Atraído por lo que conocía del Alfredo de Wunderlich, me he metido en este jardín que Patané dirigió a la sinfónica de la Radio Bávara en 1965. Puede que el tenor alemán no esté tan estratosférico como en alguna de sus tomas en estudio, pero de todas formas es una gozada. Dan ganas de escucharlo con la partitura delante, porque mi impresión es que respeta milimétricamente todas y cada una de las indicaciones con una naturalidad y una capacidad de comunicación deslumbrantes; ese equilibrio solo está al alcance de los grandes. Dicho lo cual, si alguien no conoce el disco, puede saltarse todo lo demás sin excesivos remordimientos. Teresa Stratas se muere divinamente, pero dudo que alcance el perdón por todos los pecados canoros cometidos hasta entones, especialmente en el primer acto. Y el Germont de Hermann Prey no viene ni de Provenza ni de ningún lugar remotamente relacionado con el Mediterráneo.

Stratas. ¿Falso mito¿

Kunde canta y acentúa al viejo estilo, lo cual es admirable, pero el disco es despiadado con la franja media de su voz (que suena aquí peor que en el teatro).

De estos Cecilios, el mejor cantado con muchísima diferencia es el de la juvenil Fiorenza Cossotto. Aunque el youtube que la señora Floria ha adjuntado no está completo, recomiendo acudir a la versión completa de la obra que grabó con Cillario, porque ofrece más de una sorpresa. Cossotto es la única que ofrece un canto verdaderamente cálido, de sonidos luminosos, pulcritud en los ataques y auténtico legato (no se puede cantar Mozart con cada nota en un sitio, como hace el resto de intérpretes), todo lo cual permite un fraseo arrobado y recogido, aunque algo lastrado por los descensos al grave que quiebran un poco la línea, con el añadido estilístico (que debería ser de obligado cumplimiento para cualquier intérprete del papel) de una sutil “messa di voce” en el ataque de la primera frase.

Bastante por debajo, aunque todavía audible, Susan Graham. Marianne Crebassa es una cantante modosita, pero ni por medios ni por aparejo técnico es capaz de salir a flote en esta marea alta mozartiana. Las otras dos (Kasarova y Hammarström), p’al gato.

No creo que Teresa Stratas pueda haber sido considerada nunca como un mito. Una buena cantante por encima de la media y con una gran repercusión en su momento, sí. De repertorio variado, que pone de relieve su versatilidad, tiene un par de grabaciones más que notables. Pero, en mi humilde opinión, de ahí a considerarla un mito va un abismo. Y tampoco es para ponerla ahora a los pies de los caballos.

La Stratas era una gran actriz que aparentaba que cantaba con un simulacro de voz.

Totalmente de acuerdo. Teresa Stratas, aún más que Beverly Sills, quiso ser Maria Callas con la voz de la ratita presumida. Y así nos fue.

"I come not to praise Stratas, but to do her some justice." No se trata de que Stratas haya hecho una carrera superior a sus capacidades reales (en eso no ha sido la primera, ni la última); ni que, gracias a su vida sentimental, alcanzara una notoriedad inmerecida. Tampoco, de que fuera un mal epígono o una falsa imitadora de Callas (como lo fueron muchas otras). Se trata de que fue una cantante, con todas las limitaciones que se quieran, con cierto renombre y que realizó alguna grabación digna de tenerse en cuenta, nada más. A mí particularmente no me entusiasman ni su Mimí ni su Violetta; pero hay que reconocerle sus bemoles (o su temeridad) al atreverse con Lulu.

Función de 1968 con un Ghiaurov sobresaliente, un Prevedi un tanto brutico y que gallea ostensiblemente en el Auto de Fe, un Cappuccilli notable y una Cossotto que arrasa donde va. se ve que el público le quiere mucho. Fuera de caratula Orlandi-Malaspina hace una Elisabetta buena aunque sin especial brillo y Talvela vuelve a ser el Gran Inquisidor imponente que siempre fue. Significativa la ovación que recogen los dos bajos tras su duo del acto IV. Abbado es un maestro.

Mire que aprecio mucho a la Sills pero es verdad que en algunos momentos me parece estar oyendo a la Pitufina. Creo que nunca se quitó de encima el fardo de haber sido niña prodigio.

Esa Éboli es de very best of Cossotto. Lástima que, como casi todos sus compañeros de generación, al poco tiempo diera un pequeño bajón vocal.

Técnicamente, la Stratas no le llega ni a la suela del zapato a la Sills.

Estoy con el debut en Opera Rara de Michael Spyres. Un disco titulado "Espoir". ¿Para qué me meteré en estos jaleos?. Aprecio a Spyres y tenía muchas ganas de oir este disco. Y me temo que el resultado es un poco lo de siempre últimamente, similar a aquel disco de rarezas napolitanas de la Di Donato. ¿El repertorio? pues muy interesante, con verdaderas rarezas, pero le pones a un tenor con fraseo modelo catatónico e impersonal hasta en la huella digital y termina siendo un resultado un tanto decepcionante.

Pues estoy con una de las famosas y discutidas remasterizaciones "state of the art" de Warner, fechada en 2017. Si tenemos en cuenta que se trata de una grabación en vivo de 1952, no hay duda del avance tecnológico. No obstante, no se pueden evitar ciertas reverberaciones, más en las partes solistas que las orquestales. Está en Spotify.