Presto a iniciar la transmisión desde la Gran Manzana.

Una producción que previamente había sido asumida con Marcelo Álvarez haciendo los papeles de Turiddu y Canio.

Hoy tenemos dos tenores, de los cuales uno de ellos acaban de anunciar que está indispuesto por resfrío pero que seguirá adelante, pidiendo indulgencia desde que acometa la Siciliana.

Estos los responsables iniciales:

CAVALLERIA RUSTICANA


Santuzza................Violeta Urmana
Turiddu.................Yonghoon Lee
Lola....................Ginger Costa-Jackson
Alfio...................Ambrogio Maestri
Mamma Lucia.............Jane Bunnell
Campesiono.................Andrea Coleman

Director...............Fabio Luisi

Primero el maestro Luisi nos regaló una lectura vibrante y profunda de la introducción.

Luego, apuntar que al señor Lee no se le notó ninguna indisposición en la Siciliana, asumiendo por supuesto las características de la voces asiáticas, un tanto asépticas.

Pero en este caso, se despachó un canto intenso, seguro, con frases largas y sin fisuras en las alturas, con su voz spinta, tal y como él misma la califica.

Muy bien.

Nunca me canso de señalar el placer que representa escuchar siempre las fuerzas corales del MET.

Y aquí con el coro Gli aranci olezzano sui verdi margini, se somete a prueba la solidez de los componentes masculinos y femeninos, dentro de una página de aparente sencillez, pero en la que se puede tropezar.

No fue así aquí, brindándonos una auténtica delicia al oído.

La señora Urmano mostrando alguna oscilación en sus frases iniciales y agudos destemplados, estridentes, poco gratos inicialmente, pero que calan en el oído.

El señor Maestri, que está ampliando su repertorio con mayor o menor suerte, entuba las notas agudas par poder desplizar hacia arriba, en su Il cavallo scalpita.

La sección central con un canto agudo y simplón, para luego notarse un poco más asentado, logrando un aplauso tímido de unos pocos.

De nuevo vino la gloria con el momento coral: Regina Coeli ... Inneggiamo, il Signor non e morto!

La señora Urmana, como lo exige el momento, inicialmente se muestra contenida, más luego desata todo el arsenal, para hacerse escuchar puntualmente y a fe que lo logró.

Cómo no resistirse a aplaudir aquí, con el genio de Mascagni.

En Voi lo sapete, o mamma es muy fácil caer en la sobreactuación y los excesos, bajo el pretexto del verismo.

La señora Urmana supo dosificarse, pero sí evidenció algunos problemas de cálculo en el aire y de nuevo los agudos como taladros al oído, aunque el primer Io son dannata, curiosamente se le quedó un tanto corto.

El señor Lee ahora a lo sumo en su anunciado resfrío, lo que se escucha es un poco gangoso y se le veló un tantín la proyección de uno de los Santuzza! agudos, pero luego lo encarriló en un sólido misil.

La señora Costa-Jackson, quizás no destiló la ligereza, coquetería y malicia vocal que debe mostrar su personaje de Lola.

Se limitó a cumplir con sus líneas.

Volvamos al dúo.

La señora Urmana exprimiendo toda la desesperación y sufrimiento de su despechado personaje.

Aquí resulta muy útil el carácter monolítico del coreano, para ignorar las súplicas de Santuzza.

Para tener claros los medios del señor Lee y para quienes conocen a la Urmana, en ningún momento lució opacado, sino todo lo contrario, en los momentos cumbre.

Vibrante sin duda esta escena.

El señor Maestri con su carácter simplón, resultó todo lo contrario, siendo vocal y dramáticamente consumido en ciertos pasajes por la señora Urmana, que en todo caso siempre no pudo evadir uno que otro descontrol.

Al final el señor Maestri sacó fuerzas de flaqueza y con un vocinazo aplacó a la Violetta.

El señor Luisi se inclinó por una visión etérea, livianita del Intermezzo, en la que a lo mejor faltaron algunos glóbulos rojos en el vuelo que pretendió levantar hacia el final.

Sus incursiones en el mundo sinfónico como que se deslizaron aquí.

De nuevo el solvento coro nos conduce al Intanto amici, qua ... Vivia il vino spumeggiante.

El señor Lee que no es ningún pendejo evidentemente, va para adelante con su voz punzante, que sabe la agrada al público del MET.

Canto simple y en no pocos casos despreocupado del fraseo, pero no deja de generar cierta simpatía.

Se escuchan los gags escénicos del señor McVicar, a cargo del onomatopéyico en el gesto escénico.

Hay combustible para un sólido agudo.

El señor Maestri entubando sus agudos, mientras el señor Lee lanzó un auténtico misil en Ecco pieno e il bicchiere.

El señor Lee evidenciando que también si quiere puede ser un buen intérprete, lo que nos regaló en su Compar Alfio, son frases sentidas, incisivas, desesperadas.

Muy bien.

Esperemos que cierre el listón con su gran momento.