joseluis escribió:
El nuevo disco de Plácido con las arias de Verdi para barítono.
La verdad es que me ha sorprendido y me ha gustado mucho. El disco "se escucha" de maravilla. Todo "suena" muy bien, empezando por nuestra Orquesta y Coro de la Comunitat Valenciana. Y la voz de Plácido por primera vez me ha "sonado" a barítono, muy lírico, eso sí, pero el timbre, el color y hasta el fraseo parecen ahora más centrados en su nueva cuerda. Ya no parece "un tenor que canta cosas de barítono porque no llega a los agudos" (esta era la impresión que daba en sus primeros escarceos baritonales, por lo menos a mí). En los fragmentos de Boccanegra y sobre todo en la muerte de Posa, donde interviene Machado como tenor, la diferenciación entre los timbres es clarísima. Queda por aclarar qué parte de mérito corresponde al ingeniero de sonido y qué parte al propio Plácido. Evidentemente, tiene buen cuidado en oscurecer la emisión, supongo que artificialmente, pero lo que yo juzgo son los resultados, y estos me parecen satisfactorios.
En cuanto al aspecto interpretativo, me ha gustado especialmente en Renato y en Posa. En los fragmentos de Rigoletto, mejor en "Pari siamo" que en "Cortigiani", en donde los inevitables resabios tenoriles son demasiado patentes. Quizá lo más flojo sea "Di Provenza".
En suma, un disco que vale la pena escuchar sin prejuicios. Y también discutirlo, claro.
El disco me parece una enorme pérdida de tiempo. Nos encontramos con un cantante que se resiste a reconocer que su tiempo está acabándose. La voz ya comienza a sonar tremolante, con la excepción del centro, que mantiene su color característico. Es la único decente de la grabación. La lectura de los papeles me parece insultantemente superficial, rozando (si no entrando de lleno) en el más absoluto tedio. La excepción debe ser el Simón, que lo lleva más rodado en escena. Pero el resto es la intrascendencia, el aburrimiento, la monotonía. Todo suena igual, faltan acentos, intención. Verdi escribió estos roles para barítonos, no para Domingo. El grave sigue sin existir (y sospecho que sin correr en un teatro), el centro suena oscurecido a propósito y el agudo ya no es el de antes. Sumemos una respiración que comienza a sonar trabajosa. Quizás por eso, Heras Casado llega la orquesta de manera mortecina, aunque el color me gusta. Hay que cuidar al divo, no se nos vaya a atragantar.my así puede respirar por cualquier sitio.
Una burla de disco. Pero ¿qué más da? Rindamos pleitesía al mito y callemos nuestras envidiosas opiniones.