Ha sido muy divertido.
Angela Gheorghiu ha cantado y se ha comportado tal como yo esperaba.
Ha ido de superdiva, se lo ha pasado divinamente, ha lucido tres modelitos y se ha alisado el pelo a mitad de concierto: ¿no es adorable?
En cuanto al canto, ha estado muy bien: Recital todo de ópera-maría (piezas archiconocidas). Ha salido cantando el aria de las joyas y ya se ha llevado al público de calle.
Muy bien también en el Cid, la Rondine y la Butterfly (ya lo sé, todos deseamos que ese agudo final sea más largo, pero siempre, siempre, se nos queda corto).
Muy chula ella, ha cambiado el aria de La Forza del Destino por el O mio babbino caro, coincidiendo con un cambio de vestido para despistar y desviar la atención, muy lista.
En los bises, una versión totalmente Deanna Durbin de Non ti scordar di me, con paseos a ritmo de vals por el escenario. En la Granada, el despiporre: no se le entendía un pimiento (
no la culpo, a los cantantes españoles seguro que no se les entiende un pimiento cantando en inglés o alemán y nadie se queja), la orquesta por un lado, ella por otro ¿a otro tono incluso?, las castañuelas desbocadas, López-Cobos a lo suyo, la buena mujer moviendo el culo y dando pasitos de baile y acabando despendolada. El señor de al lado mío se cabrea: ¿qué espera? es un bis.
Acaba los bises con una opereta rumana que no conoce ni dios, hace un agudo bastante espectacular y hala, todos para casa.
Ahora saldrán los críticos de turno diciéndome que no tengo ni puta idea de canto, que tiene muchísimos fallos y que no se le oía y tal. Yo la he oído, la he visto, me he reído, he escuchado ópera y he disfrutado mucho. Y quien esperara otra cosa... ¿alguien realmente esperaba OTRA cosa de la Gheorghiu?
Un par de fotos
en mi blog (y comentario petardo/destroyer en un link allí, pero tampoco os lo recomiendo demasiado, que luego me llueven los insultos por mail