Será que cuando cantó algún Verdi se mordía la lengua.

Y me imagino que pasó por alto a Bellini, que se nutrió de Rossini y es fuente de Donizetti, por haber grabado cierta Norma histórica.

http://www.classical-music.com/article/15-operas-ripe-rediscovery

Basta con leer las memorias de Baroja, en las que, como se sabe, prácticamente sólo se salva Azorín, y eso por lealtad de amigo, para darse cuenta de que esta furibundez de artista que no entiende (o quiere que se crea que no entiende) a qué viene tanta admiración por según qué cosas o personas posiblemente sea bastante común.

Y la entrevista de la Ludwig también. Si a ciertas edades no se pueden decir ciertas cosas, apaga y vámonos.

Una va a puntualizar: siendo publicadas en España hacia 1952, no son de extrañar en absoluto ciertas afirmaciones.
Aparte, la llamada "Generación del 98" dio más vueltas ideológicamente hablando que una peonza; no por desidia ni conformismo.

Pues es verdad, y a veces uno (vamos, yo) se olvida del contexto.

Pero, por otro lado, es que se mete con tirios y troyanos. Además de las servidumbre de tal o cual época más o menos amenazante, el hombre siempre fue así (creo, me hubiara hecho falta conocerlo ). Por ejemplo, menciona con cierto cariño, tampoco se derrite, a Ciro Bayo (de quien fue muy amigo y con el que compartió excursiones memorables por Castilla y Extremadura, de las que ha quedado rastro literario en, por ejemplo, la Dama Errante), y apenas menciona su obra; y ya me dirán si una delicia como el Lazarillo Español no merecía al menos una recomendación. En cambio, Ricardo Baroja en Gente del 98 (libro publicado a principios de los 50) se muestra mucho más generoso (creo recordar, ahora no encuentro el libro).

Yo la edición de Cátedra del Lazarillo de Bayo la tengo rozando el lomo en el estante con la de las Inquietudes de Shanti Andía, para que se fastidie un poco mi admirado don Pío.