La discusión sobre el Rigoletto del Teatro Real, y las distintas apreciaciones que su figura suscita, como personaje y como padre, me mueve a abrir este tema para poder recorrer con ustedes la figura del padre en las óperas del genial Verdi, donde es, si no siempre central, parte importante de la trama.
Para empezar, diría que en Verdi hay toda clase de padres: buenos, malos y regulares, internos, externos y medio pensionistas; unos lo tienen bastante claro y saben lo que quieren, otros no tanto, son más ambiguos y más difíciles de clasificar. Hay además óperas en las que, a falta de uno, hay dos padres a la vez (estoy pensando en Luisa Miller, con un padre "bueno" -Miller, barítono- y otro "malo" -el Conde, bajo-. Y esto me lleva a la siguiente reflexión, normalmente, los padres menos malos suelen ser casi siempre barítonos (Amonasro es retorcido, pero ¿es buen padre o mejor rey?), mientras que los peores -es un decir- suelen ser bajos (pienso en el celoso Felipe II o en el intolerante Marqués de Calatrava).
No pretendo ser exhaustivo, ni mucho menos, con todas las óperas del genio, pero sí pasear por esta larga, rica y variada galería de padres verdianos en sus obras más emblemáticas: en primer lugar, Nabucco, que es padre y no es padre a la vez; quiero decir que es padre de Fenena y no es padre de Abigaille. A la primera la quiere y a la segunda, por lo visto, no; entonces, ¿por qué la hace pasar como tal y, además, le confía la avanzadilla de su ejército?
Podemos ir siguiendo un orden cronológico de las óperas en cuestión para no perdernos, pero eso lo deciden ustedes. Por eso he puesto a Nabucco como primer ejemplo. Aparte de esa sugerencia, no hay más reglas.
_________________ "Per ser feliç, mortal, camina sempre i oblida" Joan Brossa
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