Si el problema es que no es el enemigo, sino el futuro teatro con el que colaborar. Yo entiendo que a nivel de gestión interna tienen que hacer caja y tirar de estas compañías del este hasta que alguien les proponga algo mejor. Y ahí entraremos nosotros, antes o después, no hay prisa, ya llegará el momento, mejores circunstancias, etc.
Nosotros mientras tanto tenemos nuestros planes de difusión (conferencias, talleres, presentaciones) y nuestros planes líricos (un par de recitales que cuajarán pronto). El camino lo tenemos claro, los ritmos y los interlocutores, también. Pero eso no quita para quejarse cuando lo que se hace no nos gusta.
Veo que tenéis más o menos claras las cosas. Me alegra.
