Capobianco es el nuevo director del Colón El régisseur cuenta cómo será su gestión Después de 21 meses, el Teatro Colón vuelve a cambiar su dirección.
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Ayer, la Secretaría de Cultura porteña informó que el destacado régisseur Tito Capobianco sucederá al renunciante Gabriel Senanes en el puesto de director general y artístico.
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La modificación se produce como resultado de la última crisis que atravesó el Teatro Colón, originada más por una puja de poder que por un problema insalvable.
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La deuda que el teatro acumulaba por la falta de pago de derechos de autor estalló como tema público al principio de la presente temporada, cuando las casas editoriales se negaron a alquilar las partituras de compositores protegidos por ese derecho, obligando al Colón a modificar su programación, incluso, a último momento.
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Se trataba de un problema administrativo que afectaba a lo artístico. Y que fue el emergente del enfrentamiento entre Senanes y su director administrativo, Pablo Batalla.
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Anteayer, Senanes acusó a Batalla de ocultarle información, habló de boicot de la temporada y de que su presencia era un obstáculo para las
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mafias que anidarían en el Colón. Batalla se quejó de que se enteró de la temporada 2004, en la conferencia de prensa.
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Lo cierto es que, cuando la disputa tomó estado público y las chispas comenzaron a ascender por la estructura política del gobierno porteño, Aníbal Ibarra, ofuscado por la aparición de un frente de conflicto tan inesperado (sobre todo después de haber solucionado el larguísimo problema con los trabajadores) decidió bajarles el pulgar a ambos. Según López, fueron aceptadas las respectivas renuncias, aunque Batalla continuará un mes más, pero con el control del director administrativo de la Secretaría de Cultura y una auditora.
"Lo primero es llevar tranquilidad a la gente del teatro" .
Un hombre de la casa .
Capobianco, nacido en La Plata, se crió operísticamente en el viejo Teatro Argentino de esa ciudad y luego en el Colón. Cimentó su fama internacional en Nueva York, durante los dorados años 60 del New York City Opera.
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Ahora, con más de 300 producciones, 15 años de experiencia como director de la Opera de Pittsburgh y cinco décadas de docencia, decidió volver a casa, atraído por el proyecto que le presentaron en la Secretaría de Cultura: "Me habían llamado hace dos meses para interesarme por el Proyecto Teatro Colón, Centenario 2008. En el medio se produce esto y aquí estamos", contó ayer Capobianco en diálogo con La Nacion realizado en el despacho de Gustavo López.
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"El año 2008 me entusiasmó muchísimo. Toda la actividad se organiza con ese horizonte. Esa celebración implica la búsqueda de superación, calidad y disciplina, y contagiar a la gente de la pasión, indispensable para hacer que esto funcione", explicó.
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Entusiasmo y emoción conviven en el ánimo de Capobianco, por su regreso: "El golpe lo sentí cuando puse los pies en el escenario. Sentí ganas de decir: «Bueno, ¿qué vamos a ensayar hoy?»", comentó.
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En pocas palabras, Capobianco fue marcando sus primeras líneas de acción y algunos límites autoimpuestos, No vengo a dirigir, lo puse como condición. Vengo a pasar mi experiencia de 30 años de director general y artístico y de docente", aseguró.
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Perfil artístico: "El Colón es depositario de la más alta tradición de jerarquía y calidad del arte lírico, la danza, la música, sin discriminar ningún arte que alcance jerarquía de valor universal. Y esto incluye al público, no debe haber ningún tipo de distinción".
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La columna vertebral: "Son los cuerpos estables, la orquesta, el coro, el ballet. Todo lo demás actúa en función de eso, con la ayuda de los solistas. Quiero ayudar para que puedan estar bien, devolverles la fe, que vean que se los respeta como seres humanos y artistas. El respeto como prerrequisito para pedir disciplina. Porque sin disciplina no existe el arte".
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Artistas invitados: "Primero está el artista nacional. La intención es ayudarlo y exponerlo, sólo cuando esté listo. Luego se va a buscar el mercado internacional. Esto no significa que sea una fórmula. En este momento hay que tener un espíritu flexible a los cambios".
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El equipo. "Estoy pensando, veo gente, quiero ver qué debilidades hay".
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La temporada: "Sólo tengo que ayudar a que se ejecute bien, y garantizar la calidad. Es un momento de transición y lo primero es llevar tranquilidad a la gente del teatro para que pueda hacer bien su tarea".
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El repertorio: "Debe tener variedad. La ópera es un arte universal. No hay ni debe haber fórmulas. Esto es válido tanto para el repertorio como para los artistas participantes".
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El repertorio: "El Centro de Experimentación y el Instituto Superior de Arte del Colón son importantísimos. Porque ahí está el futuro".