Ya lo dije una vez, pero lo repito: uno de los momentos más sobrecogedores y emocionantes de todas las óperas que he podido escuchar... Siempre surte efecto en mí y me acongoja...
Rêve...
Extase...
Bonheur.
Je donnerais ma vie,
Pour garder à jamais,
Ce yeux,
Ce front charmant,
Cette bouche adorable,
Étonnée et ravie...
Sans que nul à son tour
Les contemple un moment...
Le céleste sourire...
O Charlotte, je vous aime...
Je vous aime, et je vous admire...Crei que define, a las mil maravillas, el carácter soñador, idealista y desequilibrado del protagonista, así como el tono enfermizo general de la obra.
Pongo el vídeo con Kaufmann y Koch porque abarca, justo, el pasaje citado. No hace falta decir que el papel del joven y enfermizo amante me gusta más en otras voces (especialmente Thill), aunque debemos reconocer que el alemán hace aquí un papel estupendo, cantando con entrega, un buen
legato y un impresionante
fiato (obsérvese la frase
"Les contemple un moment", alargada y dicha de un solo aliento, con una efusión romántica arrebatadora). La emisión, como siempre algo gutural, pero con agudos timbrados y buena proyección. Establece, además, un juego de dinámicas extraordinario, acentuando de manera sobresaliente lo poético del momento, y utilizando un
crescendo en intensidad que otorga mucho valor a la lectura. Aunque el
tempo es un poco lento, sin embargo beneficia considerablemente la exposición de Kaufmann, así como a su peculiar timbre.
Aquí tenemos al mencionado Thill. Idiomatismo y estilo insuperables, voz en punta, dicción nitidísima...