Ayer, "Il Trovatore". Una ópera que he escuchado cientos de veces, pero no importa. Conviene volver con frecuencia a lo grande, a lo auténtico, a lo insuperable, a lo indiscutible, a lo que de verdad le gusta a uno, en suma: a Verdi. Versión de 1968 en Valencia, según la carátula y según Youtube, donde estuvo por algún tiempo. Craso error. Esto no es de Valencia. Doy fe, y lo siento por mi amigo Radamés, que me la trajo con gran ilusión, y por mí, que la habría visto en directo. El sonido es bueno en general, pero las voces suenan más claras que de costumbre. Dirige Nicola Rescigno, con tempi rápidos. Cantan Efthimios Michalopoulos (Ferrando), regular, con una voz muy tremolante, Kostas Paskalis (De Luna), bastante aseado, Alexandrina Milcheva (Azucena), con una voz muy bella y un eficiente fraseo. Lástima que renuncie al do de "la spremi", Montserrat Caballé, una estratosférica Leonora ¿por qué no grabó en estudio este papel, que le iba de matravilla y del que hacía una gran creación?. Dentro del gran nivel de su prestación, hay que destacar su "D'amor sul l'ali" con profusión de "pianissimi" etéreos, su "Miserere" y su "Lo giuro a Dio" con el añadido de varios agudos impresionentes, como también lo es su dominio del "fiato". Un lunar: el corte de "Tu vedrai che amore in terra". Y Plácido Domingo es un gran Manrico (creo que el mejor que le he escuchado), elocuente y con buen sentido del "legato" en "Ah, si, ben mio" y valiente en la "Pira", incluso en los agudos (supongo que "si" naturales), que esta vez no suenan forzados. Un disfrutable "Trovatore".
Y en contraste, hoy he "estrenado" ópera: "María Tudor", de Gomes, el brasileño que hizo un puñado de obras hiperultramegaitalianas. Video de Youtube, con aceptable calidad de imagen y sonido. Función de Sofia (1998). Producción y vestuario acordes con la época de la acción, con el inconveniente de que, a lo mejor, el público actual no la entiende. La ópera es interesante, y la música se deja escuchar en general (aún con cierta falta de vuelo melódico), con momentos impactantes, como la escena "di furore" de la protagonista y el gran concertante que cierra el tercer acto. El tenor (Fabiani) es un búlgaro bastante malo, el bajo y la segunda soprano (Gilberto y Giovanna), otros dos búlgaros bastante apañados, el barítono (Don Gil de Tarragona, así se llama, y es el "malo"), Franco Pomponi, bastante bien. Y la protagonista, que da nombre a la obra, una más que discreta Eliane Coelho, de quien recuerdo una "Salomé" en el Palau de la Música de Valencia con parecida calificación. Por supuesto, no me arrepiento del "estreno".
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