escuché críticas elogiosas de una de las funciones de Módena.

En mi infatigable afán por las óperas “poco trilladas”, hoy he vuelto a la “Saffo” de Pacini. Está la versión de Gencer, pero como tiene un tenor y un sonido muy malos, me he decidido por la del Festival de Wexford (1997). El libreto es de Cammarano, y naturalmente, no pueden faltar la “amiga”, en este caso, de la mezzo, ni la gran escena para el tenor con aria, tempo di mezzo y cabaletta. La obra se escucha con agrado y tiene una emocionante escena final para lucimiento de la soprano. Cantan Pletcheva (Climene, bien), De Candia (Alcandro, bien) y Ventre (Faone, discreto). La protagonista es Francesca Pedaci, que exhibe una voz amplia y timbrada y un muy correcto estilo. Debió ser una promesa en su tiempo. Por ello causa cierta tristeza recordar que, once años después, la tuvimos en Les Arts haciendo la Laura de “Luisa Miller”, también con libreto de Cammarano, pero esta vez degradada al cometido de “amiga”. Dirige Benini con su habitual eficacia.

Dentro de dos semanas y dentro de la temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de Euskadi se van a ofrecer distintas escenas de esta ópera, quizás la más importante -junto a Zigor, del mismo compositor y a Amaya, de Jesús Guridi- jamás compuesta en euskera.

Es de agradecer que Brilliant publique este tipo de obras porque de lo contrario sería muy difícil saber algo de ellas. Esta ópera, que tuvo un proceso de gestación larguísimo -más de veinte años-, fue terminada en 1983 y, tras detenida escucha puedo apuntar que recuerda en su estilo irreverente, sardónico y humorístico al Shostakovich de Nos.

Cierto que el personaje protagonista permite dislates argumentales pues Till Eulenspiegel es en su leyenda el dueño de la broma y la chanza permanentes pero además Karetnikov nos lo presenta rodeado de una música impregnada de humor y escasa de academicismo. Una ópera que un "shoskatovichiano" de pro no debería ignorar.

Compuesta a mayor gloria del entonces tenor Plácido Domingo, ya en su declive y con apuros en la franja aguda (la grabación es de 2004) sin embargo es innegable la capacidad del madrileño de hacer personaje,

Esta ópera se estrenó en noviembre de 1986, en la Ópera de Washington, con la dirección musical de Rafael Fruhbeck de Burgos, interpretando Plácido Domingo a Goya , Victoria Vergara a la Duquesa de Alba y Karen Huffstodt a la reina María Luisa. Más tarde, se representó en Viena, con algunas modificaciones.

Existe una grabación de 1991,Nuova Era (Harmonia Mundi ), bajo la dirección de Steven Mercurio, el tenor César Hernández como Goya y la soprano Susana Guzman como la Duquesa de Alba.

Hablando de Domingo y de personajes históricos españoles puestos en ópera durante los últimos años, el tenor madrileño estrenó una obra sobre Espronceda, el poeta romántico del XIX, cuya premiére tuvo lugar en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Pero ahora mismo no recuerdo quién la compuso y si existe o no testimonio sonoro. Lo que sí recuerdo es el sonoro gallo que Domingo emitió a la finalización de la ópera. ¿Alguien recuerda con más precisión y puede dar detalles?

Y unas cuantas más:
Divinas palabras de Antón García Abril , haciendo del Gailo , y esa ópera/musical, que creo que nunca se llegó a representar como ópera (corríjanme si me equivoco) , titulada Luna, de José María Cano.

La Die Walküre del pasado sabado 8 de abril del Festival de Páscua de Salzburg.

https://www.osterfestspiele-salzburg.at ... kuere.html

El próximo sabado a las 20'15 horas la tv 3Sat alemana lo retransmitirá en diferido.

El final del acto primero, en la voz de don Peter Seiffert es cuando menos digno de reflexión.

La ópera se llamaba "El poeta". El autor de la música fue Federico Moreno Torroba. Junto con Plácido cantó la gran Ángeles Gulín.

Muchas gracias, estimado joseluis; me ha refrescado la memoria. Recuerdo ahora que la retransmitieron por TVE y donde Domingo galleó al final. Junto a Plácido y Gulín intervinieron también el barítono Antonio Blancas y el bajo Julio Catania. La dirección musical corrió a cargo del malogrado García Navarro. Esto fue en 1980; después, "nulla, silenzio". Y nunca más se supo...

Desgraciadamente, una versión lastrada por la dirección lenta, premiosa y mortecina de Santini: por ello, inasumible; tanto, que sus atribulados intérpretes no tienen más remedio que acudir al sálvese quien pueda, a la profesionalidad y, sí, a la resignación. La "canción del velo", por ejemplo, es de un tempo y de una tristeza desoladoras. Y eso que el plantel -incluido un esforzado Labò- era de lo mejorcito de su época.

Es curioso que un presidente tan mediocre como Richard Nixon haya terminado en la historia de la ópera a través de este título. Una obra esta de Adams muy interesante.