Vamos a ver caro Marchese, dejando ya de lado las exageraciones retóricas
, creo que podemos llegar a un punto de encuentro.
La particella de Pollione, que requiere unos graves y un centro nutrido y robusto y la vocalidad del tenor que lo estrenó, no pueden soslayarse de manera olímpica y cuasifrívola. Momentos como: "Svanir le voci", "mi protegge, me difende" "L'empio altare abbaterò","Norma dei tuoi rimproveri", el dúo tremendo del segundo acto-"In mia mal al fin tu sei" en el que se enfrenta a Norma (un soprano assoluto, un sfogato, que en ese momento debe lucir acentos y coloratura
di forza)... Todo ello requiere unos acentos viriles, vehementes, una vibración interna en el fraseo y una voz que no sea de chichainabo, querula y/o biancastra que nos suelte una ristra de falsetes.
A mí me encanta el Pollione de Corelli y el de Del Monaco, pero soy consciente de sus carencias, especialmente estilísticas (lo mismo elevado al cubo en el caso del jotero Bernabé Martí). Como decía, además de un legato de alta factura, la expresión amorosa ha de ser dolce, poética, ensoñadora porque, efectivamente, Pollione a pesar del nombre
, no es Nacho Vidal, está enamorado románticamente y por tanto, de manera elevada, de Adalgidsa (y antes de Norma).
Un Pavarotti de la grabación de Bonynge con las dos divas in pugna, podría ser un elemento de debate, aunque falta centro y graves. Un Merritt también nos enseña un camino interesante. El Bergonzi del MET del 70 con Suther y Horne, igualmente...
Fíjense que Don ALfredo Kraus parece Melchior al lado de John Osborn y, sin embargo, rechazó la oferta de Muti muy convencido, tanto como la de Pélleas por parte de Karajan. Don Alfredo siempre decía que Pollione era para una voz como la de Corelli.