A mi con Zancanaro me pasa por ejemplo lo que con Schicoff. Son cantantes que oídos tienen un pase, pero verles cantar me hace sufrir. Máximo exponente Jose Carreras, para entendernos...

También jugó en contra de Lubin que tuvo éxito en la Alemania nazi.

Carreras siempre se vaciaba en el escenario, y daba la sensación de que no iba a llegar, eso es cierto. Otra carrera, valga la redundancia, echada a perder por salirse del repertorio habitual y propio de su preciosa voz de tenor lírico. Pero a Karajan le dio porque cantara Aida y desde entonces empezaron los problemas.

Usurpando por un momento un puesto (el de wagneriano-comiquero) que creo pertenece al Sr Alberich, propongo a Germaine Lubin, la Brunilda favorita de Herbert von Karajan, cuya vida inspiró una bande dessinée de 1981

También era la ISolda favorita del Maestro, que siempre dijo que no entendía la moda de emplear "cañones germánicos" para este papel ("Conversaciones con Karajan", Richard Osborne).

Lo que no sé es si llegó a pensar que Dernesch era una Lubin moderna.

Pues Zancanaro no deja de ser un modesto reflejo y epítome de Bastianini, al menos en el timbre -de mucha menor envergadura-. Y luego ese "vibrato", ese limitado volumen y esa poca presencia.