Ya estamos de vuelta. Me fui para tres dias y por una cosa y por otra se alargó la ausencia más de lo deseado.
¿Impresión general? de decepción. Me explicaré.
1.- Discos: vengo indignado. No he encontrado nada de mi interés. Ni siquiera he podido satisfacer peticiones aparentemente sencillas de colegas en esto de la ópera pero lo más indignante es comprobar como la inmensa mayoría de las grabaciones que se topa uno en París son las que tengo a cien metros de mi casa... un 50% más caras.
Por ejemplo, quiero otro "Lohengrin" y será el de Jess Thomas, Dietrich Fischer-Dieskau y Gottlob Frick. Aquó lo tengo por 20 euros; en París, por 35.
¿Y mis operas raras? Siguen en la lista. Ni siquiera he podido traerme "Nos", de Shostakovich. Deprimente.
Eso sí, me queda la pena de que no pude ir al Virgin de Campos Elíseos, que queda para otra ocasión.
2.- "Die Zauberflöte", en el Teatro La Bastilla. Ni fu ni fa.
La producción era de Robert Wilson (el colega de Phlip Glass) y consiguió lo que parece imposible: que esta ópera se convirtiera en un aburrimiento total. Le dió por el lado filosofico y fue un sopor. Papageno parecía que venía de un funeral. Muy aburrida, muy tiesa, muy "filosofica".
La escenografía -de la que recuerdo haber visto fotos en ¿Opera Actual?- tenías aspectos muy interesantes, especialmente el uso del color. Cada personaje era dueño de un color de tal forma que Papageno era verde, Tamino blanco, Monostatos negro y las tres damas amarilla, violeta y ¿?
La escenografía de Wilson, como me la esperaba. Muy pocos elementos y, aquí tambien, mucho color. Especialmente espectacular la torre de más de tres metros de altura que era el cuerpo de la Reina de la Noche en su primera aparición.
Mucha figura geométrica de tal forma que las tres puertas de los templos eran, respectivamente, un cuadrado, un triangulo y una linea de neon blanco suspendidos en el aire. Muy simbólico... y barato.
¿Y los cantantes? Nada del otro mundo. El mejor, Charles Castronovo (Tamino), un tenor de voz interesante, de cierto cuerpo y que dió al personaje el empaque presupuesto a un principe. Tambien me gustó Julia Kleiter, con un segundo acto muy bonito. Una voz bellisima.
Decepcionante, de poca voz y apenas audible el barítono Detlef Roth, actor tambien muy limitado. Reinhard Hagen fue un Sarastro plomizo y de voz nada atractiva; buenos graves pero una línea de canto más que sospechosa.
François Piolino fue un Monostatos "a lo Stolze", de voz metálica y gran actor. Por último, Ingrid Kaiserfeld (a priori, el nombre más conocido) fue una Reina de la Noche muy típica: esforzada, transmitiendo dificultad y fallando en las notas extremas. Fue abucheada por el sector juvenil que me rodeaba.
El público: aplaude mucho. Aplaudió practicamente todas las arias y escenas de la ópera, aunque sin fervor. El público premió a Tamino y Pamina y fue muy severo con la Reina de la Noche, a la que se abucheó no mayoritaria pero si ostensiblemente.
El local: esperaba más glamour francés. Desde luego, uno aprecia la belleza del Euskalduna cuando ve otros teatros.
La localidad: la compré por internet (60 euros) y era excelente. una de las mejores localidades que he tenido nunca. Por ese lado, ninguna queja.
Como tenfré que volver dentro de un año -más o menos- ya miré la programación del próximo verano y hay un "Tristan und Isolde" con Heppner que me llama a gritos, aunque me imagino que habrá tiros por las entradas.
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