La música es absolutamente sublime. Es la única ópera con la que tengo la sensación cada vez que la escucho de que en cada escena la música es mejor que en la anterior, pero al mismo tiempo es tan sublime desde el principio que no parece posible. Siempre que la escucho entera termino llorando abrumada por tanta belleza.

Escuchar La flauta es sumergir el alma en el misterio y la magia de los sonidos. Se me antoja en algunas partes una música en un estado de pureza tal, que me causa serenidad, porque esa pureza me devuelve a la sensación armonía. Si te dejas llevar, te olvidas de la crudeza de la vida.. y., por un ratito, vuelves a creerte niño. Te sientes como si te invadiera la belleza del universo, como si la abarcaras toda en tu interior. Como si el universo estuviera flotando dentro de ti y no al revés, y te abruma. Y cuando termina, vuelves una y otra vez al eco de esas melodías, que estremece el corazón.

Y ha ganado Don Giovanni con tanta ventaja porque mozartianos quedamos cuatro gatos por estos lares. Un verdadero mozartiano generalmente va a preferir La Flauta, porque es un Mozart mas genuino.

Por supuesto, he votado La flauta, que desde hace un tiempo es mi favorita.

Die Zauberflöte no es una ópera. Por eso se les hace tan difícil a algunos, por no hablar la lengua de Rilke.

Corro a poner "Mejor singspiel de Mozart"

Fibich (apellido de futbolista centro europeo, por lo menos) será muy buen compositor, pero no lo conoce ni la madre que lo trajo al mundo. Es más: es un compositor que no le interesa ni a la madre que lo trajo al mundo. De lo que se trata no es de que su música esté en checo o en gaélico, se trata de que es totalmente desconocida. El problema de los mediocres es ése, precisamente; siempre están buscando su lugar bajo el sol. Nosotros, sin embargo, seguimos festejando a Mozart, tras más de dos siglos y medio, solamente porque nos cae simpático. ¡Ignorantes!

En primer lugar, está claro que Mozart no necesita que se le defienda (a Fibich parece que sí)

lo he utilizado en el sentido de "calidad media" y siempre en comparación con Mozart

por último, Barbieri, Chueca o Sorozábal, todos músicos estimables, no son apreciados fuera de España, cosa que no es de extrañar, pues pertenecen a nuestro acervo cultural y a nuestra idiosincrasia.