa fue una de las razones por las que el mejor jugador defensivo de la última década, y tal vez de todos los tiempos, fue elegido el número 26, por detrás de otros tres linebackers. Los Ravens se frotaban los ojos y no podían evitar la risa nerviosa. Un milagro les había permitido elegir a un jugador que pasará a la historia y que ya tiene un hueco esperándole en el Hall of Fame.

Ray Lewis ha sido elegido para jugar la Pro Bowl en once de sus catorce temporadas en la NFL; en dos ocasiones fue nombrado jugador defensivo del año; ganó la Super Bowl XXV en la que fue elegido MVP y su número 52 será inmediatamente retirado por los Baltimore Ravens el día que se retire.

Durante sus cuatro primeras temporadas, Lewis se formó en un equipo recién nacido y al que le esperaba un largo periodo en el fondo de la clasificación de la AFC Central (en esos años sólo había tres divisiones por conferencia). Sus números eran extraordinarios, y todo el bloque defensivo se ganó muy pronto fama de duro dentro de una división en la que los Steelers marcaban eternamente la pauta, pero los primeros años de las franquicias casi siempre son difíciles.

La vida de Ray Lewis quedará siempre marcada por lo que vivió entre el 30 de enero de 2000 y el 28 de enero de 2001. La primera fecha señala el día en el que los Rams de Warner, el mejor equipo ofensivo de todos los tiempos, ganaron la Super Bowl a los Tennessee Titans. Esa noche Ray Lewis estaba en una fiesta de la Super Bowl en Atlanta que terminó con la muerte de Jacinth Shorty Baker y Richard Lollar. Seis hombres les rodearon y acuchillaron, repetidamente, para después marcharse en una limusina. El martes siguiente, Lewis fue detenido y acusado de doble asesinato.


Tras un juicio muy complicado y mediático, el juez decidió que Ray Lewis estuvo presente pero no intervino en el asesinato. El jugador fue condenado a un año de libertad vigilada. Todo el proceso no afectó a jugador en el aspecto deportivo, pero sí que le colgó un estigma que aún hoy sufre. Perdió todos sus contratos de imagen y desde entonces, a pesar de ser uno de los jugadores más mediáticos de la NFL, nunca ha vuelto a firmar grandes contratos publicitarios. Los fantasmas de Jacinth y Richard siguen persiguiendo al 52 de Baltimore.

Pero su temporada de libertad vigilada tal vez fuera la mejor como jugador. Ese año 2000 los Ravens tenían una defensa memorable. Burnt, Sam Adams, Siragusa y McCrary en la línea; Boulaware, Ray Lewis y Jamie Sharper como linebackers; Duane Starks y McAllister como cornerbacks; Kim Herring y Rod Woodson como safeties. Adams-Siragusa son considerados por muchos la mejor pareja de DT de la historia de la NFL. Eran dos gigantes infranqueables que además podían entrar en busca del QB rival como osos grizzlies. Rod Woodson, el free safety, era tan espectacular y rápido como Polamalu pero aún más inteligente. En el centro de aquel huracán defensivo reinaba Ray Lewis que, antes del suceso de la noche que coronó a los Rams, ya tenía bien ganada dentro de la NFL la fama de ‘asesino’ de QBs.


Aquel conjunto llegó a la Super Bowl gracias a su defensa. Su QB, Trent Difler, era sólo un elemento más sin protagonismo. Le pedían que no se confundiera, que le diera balones a Shanon Sharpe, el TE mítico de los Broncos que terminó su carrera en Baltimore con otro anillo de campeón, y que dejara correr a Jamal Lewis, un corredor novato que había completado una temporada espléndida.

Además era una defensa que torturaba a sus rivales. Permitía que los ataques llegaran hasta ese punto en el que parece que puedes anotar un field goal, pero si lo intentas lo fallas. Conseguir una yarda más resultaba casi imposible. Así que era habitual ver a un rival de los Ravens atravesar el campo una y otra vez con total impunidad y, drive tras drive, quedarse atascado en la yarda 35. No sólo era dominante en el aspecto físico, sino también en el psicológico. Su otra gran virtud era la capacidad de improvisar. Estaba formada por jugadores que no querían saber nada de estrategias. Todos tenían suficiente experiencia como para actuar de forma intuitiva. Resultaba increíble ver cómo cada uno iba por su cuenta, pero el resultado final era mucho mejor que el de esas defensas en la que todo está absolutamente ensayado.


La semana previa al gran partido contra los Giants fue una pesadilla para los de NY. Lewis y compañía describían delante de los micrófonos y de cualquier periodista que les quisiera escuchar, como torturarían sin compasión a todos y cada uno de los jugadores del ataque rival. El lunes anterior al partido los analistas no tenían claro favorito, cinco días después todo el mundo tenía claro que los Ravens se comerían a los Giants. Fue increíble ver como, según pasaban los días, el equipo de la gran manzana se iba achantando en sus declaraciones. Un bloque temible, en el que había estrellas famosas por ser inalterables como Michael Strahan, se llenó de sombras balbuceantes en las horas previas al partido.

Después de conquistar el título, Brian Billick, el head coach de aquellos Ravens, pensó que sólo necesitaba un gran QB para que su equipo fuera invencible durante años. Despidió a Dilfer y se puso a buscar. Y así han pasado las últimas temporadas en Baltimore, a la caza de ese QB que completara la pócima. Lo malo es que han tenido que esperar tanto hasta la llegada de Flacco que la mayoría de aquellas estrellas se ha retirado o está jugando sus últimos partidos.


Ese es el caso de Ray Lewis. La franquicia incluso se ha planteado, en algunas ocasiones, dejarle marchar del equipo. Pero él, a pesar de su edad y de que ya no es tan rápido ni tan fuerte, es el alma de los Ravens desde que éstos nacieron. Ray, el último man-eater, sigue rugiendo en la sabana de las cien yardas como ese león viejo que nadie se atreve a retar. Ahora, en playoff, está en sus terrenos de caza preferidos y el próximo sábado se enfrentará a los Colts, dirigidos por el rey de la selva de la NFL. Tal vez esa sea la gran víctima que más ha ansiado devorar.

Ray Lewis, el mejor middle linebacker de todos los tiempos, tiene este mes de enero su última oportunidad para coronarse rey, como ya hizo en enero de 2001. Para ello tendrá que aplastar, entre sus fauces, la cabeza de Petyon Manning

Palizón de Nueva Orleans a Arizona, impresionante lo que ha evolucionado esta franquicia en una década.