ay, las verdes praderas, qué recuerdos...

es que ya no existen? yo como jamas tuve abierta la cancela a esos pastizales pues tampoco se si ya han clausurado su acceso.....

Siguen quedando pequeños pastos en los que obtener algún bocado todavía, pero los tiempos de los amplios campos repletos de hierba fresca y lujuriosa, ciertamente, ya pasaron a mejor vida...

Así es. Según se menciona en la página web del sello, la grabación de Beecham es un mix de dos representaciones, ya que ninguna de ellas ha sobrevivido completa: los actos primero y segundo son del 18 de junio de 1937 y el tercero se ha extraído de la función del 22 de junio (como bonus, se incluye el acto segundo de esta última función). Como señala usted, algunos miembros del reparto cambian: Margarete Klose (Brangäne 18 de junio), Karin Branzell (Brangäne 22 de junio), Herbert Janssen (Kurwenal 18 de junio), Paul Schöffler (Kurwenal 22 de junio).

http://immortalperformances.org/reviews.php?d=77814

He estado revisando mi archivo y la versión que yo tengo se oye como el demonio. Aunque todos están estupendos: Branzell impresionante como Brangäne; Schorr es un Kurwenal paternal y amoroso, aunque aparece bastante tocado en la zona alta (su "debe" en estos años que conocemos de él); pero el estilazo está. Y de Flagstad y Melchior, ¿qué decir? Ella está sensacional: facilidad en todo el registro, un legato prodigioso, canto etéreo, espontaneidad en la emisión... Hay que tener en cuenta, además, la importancia histórica de ser el registro más cercano al debut en el papel de la gran soprano en la MET, que se produjo apenas un mes antes (el 6 de febrero de 1935), de modo que el oyente se puede hacer una idea bastante cabal de lo que escucharon los neoyorquinos en tan histórica fecha. El Tristan de Melchior --que ya tenía rodaje--, es también rotundo, pero sutil, amoroso y apasionado... Sensacionales ambos en el dúo de amor ("O sink hernieder"). Bodanzky dirige a toda velocidad, pero se lo podía permitir con esas voces sobre el escenario. Todo está en su sitio, todo funciona y todo respira perfección. Un gran documento que tiene, no obstante, dos peros: la calidad del sonido (que es la que es), y los inmisericordes (y brutales) cortes que Bodanzky mete en la partitura, que se hacen especialmente graves en la parte final del dúo de amor y en el monólogo de Marke, robándole al bueno de Hofmann una oportunidad para el lucimiento.

Gracias Alberich. En Amazon UK pueden escucharse breves fragmentos de la edición de WHRA y el sonido me parece bastante potable, teniendo en cuenta la época.

https://www.amazon.co.uk/Tristan-Isolde ... n+bodanzky

¡Ah, era Reiner también...! No me acordaba.


¡Anda, bueno es saberlo...!

lo que veo es que hay un escaso entusiasmo por el Tristán de Kna, quizás porque ni Treptow ni Braun vuelven loco al personal, por mucho que cante Frantz el Marke.

Vamos a ver, oírse se oye bien, pero ya sabemos... En la versión que yo tengo (praderil) se incluye hasta la presentación del locutor de radio que retransmitía la función...

¿Será el omnipresente Milton Cross?, ¿O la petarda Marcia Davenport?

Hombre, vaquero, es que estamos tratando grabaciones de los 30... De todas formas, en efecto, la Sra. de Ferdinand Frantz (el gran Frantz para un servidor) y el bueno de Treptow (muy honesto y correcto cantante, por otro lado), poco tienen que hacer frente a Flagstad y Melchior...

lo sorprendente es que la batuta de Kna no sea contrapeso suficiente frente a las flaquezas del dúo protagonista. pero servidor es escasamente wagneriano y se le escapan estas cuestiones de matiz.

Hablando de los cortes, Bodanzky también presumía de cortarle media hora al Caballero de la Rosa y dejarlo como es debido. Sé que habrá no pocos foreros que estarán de acuerdo con director tan cortante.

Las cosas wagnerianas, en cambio, las cortaba porque le parecía poco cortés obligar al público a aventurarse en las calles de Nueva York más tarde de las once de la noche y perder trenes y eso (a lo mejor esto era una escusa para eludir el enfado de los wagnerianos más enragés).

Lo cual me hace pensar en lo agradecidos que, cantantes como Schorr, debían de estarle al director austro-americano y a otros como él. Y me lleva a preguntarme, al mismo tiempo, si tales cortes no suponían que la interpretación de esos papeles "afeitados" --a veces en extensiones bastante considerables-- no fuera bastante más fácil y cómoda que la que deben afrontar los intérpretes actuales, quienes se tienen que cantar las partituras enteritas y de cabo a rabo...

Más fácil era, pero cuando uno cuenta el número de funciones que se cantaban, quizá la cosa se compesara.