Carl Tunner escribió:
Nunca comprenderé esa actitud que ha reflejado el Sr. Hentzau (y lo siento, porque le considero uno de los grandes valores del foro, además de que suelo coincidir con él). "Antes me gustaba, pero ahora la considero un coñazo". El otro día me enfurecí hablando con un tipo que me soltó que consideró durante muchos años a Tosca como una de sus obras favoritas y que ahora le parecía una basura y que había perdido muchos años de su vida con ella. Toma castaña. No lo entiendo. En mi vida como aficionado he añadido muchísimas obras que al principio no me entraban, pero jamás he dejado por el camino ninguna. Siempre he sumado nunca he restado. Empecé con la zarzuela siendo un adolescente y me sigue pareciendo un género fascinante, luego pasé a la ópera italiana, a Rigoletto, a Verdi... Pues la primera me sigue pareciendo tan obra maestra como hace 27 años y Verdi, cada vez con más fuerza, el mejor compositor para el teatro. Asimismo, esa evolución me ha permitido apreciar y profundizar en las obras y ganar en criterio como espectador. Porque esa actitud que yo lamento, se acerca tristemente a la estulticia filosnobista y al complejo de superioridad. La postura es "Antes que era un ignorante me gustaba eso, pero ahora que ya soy un intelectual y un sabio de estas cosas, me parece una castaña", pero siempre atacan lo mismo, lo fácil, la bestia negra de los apóstoles del "nivelón" musical (el de los Arteagas, Téllez y demás, otras amebas, más bien protozoos, que cuando nadie se acuerde de ellos, Paglacci seguirá montándose en todos los teatros y "Vesti la giubba" representando al género operístico erga omnes), es decir, el verismo, el putching ball favorito de todos estos que se instalan en la "atalaya de la sabiduría".
Bravo, bravo y Bravo!!!
Absoluta, total y apataputantemente de acuerdo. Palabra por palabra, punto por punto, vocal por vocal y consonante por consonante.
Nada más que añadir, salvo que sí me interesa esta frase de "zelenka":
zelenka escribió:
Pues a ti que te gusta sumar en lugar de restar, tal vez algún día tengas la suficiente amplitud de miras para sumar esos "coñazos". Afortunadamente el mundo no es sólo el de Carl Tunner, y asi como tú sumas títulos hay quienes los restan y no veo por que esa actitud tiene que ser criticable. Y si alguien llega a la conclusión de que perdió su tiempo con Tosca está en todo su derecho de sentirlo así.
El tema o matiz es que cuando se suma, o se quiere sumar, uno lo hace con su buena voluntad, espíritu positivo y ganas e ilusión por tratar de descubrir algun titulo nuevo que pueda de repente sorprender o gustar, o bien, directamente por tratar de incrementar su acervo lírico con el simple ánimo de incluir en él cuantas más y diversas cosas, mejor. El problema del que resta, genéricamente, es que su meta capital es la despreciar, tratar de humillar y tratar de exhibir una falsa superioridad con respecto a aquel que se niega a hacerlo y, de hecho, sigue admirando y disfrutando los títulos que le enamoraron del género desde que lo descubriera.
Esta es la crítica que se debe hacer y entender porque es así. Sí, ya, ahora dirán que por qué uno no va a poder decir que si simplemente no le gusta la Tosca es que no le gusta y unto y no hay mayor trasfondo, pero eso, todos sabemos que es falso. No que no guste Tosca, que puede no gustar por supuesto, si no ese espíritu transmisor de tal disgusto, que para nada es tan inocente y puro. Va siempre cargado den esa segunda intención mezcla de desprecio y de complejo de superioridad.
Usted mismo en su comentario, sin darse cuenta, así se exhibe, asío desprecia y así se pone de aires de superioridad: "tal vez algún día tengas la suficiente amplitud de miras". La carga de soberbia y desprecio de esta frase es brutal. Luego resulta que muchos de los que exponemos sin sonrojarnos un pelo que nos fascina una Tosca, un Chenier o un Pagaliacci, contamos con cientos de estrenos, obras líricas, sinfónicas o de cualquier género en nuestra experiencia; nos hablan como si no fuéramos nunca, y quizás, hasta hemos ido a más. Y algunas veces, efectivamente, nos ha encantado la experiencia y otras no, pero en todo caso, y atando con lo de los 120 ó 123 años, no nos engañemos, salvo un pack de títulos muy escaso, las obras que vamos viendo estrenar con todo su bombo, luego igual han sido repuestas una o dos veces, y pasan a la nevera cuando no a un eterno congelador. O hay que rebuscar un teatro en no sé donde, para encontrarla. Ya sé que hay excepciones, pero es la regla genérica que afecta al 95% de las obras que se van estrenando: mucho bombo inicial, y luego... qué?. Luego no comparemos la tendencia a futuro de lo que se estrena hoy, que es tendencia a que poco, muy poco, poquísimo perdure, con obras de un período que en su globalidad ya perdura como tal.
Y por cierto, dentro de 120 años... todos calvos. Yo no estaré ahí para verlo ni el resto tampoco. Prefiero centrarme en lo que hoy hay, ha llegado y está con toda su energía y poder, que en tratar de hacerme desde una simple butaca de aficionado como una especie de infeliz profeta del potencial repertorio que dominará las carteleras líricas en el año 2.135. Perdóneme, pero no me interesa interpretar ese papel (porque efectivamente es una interpretación, en este caso, ni eso: es una sobre actuación, se ve se nota en la actitud del gafapasta de pro tal sobre actuado).