Se agradece el comentario, estimado Nibelungo, que este año parece que hay menos interés por Bayreuth que nunca. Yo solo he sacado tiempo para el tercer acto de la
Walkiria, así que mi opinión vale lo que vale, pero la doy por aquello de animar el debate. Las voces están remontando, en efecto, aunque no deja de ser un efecto rebote; veníamos de donde veníamos. Wotan, si no me equivoco, fue en la primera jornada el sueco John Lundgren (¡hasta ahora tres cantantes distintos para el papel!); registro adecuado y fraseo con carga dramática, no anda sobrado de resistencia y el final de los parlamentos se le hace largo, largo. La Brünhilde de Catherine Foster no tiene mucho peso, pero brilla arriba (aunque no siempre le "entran" las notas); interpretativamente le echo en falta garra y calidez. En lo que no estamos de acuerdo es en la dirección, aunque me temo que estoy en minoría. Nadie le puede negar tablas a Janowski, que ya lleva dos Anillos grabados a sus espaldas, pero a mí su lectura no me convence. Fluida, colorida, no exenta de belleza en algunos pasajes, pero a mi juicio apresurada, muy tímida en dinámicas y articulaciones, carente de sentido épico. La batuta está tan preocupada por ligar las frases que se pierden los motivos y las cometarios instrumentales de la acción o de la definición de los personajes. La melodía es tan
cantabile y está tan rubateada que a veces suena más a Lehar o a Suppé que a Wagner.
Esto último es una boutade descomunal, claro, pero el caloret llega a todas partes y a lo mejor viene bien para convocar a algún otro ilustre partidario de Janowski.
Un peldaño (o más) por debajo de Petrenko y de Thielemann. Lo que ocurre es que esa orquesta y esos coros son taan buenos...