Pues aquí van los resultados y algún comentario. Ha estado muy igualado el voto y me alegro mucho, porque hay varias resoluciones muy buenas y estamos en el ámbito de la interpretación y del gusto musical.
El 1 era
Jon Vickers en el estudio con Solti. El timbre y la dicción están alejadas de la italianidad que requiere el personaje, pero como siempre el cantante canadiense
se entera de qué va la cosa. La regulación en racolsi ya marca el tono, igual que el intento algo ahogado por recoger el sib, dado a plena voz, y terminado con un feo portamento descendente. Pero sobre todo destaca la frase siguiente, cómo la distensiona para adaptarse al ritmo de la orquesta, es como si soltara de golpe toda la tensión del agudo, creando un efecto muy lírico.
Del 2,
Franco Corelli, poco bueno puedo decir. En las frases anteriores se va cayendo bastante de afinación (allori), sib con portamentazo y acento sandunguero en come scordar. Ejemplo de mal gusto y de estar cantando una ópera y una partitura paralelas.
El 3 era
Giacomo Lauri-Volpi, dominador del sonido mixto que sin embargo no utiliza aquí , en un sib a voz plena pero corto (está bien que no insista en él). A cambio una bellísima regulación en mixto en la frase siguiente. Al menos da la idea de dolcissimo del pasaje. Y por supuesto, el atractivo de ese timbre y esa sangre adolescente que tenía siempre su canto.
El 4,
Jussi Bjorling, canta las dos primeras frases con una lánguida monotonía y ausencia total de acentuación. Sin embargo, la resolución del sib es espectacular, atacado con un portamento, pero apianado con maestría, manteniendo color y vibración. Y el timbre en sí mismo es una dulzura.
Frente a la pasividad fraseadora de Bjorling llega el 5,
Carlo Bergonzi, con hiperactividad en el acento. Perfectamente marcadas las sílabas en la primera frase, se desmelena en la segunda con esos arrebatados
di gloria y
primi, tal vez intentando dar con el fraseo el tono heroico del que su timbre carecía. La subida al sib, también con portamento, es muy buena, con un limpio cambio de sílaba y una regulación en el agudo que sí cambia de color, como lo solían hacer sus pianos. Una expresiva última frase lo convierte en la interpretación más completa del pasaje. Tal vez de tanto querer marcar y masticar se pasa de catedrático, pero a mí me encanta. Me quedo con él.
El 6,
Beniamino Gigli, es un claro antecedente de Bergonzi. De nuevo una subida con portamento y una regulación que no sólo recoge sino que cambia de posición y clarea el timbre. Ese portamento al bajar es, como ya se ha dicho, un vicio de otra época que a mí no me aporta nada. Bellísima frase final, tal vez la mejor de las nueve. Buena resolución, pero para mí es un poco troppo Gigli.
El 7,
José Carreras, aporta el calor y la naturalidad del fraseo (como Domingo), pero para mí falla por completo en la forma de dar el sib, en un falsete ya preparado en la o, que rompe por completo la línea y el color. La sorpresa y el disgusto por el sonido estropean cualquier efecto estilístico que pudiera tener, por buena que sea la intención.
El 8 era
Max Lorenz, que me sorprendió en el cantante del mes de Gino. Ataca el sib sin portamento, en un sonido mixto, redondeadísimo, homogéneo, de un color bello aunque no arrebatador y, lo más importante, en plena coherencia con lo anterior. Etéreo, dolcissimo y en la diana del espíritu de la partitura. Premio suenaamixto para él
Finalmente el 9,
Luciano Pavarotti en la Scala, opta por una resolución muy personal. Desde nostri hace una regulación muy buena, cambiando de colocación pero manteniendo color y vibración. Daría sensación de dolcissimo si no fuera porque es verdad que está demasiado tensionado. Es un recurso artifical, lírico y matizado, pero no tiene la naturalidad de otros.
El resultado de votos, repartidísimo, con 3 ganadores y ningún voto para los que optaron por un ataque a voz plena:
Vickers 0
Corelli 0
Lauri-Volpi 0
Bjorling 3
Bergonzi 3Gigli 2
Carreras 1Lorenz 3Pavarotti 2Muchas gracias por participar y por vuestros comentarios!!
Habrá tercera edición