¿Qué opinará Wilson de todo esto?

Por volver al topic

La Mosuc no es Norma, pero hace una aproximación correcta al papel. En algunos momentos del Segundo Acto, se llega a temer por su integridad física, pero no acaba por llegar la sangre al río.

No quería hacer un off-topic en el hilo, pero visto el cariz de los acontecimientos, de perdidos al río.

He estado reviendo su Orphée et Eurydice (maravilloso) y la clave de Bob Wilson es lo que apuntaba Ulysses: conseguir un ambiente solemne, un espacio para la música a través del gran instrumento que tiene a su alcance el director, el gesto.

La ópera nunca es natural, es un código. Los personajes no hablan, cantan. La ópera es la expresión de sentimientos a través de convenciones musicales y dramáticaas. Si la parte musical de la ópera es en sí misma ritual, no natural, ¿por qué lo iban a ser los gestos y la actuación? Durante décadas se ha dejado a los cantantes (que son eso, cantantes, no actores, y no se les puede pedir lo que a un actor) interpretar los personajes con su, por lo general, limitado rango de recursos. No voy a personalizar, pero los ejemplos son numerosos: los cuatro gestos de siempre, instalados permanentemente en el melodrama, pretendidamente realista y adecuado para cualquier lenguaje musical. Y eso puede servir para un momento histórico muy acotado, el tardorromanticismo y el verismo, como demostraron animales escénicos como Magda Olivero y sus herederas. Para el resto de repertorios (incluso para ésos, si queremos leerlos de distnto modo) hay que encontrar otros lenguajes escénicos. Por eso Wilson (como otros directores como Sellars o Guth y en menor medida Carsen) trabaja precisamente eso y crea casi un lenguaje propio para cada función, un código gestual que no es evidente pero que va cobrando significado junto con la música. Por eso Wilson es uno de los directores más orgánicos que conozco: el gesto, el color, la luz, se trenzan con la música y la palabra para sugerir sutiles significados. Nada es evidente pero nada es gratuito.

He cogido unas cuantas imágenes del vídeo, todas de Orphée (Magdalena Kozena), para que veáis todo el juego. Como se ve es un tipo de puesta en escena muy sofisticado, estilizado y estático. Para Gluck es casi perfecto.





















Por cierto, que es un lenguaje muy cercano a la danza, solo que con un tempo muchísimo más lento. Por ejemplo, no he podido evitar acordarme de Pina (parte )


(Aunque la imagen es del Sacré du Printemps Pina Bausch también tiene un Orphée, pero no tengo imagen).

Claro que tiene que ver con la danza, y sobre todo con la danza reinventada por Pina.
Aunque algo de eso hay en todo teatro: el lenguaje corporal hecho consciente, subrayado.

Pina tb. tiene una Ifigenia! (La vi en el Real) Tengo las imágenes, pero no sé cortar y subir.
Algo hay en youtube
http://www.youtube.com/watch?v=HIoBsfx5tgM

y Orpheus
http://www.youtube.com/watch?v=oou2ywIbRxc

Lo que pasa es que Wilson lleva esto al extremo, a la reducción total, y tal vez resulte, al final, aparte de 'frío', previsible, repetido en su estilo, copiándose a sí mismo , como ya se ha dicho por aquí. Y un poco indistinto para una obra u otra.

Anoche estuve en un concierto de un coro de gospel que tb. utilizaban ciertos movimientos para 'animar', 'ilustrar' 'subrayar' 'escenificar' lo que cantaban.
Lo que pasa es que aquello al final recuerda casi lo de los cheerleaders en un estadio.


Habéis visto la exposición de obra gráfica/plástica de Wilson por España hace un año o dos?

¡Qué bien queda la señora Kozena en las imágenes!.

Lástima que también exista el sonido... En fin, nobody's perfect.

Otro más al que le gustó "Corvo Branco".

Otro más al que le gusta Wilson.

Voto Alceste.

Como muchos de los temas surgidos en esta conversación (abonos del Teatro Real, Mortier, venta de entradas de San Francisco) continúan discusiones ya tratadas en otros hilos, creemos que es mejor mover los mensajes a Temporada Teatro Real Madrid 2011-2012, en lugar de abrir un nuevo hilo. Si les parece bien lo hacemos así y pueden continuar en ese hilo la discusión.

Un saludo.

No me había fijado. Que yo sepa no está editado ni es silbable. Tengo fotos y un precioso recuerdo de cuando lo vi en Barcelona. No es director de escena pero Hockney tendrá que aparecer en este hilo

La dirección de escena la encarga, pero Hockney es uno de esos casos especiales donde "el jefe" de la puesta en escena es el escenógrafo. De hecho su Tristán ha sido dirigido por distintos directores de escena.

Ese Tristan und Isolde fue fantástico (lástima que no en todos los "quesitos")

Lástima que no esté editado. He encontrado imágenes. Tiene buena pinta. Creo que Hockney, su arte, se adecua muy bien para ópera. Tengo su Flauta Mágica en VHS.

Desde aquella gran expos. en la Juan March hace como 25 años le tengo en bastante estima!
Y la peli 'A bigger splash' la habréis visto...

Pero sigamos con Wilson antes de pasar a otro...

Precisamente se le ha criticado a Wilson que es repetitivo, que utiliza siempre el mismo lenguaje, que sus puestas podrían valer para cualquier obra.

¿Vale el mismo lenguaje escénico para cualquier música y cualquier argumento?

Por eso encaja tan bien con los compositores repetitivos americanos (Ana Vega Toscano dixit) como Glass.

Poniendo punto y final a Wilson, aquí tenéis unos extractos de una entrevista con Holm Keller.
Mañana o pasado colgaré otros extractos de una entrevista con Isabelle Huppert, sobre su experiencia con este director.


Keller: ¿Qué le interesa cuando en el teatro ve producciones de otros directores?
Wilson: Me gusta el trabajo arquitéctonico del espacio. Para mí, es fundamental cómo el espacio es utilizado. Por otra parte, aprecio mucho cuando una persona desarrolla un vocabulario propio de los gestos, de la luz y de la voz. Siempre me llama la atención cuando en el trabajo de alguien se puede reconocer su firma, inintercambiable, inconfundible.
Ante todo, me interesa un teatro que no ofrece interpretaciones, sino que sugiere coincidencias, y luego las libera. Soy partidario de una cierta distancia respecto a los sentimientos: prefiero los movimientos que se dan bajo la superficie, y no los estallidos de emoción que son expuestos ante la mirada del público.

Keller: Usted conserva también distancia respecto al público.
Wilson: Mi trabajo guarda distancia para permitirle al espectador reflexionar. Propongo diversas ideas, diversas direcciones, diversos sentimientos y diversos estilos de interpretación. Pero preservo siempre una cierta separación con respecto a lo que se dice o a lo que se hace. Intento no imponerle nada al público. La interpretación es un asunto del espectador. No es responsabilidad ni del director, ni del intérprete, ni de quien se ocupa de los decorados o de la dramaturgia. En mi teatro formal, la interpretación le pertoca exclusivamente al público.

Keller: ¿Qué quiere decir „teatro formal“ para usted?
Wilson: El teatro formal acepta que el escenario es un „espacio artístico“. El trabajo en ese espacio requiere una artesanía, cuya ejecución tiene algo de mecánico. El teatro formal implica mirar las cosas con distancia: como un pájaro en la rama de un árbol […] y requiere dosis de racionalidad e irracionalidad a partes iguales, un equilibrio entre lo interior y lo exterior. […]

Keller: ¿Procede su teatro de la danza?
Wilson: Cuando llegué a Nueva York, visité los teatros de Broadway, y no me gustó lo que vi. Luego fui a la ópera, y tampoco me interesó. Y luego vi trabajos de Balanchine, y posteriormente los de Merce Cunningham & John Cage: me gustaron por el clasicismo de su composición. Me llamó la atención cómo los bailarines bailaban para sí mismos y no para el público, me gustaba cómo se movían, cómo se retorcían sobre el escenario. Y eso me abrió los ojos, porque me permitía ver y escuchar al mismo tiempo. En la ópera, yo no podía escuchar. La ilustración de la música me distraía hasta tal punto, que tenía que cerrar los ojos para conseguir escuchar algo. Lo mismo me pasaba en Broadway.

[...]