PRIMER ACTOUna noche, en una posada, no lejos de Colonia, un caballero llamado Ruprecht entra para hospedarse. Oye unos lamentos provenientes de la habitación de al lado y fuerza la puerta para ver qué ocurre. Se encuentra con Renata, una mujer presa de alucinaciones. Cuando ella se calma, le cuenta su historia: a los ocho agnos tuvo una visión, se le apareció Madiel, el ángel de fuego. El ángel la crió, la educó, la ensegnó a vivir con gran austeridad, preparándola para la santidad. Los agnos transcurrieron y ella quiso un día unirse a él, en lo que le parecía la evolución lógica de su intimidad espiritual. Pero él la despreció y desapareció transformándose en una columna de fuego.
Ante la desesperación de Renata, le dijo en suegnos que un día volvería a ella, pero esta vez bajo la forma de un humano. Tiempo después, ella creyó reconocer a Madiel en el conde Heinrich. Ambos vivieron durante un agno muy felices en el castillo de él. Pero un día, Heinrich desapareció. Desde entonces ella anda buscándolo.
Ruprecht, que se ha quedado fascinado ante Renata, la acompagnará en su búsqueda.
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SEGUNDO ACTO
Primera escenaYa en Colonia, Renata se ha dado, con ayuda del librero Glock, a la magia negra. Durante un conjuro ella y Ruprecht oyen tres golpes en la pared, lo que interpretan como una segnal de que Heinrich se acerca.
Segunda escenaRuprecht se dirige a casa del sabio Agrippa von Nettesheim, con la intención de que éste le desvele los misterios de la magia, pero sólo recibe evasivas como respuestas.
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TERCER ACTO
Primera escenaRenata, que ha sido rechazada en off por Heinrich, a quien ha asaltado por la calle, convence a Ruprecht para que lo mate.
Ruprecht se dirige a casa de Heinrich para provocarlo en duelo. En ese momento, se aparece en la ventana Heinrich bajo forma de ángel de fuego. Renata comprende que esto es un signo enviado por Madiel. Acto seguido, cuando vuelve Ruprecht, le dice que bajo ningún concepto debe tocar a Heinrich, aunque deba pagar con su propia vida.
Segunda escenaHeinrich ha fulminado sin esfuerzo a Ruprecht, quien yace agonizante. Un amigo va a buscar a un médico. Renata confiesa su amor al moribundo, en un vaivén esquizofrénico que ya le es propio.
El médico llega. El amigo pregunta si cree que hay posibilidades de salvar a Ruprecht. Respuesta del médico: "
En el siglo XVI la medicina lo puede todo. Que no estamos en el siglo X. "
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CUARTO ACTO
Primera escenaRenata y Ruprecht tienen una discusión. Ella quiere ingresar en un convento, él intenta retenerla. La discusión acaba mal y ella huye.
Segunda escenaEn una taberna, donde Ruprecht ahoga sus penas en alcohol, Mefistófeles y Fausto le proponen a éste servirles de guía en Colonia, siguiente etapa en sus viajes por el mundo. A todo esto, Mefistófeles en un momento dado devora a un camarero (para luego volver a hacerlo aparecer, en un número de ilusionismo macabro).
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QUINTO ACTOEn un convento, Renata está confesándose. Desde su llegada, no han dejado de ocurrir fenómenos extragnos, "
golpes en las paredes, roces de dedos invisibles".
Aparece el inquisidor, para realizar un exorcismo y liberar así el lugar de los espíritus maléficos. Por más que Renata insiste en que ella no tiene nada que ver con los espíritus, una orgía empieza a desencadenarse a su alrededor. Algunas hermanas piden su expulsión, otras claman que es una santa.
Ruprecht y Mefistófeles, invisibles, han conseguido introducirse en el convento y lo observan todo desde arriba.
Fuera de sí, Renata se abalanza sobre el inquisidor junto a otras monjas poseídas: "
El único siervo de Satán eres tú!". El inquisidor, furioso, empugna la cruz para combatirlas y pronuncia el veredicto implacable: "
Esta mujer es culpable de tráfico carnal con el Diablo. Que sea torturada y quemada en la hoguera!"