Hola, comento un poco tarde este disco pero es que hasta la semana pasada no lo había oído en profundidad.
Es un disco comercialmente muy inteligente: por una parte mete maravillas poco conocidas -esas dos arias de Korngold absolutamente geniales, o el tremendo Tchaikovski- y por otra, repertorio de "ópera-maría" -la Tosca, el trovador, la Adriana-. De esta manera, se hace con el interés tanto del aficionado iniciado como del novel.
El cd, además, tiene un envoltorio precioso, con una carátula en digipack diseñada con mucho gusto y un extenso librillo lleno de fotografías. Es decir, puede que uno no se lo compre para sí mismo, pero PARA REGALAR, es ideal.
En el librillo, comentarios de la Fleming -en uno menciona que conoció Cléopâtre por la Caballé, todo un detalle-, los dos articulitos peloteros de turno y las letras de las arias.
Pasamos a la interpretación. Lujazo de acompañamiento orquestal, nunca imponiéndose a la soprano pero con una suntuosidad y una corrección apabullantes. El nivel general de sonido en el cd lo encuentro un poco bajo.
Ella. A mí el timbre de la Fleming no me emociona particularmente, lo encuentro un poco velado y falto de brillo. La considero una cantante muy correcta pero que no llega a fascinarme. Ya en su concierto de Madrid opiné lo mismo: muy correctos los Strauss, muy anodino el resto. Eso sí, se salió con Rusalka y Die tote Stadt, como dijo Fogopreso. Además, de vez en cuando te pega un agudazo o un trino de quitarse las bragas y tirarlas por la ventana. Y en el cd, sin la presión del directo -aunque se haya grabado en muy pocos días-, aprovecha para lucir esas pequeñas armas arrojadizas que hacen que te rindas a sus pies.
En el repertorio ópera-maría lucha contra lo de siempre: tenemos tan oída la Tosca o la Adriana y por voces tan conocidas y entrañables que por más que nos alargue calderones hasta la asfixia o retoque agudos finales, siempre tenderemos a la comparación. Además, es donde más noto esa ausencia de squillo en el timbre. Una queja: ¿por qué no hace la repetición en el Di tale amor del Trovatore? Le hubiera quedado redonda.
Hay que reconocer el impecable trabajo de dicción con el italiano. Procura que no se le escape ni una sola letra.
Ha incluido el aria de la golondrina de Mireille de Gounod, donde nos deleita con unas estupendas agilidades. Aquí la comparativa es con Mado Robin y su imposible agudo final o con la despendolada Jeanette Vivalda y su agotadora versión requetecoloratureada. Muy Bien.
Muy correcta en la rarísima aria de Cléopâtre, que es el colmo del estilo massenético. Muy, pero que muy bien en Smetana y Tchaikovski, poniendo la carne en el asador y apareciendo por primeara vez un poco desmelenada y pasional.
La Jenufa, por larguísima y un poco descolocada respecto al resto, no me gustó demasiado.
Y sublime en Korngold. Parte del valor lo lleva ya la música. Elegíaca en Die Kathrin y entusiasta en Das Wunder der Heliane, donde modula esa bajada de octava y luego el clímax final de una manera exquisita.
Francamente, después del desastre händeliano de su anterior disco, esperaba mucho menos, pero tengo que admitir que he salido encantado de su escucha y que lo recomiendo a todos mis conocidos.
Si tuviera que ponerle un adejtivo al cd, sería embriagador. Porque al principio parece normalito, otro más, pero luego se vuelve adictivo.
Es un gran disco con un repertorio interesantísimo interpretado por una muy competente cantante arropada por elementos de lujo: orquesta, libro y envoltorio.
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