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La del Covent Garden (20 de junio de 1958) tiene incluso mejor sonido que la de Lisboa. Alfredo es el gran Cesare Valletti y Germont, un joven Mario Zanasi, barítono algo ligero para la parte pero muy profesional.

Hombre, lo de que si el sonido es bueno, malo o aceptable ya es muy subjetivo.
Tampoco conozco esa grabación de sonido mejorado. ¿Qué sello la edita?
No obstante, Sereni es un buen Germont, pero los agudos de Callas son estrepitosos, no es su mejor encarnación.

Esta grabación tenía todos los ingredientes para ser la mejor de todos los tiempos: uno de los mejores directores belcantistas de la historia, dos de las mejores sopranos belcantistas de la historia, el mejor bajo belcantista de la historia, la voz de tenor belcantista de timbre más bello de la historia... y, sin embargo, se quedó en una más del montón, seguramente sin ser referencial ni de la propia obra.

La verdad es que tod@s estaban mayorcitos

Hoy, “El holandés errante”. Grabación de Mezzo. Función del Real (2016). Cantan Kai Rüütel (Mary, anodina), Un Tenor (Timonel, bien), Kwangchul Youn (Daland, bien, aunque su voz ha perdido algo de brillo), Nikolai Schukoff (Erik, regular, con tendencia a la desafinación), Ingela Brimberg (Senta, muy bien) y Samuel Youn (Holandés, bien, quizá demasiado lírico, pero viene bien para que no se confunda con Daland). Dirige Heras Casado con tempi rápidos (la obra le dura 133 minutos sin contar los saludos), pero queda bastante bien. Aseado el coro y con metales a veces destemplados, la orquesta. Producción con traslación temporal, pero que sólo se nota en el cambio de la escopeta de Erik por un Kalasnikoff. Inenarrable cuando se lo muestra a Senta diciendo “soy cazador”. Por lo demás, es francamente vistosa y espectacular. Después he consultado las opiniones del Foro en “Crónicas de funciones” y me he encontrado con la sorpresa de que está ambientada en no se qué cementerio de buques (como no he tenido acceso a las “instrucciones”, no tenía ni idea de esto). Tampoco he captado las críticas al “capitalismo salvaje”, pero es normal. Yo estas paridas no las capto nunca. En conjunto, me ha parecido un más que aceptable “Holandés”.

la tiene en Myto, por ejemplo. mejora sustancialmente la de EMI.
la mencionada del Covent Garden con Valletti tampoco es mala cosa. el tenor es una de mis debilidades.

La de Lisboa, tengo la edición de EMI, el sonido es por momentos inaudible. Segun tengo entendido fue la segunda representación de Kraus, si la primera fue Rigoletto en el Cairo, que la segunda sea con la Callas... además su Alfredo es una maravilla.

No hace mucho mencionó una del Metropolitan que tengo despistada, seria tan amable de volverla a reseñar. Gracias



¿Han suprimido al apuntador? ¿O le han mejorado la voz?

¿Se refiere a una Traviata en el Met con Callas? Hasta donde sé, cantó la ópera en el teatro neoyorquino en dos ocasiones, en febrero de 1958; pero no se conserva grabación. Aquí una reseña de la función del día 6, en la que Callas estuvo acompañada de Daniele Barioni y Mario Zanasi:

Review of Winthrop Sargeant in The New Yorker

Whatever else Maria Meneghini Callas may be, she is certainly an artist of outstanding gifts. The gifts are peculiar ones, not exactly comparable to those of any other singer now before the public. Last year, in reviewing her "Norma," I commented on her striking presence as a theatrical personality, on the extraordinary brilliance and accuracy of her technique, on her intuitive sense of drama, on the elegance of her musical style, and on the enormous, though not limitless, range of her voice. I had some reservations, however; its predominant reediness and its tendency to wobble slightly in its highest notes disturbed me a bit. At the time, though, I pointed out that despite these flaws, she had turned in the most satisfying performance Norma heard a the Metropolitan in at least a generation. Some of her other subsequent performances were less satisfying. Her Lucia, for example, proved to be rather strenuous. The role, designed for the lighter type of coloratura soprano, did not seem suited to her voice, and she came to grief, somewhat conspiculously, in her top notes. The limitations she disclosed were, however, of an entirely physical nature. Few dramatic sopranos have dared to tackle "Lucia," and the fact that Miss Callas-who is best described as a dramatic soprano with astonishing coloratura flexibility-could sing it at all was quite remarkable.

Last week, Miss Callas returned to the Metropolitan in a more congenial role, that of Violetta in "La Traviata"-and this time, I must say, she left me in complete agreement with the most fervent of her admirers, who bellowed and thundered their approval after every aria. Taken as a whole, her interpretation of the part was far and away the finest that I have encountered at the Metropolitan or anywhere else in all the years I have been listening to opera. The high notes again wobbled very slightly now and then, but I am beginning to accept the reedy tone quality as a characteristic of Miss Callas's vocal personality; when one has become used to it, it seem to add intensity to her singing. Hers in not a pure, innocent voice (pure, innocent voices are a dime a dozen) but a fiery conveyance for female passion, and it is used with amazing skill to underline each shifting mood of this extremely subtle role. What emerges is a highly personal interpretation of Violetta, in which it is impossible to disentangle the dramatic elements from the vocal ones. I might go on to say that Miss Callas's technique, marksmanship, feeling for musical emphasis, and so on, were as impeccable as usual, but in appraising these isolated ingredients of her singing (which can be objectively compared to similar ingredients in the work of other great singers) I would be missing the real crux of the matter, which lies in the way the ingredients are combined into total dramatic projection. I might also call attention to her acting, which-in this role, at least-would quality as extraordinarily perceptive and gripping even by the standards of the legitimate stage, but the fact remains that, in her approach to the role, to act is to sing and to sing is to act. The entire interpretation, from the aria "Sempre libera," in the first act to Violetta's death, just before the final curtain, was one of those electrifying fusions of music, theatre, and personality that operagoers are only occasionally privileged to witness, and are seldom able to forget.

Though Fausto Cleva conducted things at an admirable pace, and Oliver Smith's sets shone with considerable magnificence, the rest of the production failed to come anywhere near the standard set by Miss Callas. Daniele Barioni, as Alfredo, went through his love scenes with the air of an irate top sergeant yelling at a backward platoon. and several times got so badly off pitch that Miss Callas was hard put to it to hold their ensembles together. Mario Zanasi, a young Italian baritone who was making his Metropolitan début in the role of the elder Germont, sang agreeably but, as an actor, seemed limited to a few perfunctory, standard gestures. The performance was a benefit-the one that Mrs. William Randolph Hearst holds annually for her Free Milk Fund-and the audience, in consequence, was a dressy and fashionable one, more interested, perhaps, in personalities than in music. Thanks to Miss Callas, it got what it wanted-and a lot more.

La Traviata de 1958 editada por Myto tiene un sonido fantástico (de lo mejor que se puede oír para una grabación en vivo), y no se oye al apuntador que yo recuerde. La compré en Milán hace unos años. Es una toma diferente de la que editó EMI, aunque de la misma función.

El timbre de Hoffman era bello, pero su aire de ídolo tipo "hollywood", lo llevó a abusar de su voz, o como dijo Domingo, refiriéndose a esa voz, "no supo calibrar su carrera"

Un perfecto ejemplo de la ópera de hoy en día: todos son guapos y atléticos pero al lado de Alessandro Corbelli todos parecen estudiantes de conservatorio. De Niese utiliza su sex apel para componer el personaje. Björn Bürger es un Figaro bastante pedestre y Taylor Stayton un Almaviva que no canta el Cessa de piu resistere, lo que hoy en dia ya no es aceptable. La gente se lo pasa muy bien pero un servidor, bastante menos.

Qué lástima, con los medios que tenemos hoy para registrar las representaciones. No sé qué sentirá Corbelli, habiendo cantado lo que ha cantado, al verse envuelto en semejante show. Pero es lo que manda, lo visual; unas escenografías inverosímiles e incomodísimas para cantar, y unos cantantes muy resultones en los que la voz es lo de menos. ¿Quién ha investido de semejante autoridad a los directores de escena? Porque el público, desde luego, no. Al final la ópera se convierte en el enésimo arte que es engullido por la posmodernidad, la posverdad, el culturetismo, lo hipster, o como quiera llamarlo cada uno. Y ojo, ser resultón no implica cantar mal, la cuestión es que te exime de cantar bien.

"L'uomo ritorna al vizio...", que diría Sir John Falstaff. La perla indiscutible de esta grabación es el bufón de MacNeil -aunque aparezca el último en los títulos de la portada-. Porque todo lo demás -con alguna que otra excepción- son pegas de magnitud variable. El gran barítono americano nos da placeres que, en conjunto, no podemos experimentar con ningún otro.