Estuve viendo el otro día una "Sonnambula" reciente de Viena, y también me gustó
. Últimamente, en la vieja capital del Imperio austro-húngaro parece que están funcionando bien las cosas. La protagonista es una soprano que no conocía, una tal Daniela Fally, y que no sé dónde estaba metida porque no es ninguna niña. Canta bastante bien, con tersura y expresividad, y no es la clásica vocecilla de jilguerito desnutrido que suele apechugar con este tipo de personajes. La voz parece que tiene señorío y hechuras. El punto débil es la coloratura, que tiende a lo gallináceo
. Flórez está también muy bien como Elvino, uno de sus personajes fetiches. Se podría pensar que tras las últimas incorporaciones de su repertorio, este papel se le podría atragantar, pero me atrevería a decir que se regodea en la faena más aún de lo que en él es habitual. Pisaroni cierra el terceto con nobleza. Buena dirección de Guillermo García-Calvo, sutil y vaporosa como conviene. Éste sí es nuestro mejor director joven, y no otros que venden las revistas de "amor y lujo".
La puesta en escena, para variar, los encierra a todos entre cuatro paredes, sin respiro y sin aire para una música evanescente y límpida como ésta. ¿Por qué tendran tanto miedo los directores escénicos actuales de salir al exterior?...