Mientras oigo La tabernera del puerto sueño con dos días seguidos de sol.

Seguramente esta es, entre las óperas top del siglo XX, la que más me cuesta.

Estos días he reescuchado "Anita", el disco que sirvió de presentación a Anita Rachvelishvilli, una mezzo que ha irrumpido poderosamente en los últimos años entre las más importantes de su cuerda gracias a una voz cálida, más lírica que las de otras mezzos eslavas como Archipova y Obraztsova, extensa, con buen agudo, y un fraseo sensual y atractivo. Ya conocía el disco, me había gustado y el retorno ha confirmado la magnífica impresión inicial. Incorpora los más relevantes personajes franceses (Carmen, Dalila, Charlotte y Sapho), italianos (Éboli, Azucena y Santuzza) y rusos (Liubasha), así como un aria de "La Leyenda de Shota Rustaveli", la ópera nacional de Georgia, su país. Un disco para disfrutar escuchándolo.

Otra de esas óperas que supongo nunca conoceré en el teatro. Eso sí, esta versión de Rafael Kubelik es impresionante, destacando por encima de todos un Dietrich Fischer-Dieskau que en este tipo de obras no tiene rival. ¡Que inteligente es y cómo se nota que le gusta la obra! Si además le acompaña James King y un largísimo y eficiente reparto -además de la batuta, muy importante- tenemos la versión de referencia de un título infrecuente.

En cambio a mí es de las que menos. Nunca la música dodecafónica fue tan romántica.

+1 Puede que la versión no sea superlativa tampoco.

Es la primera grabación con la ópera completa, tras la labor de reconstrucción del tercer acto de Cerha. Es un documento estupendo, también disponible en imágenes. Realmente una de las mejores maneras de acercarse a "Lulu", junto con el DVD de Davis y Schäfer.

Alternando la escucha de esta ópera, que sigue casi puntualmente la historia en la que se basa, cantada por la Gencer con la de DECCA cantada por la Sutherland.

Ninguna creo, en mi modesto entender, cumple sobradamente con el papel de modo absoluto ( vocal e interpretativamente) Gencer en 1964 aún se puede decir que estaba en la primera época ( año de su Norma bonaerense) aunque ya se veía destellos de la segunda época, que empezó en 1965 (curiosa la comparativa entre la Norma de la Scala y la de Buenos Aires) Vocalmente ella se muestra fluida en coloratura, aunque no consigue la maestría de la Sutherland en su cabaletta de entrada, donde emite unos trinos y se lanza con una perfección digna de admirar a la temible escala ascendente muy ornamentada del "Ah! la pena in lor piombò". Por otra parrte, no emite la Gencer el Mi - no escrito - conclusivo, por lo que no lo critico. Gencer le mete "caña" a su registro superior y a veces se puede percibir forzaduras, tensiones como en el concertante conclusivo del Acto I. Pecata minuta...pero está ahí y hay que comentarlo. Lo que me subyuga de su Beatrice es la carga emotiva - hasta la lágrima- con la que dota a su fraseo, fantasía, variedad...tridimensionalidad...vida. Al lado suyo, la Sutherland artista es chica...muy chica en cuanto a expresividad y a dicción, aunque con Joan lo que hay que valorar es su maestría vocal incuestionable, pero al escuchar los duos con el Filippo María Visconti, la sombre de Gencer aparece y me hace echar de menos un poco...digo un poquito solo, de intencionalidad y una dicción mucho mejor ( todo es entubamiento del registro central u u u u..La "u" está ominpresente)



En resumen: la Beatrice ideal es Sutherland + Gencer.
No veo yo a Caballé de Beatrice. No es este un belcanto apropiado a sus medios vocales. Hizo bien en no acercarse a la sufrida Beatrice.

La ópera....puede compararse a todas las demás de Bellini...menos Norma si acaso. Por argumento, por la calidad de las melodías....Cierto que su Acto II - o al menos a mi me lo parece - un poco está por debajo del Acto I.

Ayer, "La Traviata". Función del Covent Garden (2009). Grabación de Mezzo. Ya la conocía, pues la grabé hace unos años, cuando se emitió, y he vuelto a ella porque tenía buen recuerdo. A ello ayuda una producción totalmente fiel al libreto, no espectacular (ni falta que hace) y una excelente dirección de Pappano. Los comprimarios son británicos, y por tanto, flojetes. En el terceto principal, Thomas Hampson es un Giorgio ajustado en lo vocal y autoritario en lo escénico. Joseph Calleja hace un correcto Alfredo, aunque instalado en el "mezzo forte" y con su característico caprinismo. Y Renée Fleming es una gran Violetta, magnífica de voz, aunque evita el sobreagudo del "Sempre libera". Canta con gran expresión, poniendo de manifiesto los sucesivos estados de ánimo de Violetta con un fraseo siempre muy matizado con el que consigue momentos verdaderamente emotivos. Los ingleses le aplauden mucho, y con razón.

Usted es muy benévolo, mi estimado joseluis. Coincido en la estupenda dirección de Pappano y en la sobria y elegante puesta en escena. En los principales, no tanto: Hampson, como siempre, tiende a un exgerado manierismo en lo escénico y está muy limitado en lo vocal; Calleja es un pobre Alfredo porque, además de los defectos que usted muy bien señala, hay que añadir un vibrato preocupante; Fleming, una buena cantante ya entrada en años, se preocupa más por marcar diferencias que en crear un personaje de carne y hueso, s bien sus prestaciones continúnan siendo excelentes.

Hoy toca, don José Luis...coincido con vd. en lo que comenta...un poco en desacuerdo con Horne....luego le comento.

Un saludo.

Básicamente, la base de mi razonamiento es éste: Souluotis tiene "modales, modos, maneras de Grande" No llegó a su meta, pero ...¡que voz!

Luego le expreso mi opinión de humilde aficionado de mesa camilla.

Podría ser la versión discográfica más redonda si no fuera por Juan Manuel Ariza, un tenor de recorrido artístico para mí desconocido y que es bastante pedestre en su canto aunque la voz sea lozana. El resto, muy bien.

Y por esa carátula!!!

Le sugiero algunas sopranos posteriores para comparación, que asumieron el papel: Lucia Aliberti, Mariana Nicolesco, June Anderson, Mariella Devia y la misma Edita Gruberova.

Seguramente la ópera símbolo del Holocausto.