En España no les vamos a la zaga, estimado Linde. Pero no creo que esto tenga que ver con los argumentos, teatrales o no, sobre los que se sustentan los libretos de ópera. Si ello fuera así, veríamos a personajes como Otelo convertidos es en representantes de la violencia de género. Hay que poner cada cosa en su lugar, porque si pretendemos enfocar la literatura, el teatro o la ópera dentro de los parámetros de comportamiento actuales nos íbamos a quedar con muy poca cosa.

Gracias Abdallo por tu respuesta. Mi post iba a cuento de que hay libretos que reflejan más que otros hechos cotidianos, para bien y para mal. Más arriba una valiosa opinión decía preferir Cavalleria por contar una historia creíble, con personajes como la vida misma, mientras que Pagliacci rozaba el esperpento con su histerismo. Pero tomando como mero ejercicio esta proyección propuesta por ese otro estimado forero, a nivel argumento encuentro más creíble el de Pagliacci. Sólo por eso me animé a trazar el paralelismo con la situación actual, y pensando livianamente -entre otros aspectos de ambas obras- que hoy en día no hay tanto duelo como el que cierra Cavalleria. Pero está claro que no hay que descontextualizar una obra escrita a fines del s. XIX ni proyectar personajes operísticos como arquetipos de situaciones que nada tuvieron que ver con su época... salvo por supuesto la conexión entre los protagonistas wagnerianos y el hitlerismo.



















Mentira! Disculpe la digresión pero era todo tan solemne que no me resistí!

Me ratifico a lo que comente en 2007 en este mismo foro y que el Marques ha tenido a bien desempolvar. Sigo votando Cavalleria

Cavalleria es una música muy bonita en la que el conflicto dramático no termina de desarrollarse (no se puede meter 20 minutos de ambientación en una ópera que dura una hora).
Payasos es un ejemplo acojonante de concisión dramática, de crescendo argumental, de cómo contar solo lo que verdaderamente necesitamos saber sin que la acción se detenga... y la música es igualmente magnífica.
Por una cuestión fundamentalmente teatral, tengo que votar por Payasos.

Gustos son gustos, y la ambientación puede ser un poco larga, pero no me parece que en Cavalleria el conflicto no termine de desarrollarse.

Por el contrario, creo que es un magnífico ejemplo de concisión. La serenata nos explica claramente los sentimientos de Turiddu. Voi lo sapete, en unos pocos minutos nos explica (y nos hace sentir) todo el drama de Santuzza, la ilusión del principio, la traición, la soledad que le genera la exclusión social, el aislamiento al que se ve sometida. El dúo (o trío) nos muestra el egoísmo, el desinterés y el machismo de Turiddu que cree que puede hacer lo que le de la gana, la desesperación y la humillación a que se somete a si misma Santuzza y el descaro, la burla y la altanería de Lola que sabe que puede manejar la situación como quiere. La ira que esto genera en Santuzza y su dúo con Alfio, al calor del momento, y del que se arrepiente casi al instante. La provocación y el duelo. Y el grito desgarrador del final que lo dice todo.

Creo que el drama no puede desarrollarse mejor de lo que lo hace, con personajes y situaciones definidos a la perfección.

Estupendamente expresado.
Suscribo.

Es difícil imaginar un festín mayor para un amante de la ópera que una velada Cavalleria y Pagliacci con cantantes adecuados...

Algo imposible, claro, en la edad de hojalata del canto

Pagliacci.
Motivo: disfruto más (no es el motivo más académico, pero si el más racional)

Pues hoy he comido un kebap de pulpo en Ferrol que ya quisiera ese nivel Leoncavallo.

A mí que me registren. Yo siempre fui de Iron Maiden

Difícil elección. Dos obras maestras que me encantan.

Voto Cavalleria hoy.

Pues no le digo nada si se acerca a Carballiño. El mejor del mundo mundial.

Ya puestos, ¿qué tal si votamos nuestros repartos ideales para las dos óperas? Propondría que nos limitáramos solamente a tres en cada una: Canio, Nedda y Tonio en Pagliacci, y Santuzza, Turiddu y Alfio en Cavalleria. Ahora, sin embargo, recuerdo que en mi primera grabación de Pagliacci, Aldo Protti cantaba el Prólogo pero interpretaba a Silvio, porque Tonio lo cantaba Afro Poli. Canio era Del Monaco y Nedda, Clara Petrella.